FúTBOL › EMPATO 2-2 CON ESTUDIANTES Y ABBONDANZIERI SALIO LASTIMADO
Boca vino golpeado de La Plata
A un equipo como el líder del Clausura, que está acostumbrado a quebrar a sus rivales en un solo período, le faltó precisión para traducir el dominio territorial en chances de gol. Pese al empate, mantiene la ventaja sobre River, aunque se acercaron Talleres y Racing.
Por Juan Jose Panno
Desde La Plata
Boca desaprovechó una ocasión muy propicia para sacarle más ventaja a River y casi colocarle un moño al campeonato. También sufrió por el golpe de Abbondanzieri, que recibió una patada de Pavone y debió salir por ello, aunque en principio la lesión parece no tener mucha gravedad. Y además, otro impacto con el que se quedó fue con la impotencia para generar situaciones de riesgo, por más que en el segundo tiempo monopolizó la pelota. A un equipo acostumbrado a quebrar a sus rivales, ayer le faltó precisión para traducir el dominio territorial en chances de gol.
Teniendo en cuenta los números, Boca hizo negocio en La Plata. Porque con una fecha menos por jugar y tras una jornada en la que tenía, a priori, un compromiso más difícil que River, sigue manteniendo los cuatro puntos de ventaja sobre su clásico rival. Pero desde el juego, el paso del equipo de Bianchi no fue tan firme. Por el sistema de rotación que impone el técnico, ayer presentó la última línea más floja del torneo. Es que los dos laterales, Jerez y Calvo, aportaron mucho más en ataque que en defensa, Crosa no otorga la misma solvencia que Burdisso ni que Perea, y Schiavi, habitualmente muy seguro, jugó fenómeno en el segundo tiempo, pero no anduvo nada bien en el primero.
De mitad de cancha hacia adelante encontró variantes las pocas veces que se juntaron por izquierda Cangele, Tevez y Cardozo. Pero sin la precisión en el trato de la pelota ni la posibilidad de vulnerar a su rival con remates desde afuera del área, al líder se le complicó lograr una fórmula para destrabar el cerrojo defensivo que imponía Estudiantes, que a medida que transcurrían los minutos se fortalecía aún más. Por más que sumó mucha gente en ataque y que por momentos se desguarneció en el fondo, casi no generó chances en proporción al tiempo que tuvo la pelota.
Lo de Estudiantes fue variando con el correr del tiempo. Arrancó de igual a igual, con el manejo de Carrusca como estandarte y, con el oportunismo de Lugüercio, quien aprovechó un desborde de Carrusca y anticipó a Schiavi y a Abbondanzieri para convertir, se puso en ventaja. Boca no tardó en alcanzar el empate (remate de Vargas, tapada a medias de Docabo y disparo cruzado de Cangele) y el partido se hizo de ida y vuelta. En una contra muy bien manejada por Carrusca, Lugüercio encontró el espacio para meter la pelota junto al palo izquierdo de Abbondanzieri que no reaccionó con los reflejos habituales y pareció que el equipo de Bilardo se iba a ir al descanso con el 2-1 en el bolsillo, pero faltaba lo mejor de esa primera etapa: el golazo de Tevez. Por los goles, por los remates en los palos de Sosa y de Cascini, por la entrega de los dos y por ciertos destellos de buen juego, el primer tiempo fue mucho más lindo que el segundo.
La etapa final perdió brillo porque Estudiantes pensó mucho más en el arco propio que en el del rival y recurrió a algunas viejas mañas para demorar y enfriar la persistente ofensiva rival, y porque Boca no tuvo claridad en sus ataques. Dos posibilidades notables tuvo el equipo de Bianchi en el segundo período, en los pies de Crosa y Cangele, pero no las supo concretar, y en el final se pudo haber quedado con las manos vacías si el árbitro hubiera visto el claro penal que le cometió Crosa a Pavone. El 2-2, después de todo, no le quedó mal al partido.
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