Lun 16.06.2014
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TEATRO › ENTREVISTA AL DRAMATURGO Y DIRECTOR VALENCIANO JOSé SANCHíS SINISTERRA

La identidad y la desmemoria

El creador de Ay, Carmela estrenó Flechas del ángel del olvido, una obra que presenta un caso de amnesia para hablar de la identidad. “Veo a las nuevas generaciones abducidas por un sistema que lleva a la abolición de la memoria”, sostiene.

› Por Cecilia Hopkins

Escrita en 2004 por el dramaturgo y director valenciano José Sanchís Sinisterra, Flechas del ángel del olvido presenta un caso de amnesia para hablar de la identidad, de su carácter lábil y fluctuante. Una joven veinteañera se encuentra internada a causa de una grave amnesia retroactiva. Entre las muchas personas que reclaman ser sus parientes o amigos, cuatro de ellos son elegidos para que por turno intenten despertarle recuerdos de lo que ellos insisten que fue su vida pasada. Así el personaje de X escucha los relatos de Selma, quien afirma ser su hermana; de Efrén, un sujeto que se revela entre marido y gigoló; de Dora, quien dice haber sido su pareja, y de Erasmo, un joven campesino que viene a llevarla al pueblo de su abuela, adonde se supone que ella pertenece. Luego de generarse situaciones de suspenso, a cargo de la enfermera, está el discurso que explicita ciertas cuestiones que conviene no revelar. Lo que sí es interesante conocer es lo que sostiene el autor: la joven X representa a una nueva generación de jóvenes a quienes Sanchís Sinisterra caracteriza como una suerte de náufragos identitarios, seres “febrilmente colmados por frágiles mimetismos, por fugaces pertenencias tribales, por un ávido consumo de marcas”. La obra fue montada en Timbre 4 (México 3554) bajo la dirección de Ana Alvarado, con un elenco integrado por Mara Bestelli, Carolina Calema, Pablo Cura, Lucrecia Gelardi, Juan Mako y Montse Ruano.

Las pantallas son para Sanchís Sinisterra un elemento ligado a algunos de los males de la época actual: la banalidad, la ilusión de la comunicación y la desmemoria. Así, además de confesar que no usa teléfono celular, declara con orgullo que, a pesar de haber sido invitado muchas veces, no visitó nunca un estudio de televisión porque “la televisión lo banaliza todo”. En la entrevista de Página/12, el autor –que asistió al estreno de su obra y dictó un seminario en el IUNA– afirma: “Hay una obsesión por las pantallitas, por estar en cualquier lugar menos donde realmente se está. Esta costumbre crea el falso sentimiento de estar comunicado e informado y en la desesperación por saber todo lo que sucede al instante se genera un presente patológico. Esto va en contra de la memoria activa, la que incita a modificar el presente e imaginar el futuro. Hasta en el terreno minoritario del teatro es necesario volver la mirada al pasado para reciclarlo y convertirlo en una herramienta para el futuro”, concluye.

“El tema de la memoria siempre me ha preocupado”, subraya Sanchís Sinisterra antes de referirse, como ejemplo, a su Trilogía americana, “sobre la conquista española y sus devastadoras consecuencias en Latinoamérica”, creada tomando la memoria histórica como punto de partida. Otras obras se refieren a la Guerra Civil y al franquismo, entre las que se encuentra la conocida Ay, Carmela. “Pero también me interesa la memoria inmediata”, continúa el autor. “En Flechas... hablo sobre la amnesia, aunque no desde un punto de vista clínico sino subjetivo”, diferencia.

–¿Qué fue lo que en 2004 lo llevó a la escritura de Flechas...?

–Veía a las nuevas generaciones abducidas por un sistema que genera una actualidad permanentemente renovada, que echa niebla sobre el pasado, que lleva a la abolición de la memoria. No soy un neurótico de las teorías conspirativas, pero creo que los grandes capitales extranjeros tienen que ver con esto, porque en la oferta continua de novedades se basa su crecimiento y pervivencia.

–También se hace mención a los afanes de la clase media, a su locura consumista, y esto involucra a personas de todas las edades. Aunque hoy no será como hace 10 años.

–Sin embargo, hoy sigue habiendo una apetencia de bienes cada vez mayor, pero esta abundancia también implica grandes carencias. Hoy en España se ven grandes contrastes: hay una nueva clase en ascenso que gasta en tiendas de lujo, mientras hay gente que revuelve en los desperdicios y una clase media que se empobrece cada vez más.

–¿Esto no genera odio?

–El miedo de quedarse sin lo poco que se tiene hace que la gente se conforme. En este momento, el miedo apaga al odio.

–Los cuatro personajes intentan que X encaje en los contextos que ellos representan: una familia de clase media, el mundo de la prostitución, una relación homosexual muy conflictiva, un ambiente campesino. ¿Por qué eligió estos y no otros?

–Traté de buscar contextos incompatibles entre sí. En los monólogos de esos personajes predomina la idea de que son los otros los que nos dicen quiénes somos. Ellos intentan escribir sobre X como si fuera una página en blanco. Y luego entran en conflagración unos con otros, como si quisieran cazar a una presa.

–El personaje de X está esperando, en realidad, una oportunidad para reinventarse una vida y dejar atrás el pasado. ¿No podría ser la España de hoy en esta coyuntura de cambios?

–No lo sé, la obra fue escrita en otro momento. Para mí toda obra es un proceso de indagación, ya que no hago un teatro asertivo o de sermones sino que planteo preguntas. En realidad escribo sobre lo que no sé. Trato de plantear unos contenidos que generen una conmoción en el espectador.

* Flechas del ángel del olvido, Timbre 4 (México 3554) lunes a las 20.30.

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