Dom 24.01.2010
cash

BALANCE Y PERSPECTIVAS DE LA PRODUCCION DE LIMONES

Dulce, agridulce, dulce

El record de exportación de limones de 2008 se esfumó en 2009. Sin embargo, los productores lograron compensar la caída con otras estrategias. El panorama para este año, pese a la sequía, vuelve a ser alentador.

› Por Claudio Scaletta

Argentina continúa siendo el primer exportador mundial de limones. Sin embargo, esta semana la Oficina de Estadísticas del Comercio Exterior del Senasa difundió algunos números que marcan un derrumbe de las ventas al exterior durante 2009. Un breve repaso de las cifras muestra que mientras en 2008 se exportaron 406.310 toneladas por algo más de 360 millones de dólares, en 2009 las ventas externas cayeron a 254 mil toneladas y 195 millones de dólares. Esto es, se exportó un 37 por ciento menos en volumen y un 46 por ciento menos en divisas; lo que además significa que hubo una merma del 14 por ciento en los precios recibidos. En 2008, por primera vez en la historia, los limones habían desplazado a las peras como la fruta que más divisas generó a la economía local. Este año la situación volvió a la normalidad.

Una lectura lineal haría pensar que en un viaje a Tucumán, la provincia limonera por excelencia, sólo se escucharían lamentos de las empresas exportadoras y se palparía la contracción económica. No hay nada de esto. La situación es diametralmente opuesta. Hay satisfacción con la campaña 2009 y muchas expectativas para la campaña 2010.

Según explicó a Cash desde Francia el economista experto en mercados frutícolas Diego Moeykens, en julio pasado, es decir en la segunda parte de la temporada, ya se observaba que Argentina estaba exportando un 40 por ciento menos de limones en fresco. Las causas se encontraban en la caída de los principales mercados de destino por la crisis global, como el ruso, el ucraniano y el español, y en la sobreoferta europea a muy bajos precios, en particular de la variedad Verna española.

En pocas palabras, durante 2009 el contexto de los principales mercados de destino no podía ser más desfavorable. En este marco, el camino seguido por los exportadores argentinos fue bastante racional: regularon la oferta. Ello fue posible porque la oferta argentina es formadora de precios durante los meses de julio, agosto y septiembre. De esta manera, aunque vendiendo menos, se lograron buenos precios para la fruta efectivamente enviada. Y aunque en el promedio los precios fueron algo inferiores a los muy buenos registrado en 2008, fueron especialmente satisfactorios al final de la temporada. Adicionalmente, mirando el circuito limonero en forma integral, ese casi 40 por ciento que se exportó de menos fue absorbido sin problemas por el mercado interno, especialmente por la industria de jugos concentrados, aceites y cáscaras deshidratadas.

Mirando 2010, el contexto de los mercados de destino y la producción local parece diametralmente diferente de 2009. En el plano local se destaca la prolongada sequía de casi seis meses, lo que significa que sólo obtendrán frutas de calidad en las plantaciones que cuentan con riego asistido, no en las de secano, cuya producción se desmoronó. Al mismo tiempo, estas plantaciones de secano son las que habitualmente aportan el limón barato para la industria, por lo que la producción de derivados también competirá por el limón de calidad. En los mercados de destino, en tanto, se anunció una merma importante de la oferta española, lo que supone que la temporada de exportación abrirá con stocks muy reducidos y, consecuentemente, buenas perspectivas de precios.

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