Dom 11.08.2002
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MúSICA

Despertar de primavera

No todo es penar para los amantes del jazz y la música clásica. A caballo de la crisis y el corte de las importaciones, los principales sellos de la industria discográfica nacional aprovecharon para sacudirse una modorra de años y volvieron al mercado con novedades y reediciones jugosas. Aquí están, éstas son.

› Por Diego Fischerman

Para la industria argentina del disco, la debacle general tuvo un efecto benéfico: logró disimular la falta total de dirección en la que las compañías más grandes estaban sumidas desde hacía por lo menos dos años. Warner, Sony y, sobre todo, Universal venían careciendo de política y control, en particular en los repertorios que requerían alguna clase de conocimiento más específico que el que depara el haberse dedicado a escuchar radios ranking de la mañana a la noche. Ni la música clásica ni el jazz (ni las músicas étnicas ni los catálogos históricos, en tango o folklore) tenían ninguna clase de respaldo. No había ediciones, no se hacían importaciones (cuando podían hacerse) y nadie podía saber si a las compañías matrices europeas, estadounidenses o japonesas les importaba o no, porque no lo demostraban.
Más bien podría pensarse, teniendo en cuenta las drásticas reducciones de personal que sufrieron las filiales locales -.aunque el fenómeno es bastante general.-, que el cariño y la dedicación que los ejecutivos extranjeros dedicaron a sus representantes sudamericanos debe haber sido similar a los que la Esso o la Shell depositan en un surtidor de nafta de la ruta provincial 47: si no sale demasiado caro, se pone a alguien para que lo atienda. Y eso es todo. En ese sentido, el caso de Universal -nombre que en la actualidad abarca ni más ni menos que los sellos más importantes en estos repertorios (Deutsche Grammophon, Decca y Philips en el rubro clásico, Verve e Impulse en el jazz, más una infinidad de compañías subsidiarias como Mercury, Emarcy, Owl o Archiv– fue ejemplar. De ser la líder en el rubro (hubo un tiempo en que el logo amarillo de la Deutsche Grammophon funcionaba casi como sinónimo de música clásica) pasó a desaparecer. Y quien no lo crea puede salir a buscar por las disquerías porteñas un disco, cualquiera, de Martha Argerich, por mencionar un nombre indiscutiblemente significativo para el público argentino.
Pero la crisis económica tuvo una ventaja más: la fabricación en Argentina empezó a ser competitiva. EMI abrió el juego con la edición de cuatro discos de jazz (Henri Salvador, Cassandra Wilson, Medeski, Martin & Wood y Bobby McFerrin). Y ahora el gigante dormido empieza a sacudir la cabeza: Universal, otra vez con alguien al mando del sector de música clásica y jazz –el experto Eduardo Dulitzky, uno de los que más sabe al respecto en este país–, comienza, como quien no quiere la cosa, con la publicación de una serie de bajo precio que incluye varias de las joyas de sus catálogos, desde las suites de los grandes ballets de Tchaikovsky dirigidas por Mehta y Bonynge hasta los conciertos para piano de Beethoven por Claudio Arrau, con la conducción de Bernard Haitink, pasando por valses de Strauss, el Concierto de Aranjuez por Yepes y las legendarias grabaciones de música barroca de I Musici; también incluye la reedición de títulos básicos como la versión de Martha Argerich de los Conciertos 1 de Tchaikovsky y 3 de Rachmaninov (dirigidos por Kondrashin y por Chailly); las Cuatro Estaciones de Vivaldi por Pinchas Zukerman, Isaac Stern, Itzhak Perlman y Schlomo Mintz, dirigidos por Zubin Mehta; las Sinfonías 9, 5 y 6 de Beethoven conducidas por Herbert von Karajan; Pedro y el lobo de Prokofiev, con dirección de Claudio Abbado y relato de José Carreras; y, en el terreno del jazz y aledaños, Ella y Louis (de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong), algunas novedades demoradas como The Nearness of You, el último CD de Michael Brecker dedicado a baladas (con James Taylor cantando maravillosamente en dos de los temas) y el multipremiado Nocturne, homenaje del genial contrabajista Charlie Haden a la música cubana (con Gonzalo Rubalcaba en piano, Ignacio Berroa en batería y percusión, Joe Lovano y David Sánchez en saxo tenor, Pat Metheny en guitarra acústica y Federico Britos Ruiz en violín), más la edición de dos novedades absolutas: el reciente Directions in Music, de Herbie Hancock, junto a Brecker, el trompetista Roy Hargrove. John Patitucci en bajo y Brian Bladeen batería, y el último CD de Goran Bregovic, Tales and Songs from Weddings and Funerals, que aparecerá a mediados de este mes en simultáneo con Europa y Estados Unidos.

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