FINAL DE JUEGO
FINAL DE JUEGO
Donde Kuhn y el Comisario Inspector luchan por quedarse con la última palabra y se habla sobre la temperatura del infierno.
› Por Leonardo Moledo
–La verdad es que las respuestas sobre la temperatura del infierno están buenísimas –dijo el Comisario Inspector–. Es una lástima que no podamos publicar todas, ya que el anticipo del libro de Pablo Kreimer ocupa buena parte de esta página. No tengo ninguna duda de que el libro se venderá como pan caliente en las comisarías, ya que, como todo el mundo sabe, a la policía le encanta la sociología de la ciencia.
–Hasta tal punto –dijo Kuhn– que varias veces hizo sociología de la ciencia a palazos. Pero lo que es extraño respecto de la temperatura del infierno es que nadie haya tomado la vía sartreana, y partiendo del hecho de que “el infierno son los otros” haya establecido que la temperatura del infierno ronda los 36,6ºC.
–Siempre que los otros no tengan fiebre –dijo el Comisario Inspector–. Y en ese caso, la temperatura podría aumentar hasta ¿cuánto? Creo que lo vamos a dejar como enigma para la vez que viene, que será, no el próximo sábado (que es 25 y no hay diarios) ni el siguiente (que es 1º y tampoco hay diarios) sino el 8 de enero de 2005.
–Así pues –dijo Kuhn–, éste es el último número del año. Creo que debemos desear a nuestros lectores un feliz 2005, si es que pasaron con nosotros un buen 2004.
–Otra pregunta que dejamos –dijo el Comisario Inspector, que quería tener la última palabra del año–, ¿pasaron con nosotros un buen 2004?
–Hasta el 8 de enero, entonces –dijo Kuhn.
–También podemos preguntar qué errores cometió el Ing. Frank en su cálculo –dijo el Comisario Inspector, dispuesto a salirse con la suya.
–Feliz Año Nuevo –dijo Kuhn.
–En realidad –dijo el Comisario Inspector– debemos prometer que seguiremos aquí.
Kuhn se rindió.
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Pasaron un buen año? ¿Qué pasa si los otros tienen fiebre?
Correo de lectores
Infierno I
Dado que según Apocalipsis 21:8 el infierno incluye un lago de azufre, su temperatura debe estar comprendida entre los puntos de fusión y de ebullición de ese elemento: entre 120 y 440 grados centígrados, suponiendo presión atmosférica normal.
Claudio H. Sánchez
Infierno II
Ante el enigma propuesto por ustedes sobre la temperatura del infierno, les hago llegar mi razonamiento:
1) Todas las almas, cualquiera sea su religión, van al infierno. Tanto más las que no profesan ninguna. Habiendo en el mundo unos 6500 millones de habitantes, y considerando una tasa de mortalidad del 1,5%, tendremos por año unos 100 millones de nuevas almas para ir al infierno. Ahora bien: el infierno debe ser lo suficientemente grande para albergar a todas las almas en pena, más las nuevas que se incorporan cada año. Esto nos indica que el infierno no puede tener el mismo tamaño con el correr de los siglos: la energía suplementaria de tantos pecadores lo haría estallar como una supernova.
2) Dado que el infierno es descripto por las religiones desde hace miles de años, es porque en todo ese tiempo no explotó ni se congeló, lo que hace pensar que tiene cierta estabilidad térmica. Por lo tanto es razonable deducir que su temperatura debe ser un valor que fluctúa entre extremos catastróficos.
3) El infierno tiene una temperatura “razonable”. Dado que el infierno tiene como característica básica el castigo de sus habitantes, estos entes deberían tener cierta capacidad de sufrimiento. Para ello deberán contar con una estructura biológica poseedora de cierta capacidad sensorial. No se han descubierto organismos biológicos viables por encima de los 320 grados centígrados. Tampoco al cero absoluto. Y vamos llegando al resultado: el infierno debeestar entre los -273 grados y los +320 grados. Estimando razonablemente una distribución de probabilidad gaussiana de la temperatura, la conclusión es obvia: debemos calcular el promedio de las temperaturas extremas: (320 + [-273]) / 2 lo que nos lleva al resultado final:
4) La temperatura más probable del infierno es de 23,5 grados centígrados. No está tan mal. ¡¡¡Nos vemos allá!!!
Saludos.
Ing. David Wald