Jue 21.01.2010
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CINE › PETER JACKSON Y LA ADAPTACIóN CINEMATOGRáFICA DE THE LOVELY BONES, DE ALICE SEBOLD

“Todos tenemos que lidiar con la pérdida”

La historia de una preadolescente asesinada que espera su turno en el cielo tuvo problemas desde el comienzo y su estreno ya fue postergado dos veces. “Es algo que no se ha visto retratado a menudo en un film, y con un tono que también es raro”, dice Jackson.

› Por James Mottram *

Cuando se filtraron las primeras reseñas de The Lovely Bones, el nuevo film de Peter Jackson, confirmaron lo que muchos sospechaban. “Una decepción artística de proporciones”, escribió Todd McCarthy, de Variety, quien asegura que la obsesión con los efectos visuales que tan bien le vino a Jackson para su trilogía El señor de los anillos “hiere mortalmente” esta adaptación del best seller de Alice Sebold. The Hollywood Reporter, por su parte, concede que la película funciona como “un melodrama que se convierte en thriller de venganza”, pero luego señala que “pierde el disfrute y la emoción del original”.

Los comentarios negativos vienen rodeando al film desde que Jackson liberó una imagen clave, a mediados del año pasado. La toma presentaba a la protagonista, Susie Salmon, de 14 años (interpretada por Saoirse Ronan), quien al principio del film es violada y asesinada por un vecino cercano y ahora observa a su aturdida familia desde lo que puede ser percibido como el “cielo”. Con la chica vestida con bermudas amarillas y un anorak, rodeada de nubes mullidas, apenas inspiraba confianza sobre lo que era un largamente demorado proyecto. Como escribió un fan bajo el nombre Boredbluekoala en el foro del sitio web de la revista Empire, “Si eso es el cielo, da ganas de bostezar. En esa imagen no se ve nada diferente a cualquier otro retrato de una fantasía religiosa. Jackson es ahora Kubrick, tomándose mucho, mucho, mucho tiempo para producir una película que podría haberse hecho eras atrás. Será un fracaso.” Es ciertamente una preocupación para Paramount y Dreamworks, los estudios detrás de una producción de 65 millones de dólares cuyo estreno fue postergado de marzo 2009 a fines de año, y luego a mediados de 2010. Así, la película llegará a las pantallas dos años después de ser filmada: la versión oficial es que se la retuvo para que entre en la “temporada de premios”, algo atendible si se tiene en cuenta que Jackson fue un multiganador de estatuillas con The lord of the rings.

De todos modos, si la película es un fracaso no será muy sorprendente, teniendo en cuenta que ha sido una de las producciones más tortuosas en la carrera del cineasta. De hecho, la historia ni siquiera comenzó con él sino con la directora escocesa Lynne Ramsay, quien iba a formalizar así su siguiente película tras el éxito de crítica de Morvern Callar en 2002. Aunque el libro de Sebold fue editado el mismo año en que se estrenó Morvern Callar, los derechos para cine ya habían sido adquiridos por Film4 Productions dos años atrás, sólo en base a un manuscrito incompleto. La combinación de la melancolía de Ramsay y la sensibilidad de Sebold parecía precisamente celestial. Con Ramsay adaptando la novela con Liana Dognini, su coguionista en Morvern Callar, todo parecía ir bien... hasta que la directora se acobardó. Como explicó en 2005, “la línea final fue que el libro salió y se convirtió en un best seller masivo. Y era también un libro tan amado que no quería que todo el mundo estuviera hablando de las diferencias entre la novela y la película”. Pareció que el proyecto crecía demasiado para Ramsay, quien confesó sus nervios por tener que pegar el salto para filmar en los Estados Unidos (el libro transcurre en 1973 y en Pennsylvania).

Finalmente, Ramsay dejó el film en 2004 y se puso a trabajar en una novela igualmente controvertida, We Need to Talk about Kevin de Lionel Shriver, que recién ahora comenzará a ser filmada. En ese momento, Jackson ya había expresado su interés en The Lovely Bones, tanto como para meter la mano en su propio bolsillo y comprarle los derechos a Film4 Productions para encarar el proyecto que seguiría a su remake de King Kong de 2005. En el momento muchos vieron esa movida como un intento del realizador neocelandés para volver a un estilo pequeño, pre-Anillos, que tan bien había funcionado en Criaturas celestiales, el film de 1994 protagonizado por Kate Winslet y Melanie Lynskey como dos chicas que conspiran para cometer un matricidio.

Sin ningún estudio que espiara por encima de su hombro, Jackson encontró su propia tajada de cielo cuando se puso a trabajar en la adaptación del libro de Sebold en 2006 junto a sus coescritores en El señor... y King Kong, su esposa Fran Walsh y la dramaturga Philippa Boyens. Según le dijo Jackson recientemente al diario USA Today, lo primero que le atrajo del trabajo de Sebold fue su naturaleza única. “Sentí que el tema principal es algo que no se ha visto retratado a menudo en un film, y con un tono que también es raro. Perder seres queridos es algo con lo que todos debemos lidiar, y cuando esa historia es contada desde el punto de vista de ese ser amado, se convierte en algo especialmente interesante. Sobre todo con el sentido del humor de Susie.”

Evidentemente, elegir a la actriz correcta para Susie era una llave para desbloquear el proyecto. Y Jackson tuvo un golpe de suerte con la aparición de Ronan, criada en Irlanda, que se hizo conocida por Atonement, cuya performance le valió una nominación al Oscar en 2007. Jackson aseguró que la actriz le hace pensar en una joven Cate Blanchett y no hay dudas de que fue la elección ideal. Por el contrario, fue más problemática la primera elección para el rol del padre, el vendedor de seguros Jack, quien se obsesiona con incriminar al asesino de Susan. Con una nominación al Oscar por Half Nelson, Ryan Gosling fue seleccionado, pero terminó dejando el proyecto con un viejísimo eufemismo de Hollywood: “Diferencias creativas”. Inmediatamente surgieron reportes de que Gosling era “demasiado demandante” y que por ello había sido despedido por Jackson. Gosling se movió rápidamente para conjurar cualquier rumor sobre una pelea con Jackson, asegurando que había sentido que era demasiado joven –entonces tenía 26 años– para asumir ese papel. “La edad del personaje y mi edad real fue siempre un tema que me preocupó”, le dijo a la revista Parade. “Peter y yo tratamos de hacerlo funcionar pero finalmente no lo conseguimos... Peter Jackson es un cineasta increíble, y estoy aquí para decir que se trae algunas cosas bajo la manga que le volarán la cabeza a la gente. Seré el primero en la fila para comprar entradas.”

Ciertamente, no fue la primera vez que Jackson tomó juicios equivocados con respecto al casting. Originalmente, el personaje de Aragorn en Lord of the Rings iba a ser asumido por el actor irlandés Stuart Towsend, pero cuando se dieron cuenta de que era demasiado joven para ese papel fue reemplazado por Viggo Mortensen. Si ése resultó ser un brillante golpe de buena fortuna, el reemplazo de Gosling en The Lovely Bones, Mark Wahlberg, parece haber sido una elección de emergencia. Aunque es diez años mayor que Gosling –lo que resuelve el tema de la edad–, sus recientes performances en películas como The happening y Max Payne sugieren que difícilmente sea el hombre para manejar el fuerte contenido emocional de la película.

Otros en el reparto –que incluye a Rachel Weisz como Abigail, la madre de Susie– también expresaron dudas sobre la dirección que fue tomando Jackson. Hace poco, Susan Sarandon, quien encarna a Lynn, la abuela de Susie, dijo que “en el espectro de personajes exagerados, ella probablemente esté al final de todo. Estoy borracha y fumando, y tengo un montón de pelo. Ellá está completamente al mando hasta que se viene abajo al igual que toda la familia”. La actriz admitió que Jackson la empujó a ser más y más extrema, “y así es como uno termina cometiendo grandes errores”.

Aunque fueron rigurosamente desmentidos por todo los involucrados, también circularon rumores de que la producción fue temporariamente cerrada debido a una pelea entre Jackson y su departamento de arte, dirigido por Jules Cook y Chris Shriver, por la manera en que debían verse las secuencias en el cielo. Jackson siempre dijo que el reto principal de adaptar el libro era encontrar una manera de retratar esas escenas para que parecieran “etéreas y emocionales, pero no melosas”. Con una posproducción que se extendió más de un año, y con su empresa de FX Weta trabajando horas extra para reproducir su visión, es fácil comprender que Jackson haya descrito The Lovely Bones como “El film más difícil que haya hecho nunca”. Jackson se ha esforzado para recalcar que el film no busca hacer un retrato tradicional de la vida en el más allá. “No tenemos ninguna intención de usar esta película para una pintura definitiva de cómo es el cielo y quiénes residen allí”, dijo. Incluso, a medida que el libro se acerca a su conclusión, parece evidente que Susie ni siquiera está en el cielo, sino en lo que Sebold describe como “en el medio”, una especie de purgatorio personal que parece ser manejado por los deseos inconscientes, reflejando sus humores y estados mentales. Aun así, hacer la presentación publicitaria de una película con una imagen que se ajusta a la estereotipada visión de la gente sobre el cielo no parece la idea más sabia.

Mientras prepara la segunda parte de una trilogía en 3-D y animación cuadro por cuadro sobre el personaje de comic de Hergé Tintín (Steven Spielberg está actualmente realizando la primera), parece que el regreso de Jackson a las películas en pequeña escala fue bien breve. Ciertamente, el blogger que lo comparó con Kubrick se equivocó. Porque con esto, y la producción ejecutiva y escritura de El Hobbit, precuela de El Señor de los Anillos dirigida por Guillermo del Toro, Jackson está más ocupado que nunca: muy diferente al caso de Kubrick, célebre por lo infrecuente de su trabajo.

La pregunta permanece: ¿será The Lovely Bones una odisea en la carrera post-Anillos de Jackson? Como director cada vez más adicto al gran espectáculo, sea en su propio trabajo como en las películas que produce para otros –el ejemplo más reciente es el innovador thriller District 9, de Neill Blomkamp–, quizá ya nunca más haga un film de pequeña escala. Como su socio en Tintin, Spielberg, cuyas películas se volvieron más grandiosas luego de que Tiburón pusiera su carrera en órbita, Jackson está en peligro de convertirse en un showman, antes que un narrador.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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