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Domingo, 1 de junio de 2008

PáGINA 3

El sueño de Bismarck (fantasía)

 Por Arthur Rimbaud

Es de noche. En su tienda de campaña, llena de silencio y de ensueño, Bismarck, con un dedo sobre el mapa de Francia, medita; de su inmensa pipa se escapa un hilito azul.

Bismarck medita. Su pequeño índice ganchudo camina, sobre el pergamino, del Rin al Mosela, del Mosela al Sena; con la uña ha rayado imperceptiblemente el papel alrededor de Estrasburgo y va más allá.

El pequeño dedo ganchudo se estremece en Sarrebruck, en Wissembourg, en Wörth, en Sedán: acaricia Nancy, rasguña Bitche y Phalsbourg, tacha Metz, traza pequeñas líneas quebradas en las fronteras y se detiene...

¡Triunfal, Bismarck ha cubierto con su índice la región de Alsacia y Lorena! ¡Oh!, ¡cuánto delirio de avaro bajo su cráneo amarillo! ¡Qué deliciosas nubes de humo derrama su pipa dichosa!

Bismarck medita. ¿Y esto qué es? Un gran punto negro parece detener al índice inquieto. Es París.

Entonces la uñita malvada se pone a rayar, a rayar el papel aquí, allá, con rabia, hasta que por fin se detiene. Y ahí queda el dedo, doblado a medias, inmóvil.

¡París, París! Y tanto ha soñado este buen hombre con los ojos abiertos, que la somnolencia se apodera suavemente de él: su frente se inclina sobre el papel; automáticamente la cazoleta de la pipa escapa de sus labios y se desploma sobre el malvado punto negro...

¡Ay! ¡povero! Abandonando a su pobre cabeza, su nariz, la nariz del señor Otto de Bismarck, se ha hundido en la cazoleta ardiente. ¡Ay, povero! ¡povero! en la cazoleta incandescente de la pipa... ¡Ay, povero! ¡Tenía el dedo índice sobre París! ¡Se acabó el glorioso sueño!

¡Era una nariz tan fina, tan espiritual, tan feliz, la de ese viejo primer diplomático!

¡Esconda, esconda esa nariz!

Pues bien, querido mío, cuando regrese usted al palacio para compartir el chucrut real (...) con crímenes de... dama (...) en la historia, ¡llevará usted para siempre esa nariz carbonizada entre sus ojos estúpidos!
¡Así es! ¡Era cuestión de no soñar despierto!

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El año pasado, apareció este retrato desconocido de Arthur Rimbaud. Hace pocos días, fue el turno de este artículo inédito escrito por Rimbaud a los 16 años en un extinto diario de provincia, Le Progrès des Ardennes. El director de cine Patrick Taliercio lo descubrió en una librería de viejo en Charleville, ciudad natal del poeta. El artículo fue publicado el 25 de noviembre de 1870 con el seudónimo Jean Baudry, y si bien tiene algunas intenciones periodísticas no está para nada alejado del registro poético. Precisamente, el director del periódico Le Progrès des Ardennes, cansado de los múltiples poemas enviados por Rimbaud durante 1870, le respondió: “¡No me envíe más poemas! ¡Irán todos a la basura! Si me envía algo de actualidad, veré si lo publico”. El hallazgo abre expectativas al descubrimiento de nuevos artículos de Rimbaud.
 
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