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¿Hay margen para modificar pautas flexibles de contratación en un contexto de alta desocupación?
–En el contexto actual la patronal amenaza con dejar más gente en la calle si los presionan. Es lo primero que dijeron cuando el ministro Tomada dijo que iba a controlar el trabajo en negro. Pero es más una amenaza que una perspectiva real porque si el empleador necesita al trabajador lo va a blanquear aunque el dirigente empresarial diga lo contrario. Además, es difícil imaginar un deterioro aún mayor que el logrado en los últimos años.
Pero en el Gobierno dicen que no es momento para reformas laborales.
–Desde el punto de vista de la patronal nunca es el momento y desde el punto de vista de los trabajadores siempre lo es, si lo que se busca es garantizar mecanismos de protección. Los cambios para bien nunca son demasiado rápidos. Aunque hubo medidas positivas como elevar el piso salarial y transformar en remunerativas las cifras que no lo eran.
Sin embargo, se siguen homologando convenios que fraccionan las vacaciones o calculan la jornada en promedios anuales para no pagar horas extra.
–Creo que podría haber un margen de acción para volver a regular lo que se desreguló en materia de duración anual de la jornada, pero ése es uno de los modos en los que aparece la discusión sobre la distribución del ingreso y ahí el Gobierno está aparentemente con buenas intenciones, pero con pocas acciones.