Función pública
Osvaldo Arsenio, uno de los colaboradores más directos del secretario de Deporte Claudio Morresi, traza un diagnóstico de la situación del deporte argentino, tras una temporada en la que los éxitos llegaron con mucho esfuerzo.
Por Osvaldo Arsenio *
Ante la finalización de un ciclo deportivo analizados los resultados obtenidos en Santo Domingo 2003 y Atenas 2004, estas y otras variables nos indican la necesidad de comenzar de manera progresiva pero urgente los cambios en la estrategia mediante el nuevo Plan 2004-2012 para nuestro deporte de representación nacional, conectándonos también con la esfera del deporte social como lo hacen los países con mayor equidad.
Es indudable que los deportes individuales son, en su gran mayoría, los que más han sentido el estallido económico-social producido a fines de los ’90. Estos deportes, en gran parte amateurs, son los que aportan alrededor del 90 por ciento de las medallas en disputa en Juegos Panamericanos y Olímpicos y resulta indispensable su desarrollo si pretendemos un crecimiento cualitativo y cuantitativo de nuestro deporte.
Durante años sostenidos por la acción ya exhausta de los clubes y con estructuras federativas en muchos casos detenidas en el tiempo, la acción estatal a través de la Secretaría de Deporte será vital para ayudar a su reactivación.
A los males detectados –menor número de deportistas federados que en 1950 en varios deportes básicos, exclusión de grandes masas de niños y jóvenes de la práctica del deporte, escasa y mal distribuida infraestructura– se sumaron durante gran parte del período democrático la indefinición y falta de continuidad en los modelos a seguir.
Es un hecho hoy que la inversión del Estado en el deporte debe optimizarse mediante un cada vez más eficaz control de gestión y de resultados.
Necesitamos también solidarizar al deporte y sus protagonistas en el esfuerzo de reconstrucción del tejido social que hoy nos ocupa y que el éxito deportivo no solamente sea un medio para mejoramiento económico individual sino que cumpla además una función social integradora y de mejora en la calidad de vida de la población toda, mediante la emulación y la práctica activa.
Ese será el desafío de la gestión en los próximos años.
* Director Nacional Técnico Deportivo.