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Jueves, 23 de julio de 2009

ALAI NO QUIERE DECIR CUAL ES SU GENERO

Gente de Laptops tomar

El cuarteto nerd, que acaba de lanzar Pulpo fagocita estrella, cuenta lo difícil que les resulta encontrar lugares para tocar donde pueda cantar la baterista. Aires folklóricos, baguala y la zamba despojada, a ritmo pop.

 Por Daniel Jimenez

Alai no tiene apuro. Tampoco pareciera tener un límite preestablecido. Y, en la intimidad, tampoco tiene un plan maestro. Y ése, justamente, es su punto fuerte. Nacido de las cenizas de Jai Alai, combo punkorro melódico que atravesó el under porteño a comienzos de esta década, el proyecto que hoy lideran Muriel Rébora (batería y voz), Juan Pablo Masquef (guitarra y voz, ambos enfermos de Internet y amantes de la cibernética), Nicolás Uccello (bajo) y Santiago Avayu (trompeta) fue sexteto, dúo folk de viola y legüero, trío sin vientos y muchas otras criaturas hasta convertirse en el cuarteto nerd que acaba de lanzar Pulpo fagocita estrella, un efervescente disco de pop de guitarras filosas influenciado por aires folklóricos que pendulan entre la baguala y la zamba despojada. Una atmósfera que, cuando aparece, realza la dulce voz de Muriel. “Si bien hay un poco de folklore enraizado en nosotros, Alai no es una banda de folklore; somos un grupo de rock o de pop que hasta tiene cierta dejadez que proviene del tango”, dice Mumi, baterista, geek asumida y de laptop tomar. “Las influencias son superinconscientes; vienen de algún lugar que no está identificado. Yo nunca escuché folklore, pero debe ser que por mi condición de argentina tenía algo incorporado que fue saliendo sin darme cuenta, aunque no soy conocedora del tema.”

Juan Pablo (John Paul puertas adentro) suscribe: “Es terrible. Siempre te preguntan: ‘¿Y ustedes qué hacen?’. No sé, reemplazar la música con palabras es difícil. Podés describirla o analizarla, pero catalogarla es como matarla”. Mumi remata: “Yo siempre les digo que escuchen el disco primero y después hablamos”.

Luego de la salida de En la bruma, su debut de 2006, Alai inició el difícil proceso de salir a buscar su propio circuito y recibió algunos palazos en el camino. La aparición del EP Páramo les sirvió para entender que el precio que un artista comienza pagando a veces pone a prueba los espíritus más jóvenes y fuertes. “Cuando hicimos Páramo en 2007 vivíamos una sensación horrible, porque no teníamos forma de darnos a conocer. Entonces mandamos todo al carajo y nos encerramos a ensayar seis horas todos los sábados. Así que hicimos nosotros la producción de esas canciones y las colgamos de la web”, cuenta Mumi.

Y esa decisión fue fundamental: Pablo Romero escuchó sus canciones y sumó su experiencia desde la producción para Pulpo fagocita estrella, que se cocinó de manera artesanal en Chaulavarropas, el estudio propio de Alai, tomó forma en Abasto al Pasto con el todoterreno Alvaro Villagra y salió por Bingo Records!

“Este disco es el resultado de un trabajo muy detallista. Juntamos más data sobre sonido y como nos manejamos mucho con nuestro estudio, llevamos las canciones ya terminadas”, explica John. “Hay temas que se resuelven rápido y hay otros que por ahí tardás dos años en encontrarle una parte B; y está bien que sea así, porque cada canción tiene su propio tiempo”, define Muriel entre un borbotón de palabras.

Aunque parezca inverosímil, uno de los principales obstáculos que Alai encuentra hoy para tocar es la infraestructura técnica. Mumi canta y toca la batería; y, al parecer, esos dos elementos en el under (curiosamente en manos de una banda de ascendencia punkie) generan un caos técnico que condiciona las presentaciones del cuarteto. “Nos cuesta pegar lugares donde podamos tocar en vivo sin sentir que perjudicamos el material”, reconoce John. “Hay sitios donde sentimos que podemos ir a tocar, pero la música no se va a apreciar por el hecho de que yo canto y toco la batería, lo cual es una ‘pequeña’ dificultad técnica. Pero, de la manera en que se hacen las cosas en la Argentina, esa pequeña dificultad se transforma en una gran dificultad, al menos en el under, y eso es un problema porque nos restringe la cantidad de fechas que podemos aceptar. Es triste, pero real”, acepta Mumi.

Mientras apunta a escenarios más amplios, Alai está preparando la presentación oficial de Pulpo fagocita estrella (será en octubre, pero aún falta el lugar) y dando los toques finales a un DVD —producido por el mismo grupo— sobre una actuación sin red en Ciudad Konex con “pifies y toda la calentura que puede tener un show en vivo”, sin retoques posteriores ni superproducción. “No es un producto de la industria de la mentira”, desafía la niña. “Es un show armadito de la banda para que se pueda consumir y hecho por nosotros. Siempre tratamos de regalar algo y que no quede sólo en un disco. Me encantaría, por ejemplo, que la gente pueda bajar nuestras canciones, pero no sé qué pensaré más adelante, porque de alguna manera tenemos que financiar este proyecto. Hasta el momento, Alai es un esfuerzo de casi ocho años, donde sentimos que hemos avanzado un poquito y la vamos teniendo más clara, aunque es muy difícil. Hoy sabemos a qué sonidista llamar para sonar bien, pero no sé si tenemos la plata para pagarlo.”

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Imagen: Jorge Larrosa
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