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Domingo, 8 de mayo de 2005

E-CASH DE LECTORES

E-Cash de lectores

Aumento de Luz

Me llegó la factura de Edenor y me hace PURE. Un aumento encubierto, una inmoralidad. Por cargo fijo 16,29 pesos, por consumo total 2730 kw 114,66 pesos, por impuestos 102,74 pesos, de los cuales 44,47 son por la aplicación de la resolución 552/04 de la Secretaría de Energía. Mirando esa resolución me queda en claro que como consumí unos vatios más, debo pagar más: 44,47 pesos más. Ahora pregunto: ¿cómo no consumir más si no tengo gas natural? ¿Con qué quiere que caliente mi casa o el agua corriente? ¿No debo calentar ni mi casa ni el agua para bañar a mis hijos con electricidad? Debo utilizar un microonda para cocinar o calentar la comida, porque si lo hago con gas envasado, que tiene menos calorías, gasto mucho para calentar un poco de agua, por lo tanto lo debo hacer con electricidad. Ahora, no tengo agua corriente ni cloacas, por lo tanto el agua la saco de pozo, y lo hago con electricidad. ¿Cómo pretenden que lo haga, a mano, con una bomba manual? Por lo tanto, como no tengo ni gas natural ni agua potable corriente debo gastar más en electricidad que quien posee estos dos servicios básicos. Claro, a mí me “castigan” debiendo pagar más por no tenerlos. ¿No tienen vergüenza? ¿Qué podemos hacer los que no podemos hacer otra cosa que utilizar fluido eléctrico? Por qué no revisan la Resolución 552/04. No gasté más electricidad “calefaccionando mi pileta para el invierno”, ni gasté más electricidad para que en “las caballerizas no tengan frío mis caballos de pura sangre”. Tuve más consumo porque no tengo agua ni gas natural.

Guillermo E. Banzas
DNI 11.765.029

Capangas

Semanas atrás, un ascendente gremialista calificó de “capanga” a un empresario supermercadista local. Sin entrar en disquisiciones respecto de lo oportuno y justificado del adjetivo, es válido reconocer que al menos una parte de nuestros emblemáticos hombres de negocios rozan la marginalidad en lo que a contratación de mano de obra se refiere. Así, empresas como Droguería del Sud –con un sillón en AEA– despidió días pasados a una treintena de personas, eludiendo –al menos en mi caso– el pago de la correspondiente indemnización. El argumento fue –al amparo del cono de sombra que provoca este “negreo”– la inexistencia del vínculo laboral. Como periodista, tuve a mi cargo, durante dos años, la redacción de una revista para esta empresa. En ese tiempo, y tal como fue pautado, escribí en nombre de su octogenario presidente una suerte de editorial fijando la postura de la empresa respecto de temas de actualidad. Así, en la creencia de interpretar el sentimiento del hacedor de esa compañía, me referí al rol social de la empresa, a la importancia de ésta como generadora de empleo y riqueza, y particularmente al mejor de sus capitales: su personal y el trato con su gente. Lamentablemente fueron sólo palabras. ¿Palabras de capanga?

Marcelo E. Bonvecchi
[email protected]

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