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Jueves, 8 de noviembre de 2007

GUSTAVO ROWEC, UN NATIVO BEATLERO Y FOOFIGHTERO

“Nunca me va a pesar la historia”

Sacaron un disco que se llama Y qué? y tiene mucho que ver con su espíritu actual: “Así les decimos a los que nos dicen que cambiamos”, cuenta Rowec.

 Por Cristian Vitale

Tomar un momento de V8, compararlo con cualquier otro de Nativo y encontrar semejanzas: será poco fácil. La banda actual de Gustavo Rowec –baterista, letrista, productor– es, de las tantas que conforman la dinastía heavy argentina, la que menos respeta los genes. Es una opción. “Todo esto de la historia es muy relativo –arranca él–. Yo siempre fui considerado como un icono del metal, por V8 y Rata Blanca, pero nunca dejé de ser quien soy. De hecho, Nativo es un gusto que me doy, porque paso por los estilos que más me gustan: los pesados y los melódicos. Soy amante y fanático de Los Beatles, y por eso me debía un disco así: beatlero y foofightero.”

El título del disco que Nativo tiene en gateras (el cuarto en su historia) no hace más que extender el concepto con una onomatopeya compuesta: Y qué? Contundente: tras un largo paréntesis que incluyó “explosiones mentales, golpazos contra el pavimento y otras yerbas” (Rowec dixit), la banda que completan Carucha y Sergio Berdichevsky –también ex Rata– se reincorporó a la escena con muchas ganas de rockear (ver fecha al pie) y un trabajo díscolo, que evita lugares comunes del género, sin salirse de él.

El Y qué?, en este contexto, ocupa poco, pero dice mucho. “Es un chiste interno: decir ‘Y qué?’ significa arrugar los hombritos y mirar para adelante. Muchos te dicen: ‘Loco, pero cambiaron el estilo’. Y vos respondés: ‘Sí... y qué?’ Así nos tomamos la vida nosotros: hacemos lo que nos parece bien en el momento que nos parece bien.”

Primer giro: Rowec y Berdichevsky, habituales productores de sus propios discos, convocaron a un “agente extraño al género –Copi– y le abrieron las puertas de par en par. El tecladista del Enrique Bunbury solista tomó el estudio, bajó línea y modificó cuanto pudo. “Una vez más, Nativo confirma ese carácter ecléctico que tiene como banda”, reafirma Rowec. “Con Copi pintó una química, viste –sigue–. Lo transformó en un disco mucho más cancionero, más guitarrero y con bases abiertas: más sorprendente. Fue una grabación atípica: cuando llegó, el tipo metió el piano en el medio de la sala, microfoneamos todo el estudio y empezamos ensayar. Mucho de lo que se tocó ahí es recontraespontáneo.”

La espontaneidad, más allá del zigzag estético marca Nativo, implica un bonus track o, dicho de otra forma, un segundo giro: “Este disco es una cicatriz profunda. No es un disco más, porque marca un momento muy loco de mi vida... No podía imaginar que uno podía estar tan loco de la cabeza y las canciones reflejan momentos de euforia y momentos de desazón”.

–“Gustavo es lo más grande del heavy nacional”, es el cántico clave de cada recital de Nativo. ¿Te presiona a la hora de innovar?

–Nunca en la vida me va a pesar mi historia. V8 y Rata no son una mochila para mí sino magia pura. Me siento dignificado cuando me para un fan por la calle y me dice: “¡Aguante V8!”. Pero de la misma manera me cabe cuando la gente grita Nativo. Yo soy un tipo muy intuitivo, no tan cerebral... hago y después veo qué hice. No me detengo a pensar en esas cosas.

* Nativo toca junto a Satan Dealers el sábado 17 de noviembre en The Roxy, Federico Lacroze y Alvarez Thomas. A las 22.

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