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Jueves, 12 de noviembre de 2015

JEFF MILLS Y SUS CONSEJOS PARA JóVENES DJS

“Cambiar de mente es cambiar de música”

El documentalista, inventor, vanguardista y emprendedor de la electrónica prepara un nuevo desembarco en Buenos Aires. Justo mientras se convierte en leyenda.

 Por Yumber Vera Rojas

“Mi relación con Buenos Aires evolucionó muy bien”, reconoce Jeff Mills, en exclusiva para el NO, desde Chicago, ciudad en la que fundó su sello Axis Records en 1992. “El público argentino tiene la particularidad de ofrecer grandes posibilidades para que cualquier cosa pueda suceder en un show”. La leyenda del techno retorna a esta orilla del Río de la Plata, a un año de su anterior actuación en el país, como parte de la versión local del Ultra Music Festival, para comandar una fiesta que promete hacer historia. “Cuando fui la última vez, lo hice tras editar material nuevo. Pero era un evento tan mainstream que el volumen de mi set era menor al de los otros escenarios. Así que estoy con muchas ganas de volver”, admite. Si bien el regreso de “The Wizard”, álter ego con el que también se le conoce, tiene sabor a revancha, el productor y dj de Detroit se reencontrará con la audiencia local a un tris de consumar una de sus temporadas más productivas, en la que se destaca la aparición de la secuela de su documental Exhibitionist, que este mes completará la tercera y última etapa de su lanzamiento.

Diez años después del estreno de la primera parte, ¿qué motivó un segundo capítulo de Exhibitionist?

–Sigo creyendo que hay mucho para explorar en la relación entre dj y tecnología. Cuando apareció la primera parte, quise mostrarle al público una perspectiva diferente de la improvisación y del uso de la máquina como instrumento. La cultura dj había evolucionado con demasiada prisa, la computadora reemplazó el vinilo y los programas le restaron esfuerzos a los sets, por lo que me pareció interesante registrar ese lugar del que procedemos antes de que se convirtiera en esto que lo conocemos. Pero creo que no se comprendió la razón por la que lo hice, salvo para la gente que me sigue. Fue algo que quise hacer en función de mi trayectoria. Así que en Exhibitionist 2 me acerqué a la manera en la que piensa un dj al momento de llevarle su música a la audiencia.

Cuando ideaste el documental, no existía el EDM. Si alguno de los iconos de esa escena lo viera, ¿pensás que cambiaría su forma de entender la electrónica?

–Al margen de que guste o no, están quienes lo bailan. La idea es disfrutar, más allá de que sea EDM, trance, hardcore o happy hardcore, porque al final del día sigue siendo electrónica. Parte de lo que debe hacer un dj es evolucionar. Cambiar de mente, cambiar de música. No hay que hacer un delivery del mismo material, pues la contraparte de eso sería que la gente se desoriente. Por eso la idea del documental fue salir de lo planificado y desplegar una propuesta más espontánea. Más que pensar en grabar un single o disco, me guío por otros parámetros.

Acabas de presentar en Londres el espectáculo Light from the Outside World, junto a la orquesta sinfónica de la BBC. ¿Qué buscabas con ese experimento?

–Uno de mis objetivos al experimentar con música clásica es crear una nueva forma de arte, hasta un género. Me parece que la gente está mucho más perceptiva para aceptar la música electrónica en esta etapa del siglo XXI que en otro momento. Ése es el motivo que me impulsa. Me siento un chef que prueba con diferentes combinaciones de comida. Por eso hago numerosas presentaciones de este estilo. Pese a que voy a Londres desde mediados de los noventa, e hice cosas más pequeñas, es la primera vez que pude ir con una producción mayor. Si bien donde estaba no logré observar bien las reacciones del público, me parece que lo disfrutaron.

Al igual que a vos, también a Francesco Tristano le gusta esa interacción ¿Cuáles son los puntos en común hay entre su propuesta y la tuya?

–Francesco está en la misma sintonía. Sin embargo, lo más importante es que la gente esté abierta a nuevas ideas, y que decida si le gusta este proto-género de fusión entre la música clásica y la electrónica. Vale la pena intentarlo, y ponerlo en marcha, antes que no hacerlo. No importa de quién venga.

Al momento de establecer los paralelismos entre la música clásica y la electrónica, se suele ignorar, dentro de la cronología, el Manifiesto Futurista. ¿Por qué?

–No entiendo por qué no tiene reconocimiento. El origen de la electrónica, al igual que de sus subgéneros, se basa en la experimentación. De ahí es de donde surgen las cosas más interesantes. El problema que veo es que, conceptualmente, se sigue pensando en la escena en términos de fiesta o de lugar social donde la gente va a bailar. Y eso lo determina el mainstream, que opaca la vanguardia para promover su invención.

En el primer trimestre de este año, aprovechando su exposición Weapons, en Japón, Mills presentó un nuevo instrumento, inspirado en un ovni, al que llamó “the visitor”. Y fue invitado por el prestigioso Museo Louvre de París para llevar adelante una residencia. “Me dieron cuatro meses para presentar lo que quisiera”, explica el Miles Davis del techno. “Hubo varios intentos de aproximar a los djs a museos y galerías, porque, luego de tres décadas, la electrónica ya tiene un discurso sólido. Estoy agradecido por la chance”.

A partir de tu hiperactividad, ¿buscás sacar a la electrónica de ese imaginario banal en el que tiende a caer?

–Si vas a ser honesto con tu forma de arte, hay ciertas cosas que tenés que comprender. Lo primero es que existen artistas que van más allá de la pista de baile. Los medios, muchas veces, sólo subrayan lo que consideran que el público quiere consumir. La consecuencia de esto es que se ignora a una gran cantidad de productores y djs que diseñaron propuestas que no están orientadas al dance floor. Mi carrera existe, es real.

*Viernes 20/11 en estadio GEBA, sede J. Newbery, Marcelino Freyre 3831. A las 22.

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