Dom 01.02.2004
turismo

LONDRES CAMDEN TOWN

Un día de bohemia

Al norte de Londres, en uno de los sitios considerados más atractivos de la capital británica, hay mucho para ver. El lugar es Camden Town, un gran barrio integrado por mucha gente bizarra, cinco amplios mercados de pulgas, una fila interminable de puestos de ropa usada, locales de comida étnica y objetos tan extraños que resulta difícil descubrir para qué podrían servir.

› Por Daniela Chueke

Basta salir del subte y caminar los primeros diez metros hasta Camden High, la calle principal, para darse cuenta de que uno ha llegado a un lugar completamente fuera de lo común. Pese a figurar en todas las guías turísticas de Londres, Camden Town esconde un submundo al que no cualquiera puede adentrarse. No al menos sin estar dispuesto a abrir la mente, ampliar la mirada y dejarse llevar por toda suerte de sensaciones extrañas y perturbadoras.
Conviene ir un domingo, con bastante tiempo y pocos prejuicios. De otro modo sería imposible relajarse y disfrutar del paseo, que promete mucha diversión aparte de las típicas compras en las ferias al aire libre.
Una legión de representantes de las más excéntricas tribus urbanas convive pacíficamente en las calles y los comercios del barrio londinense. Para un lego o un simple turista no es fácil distinguirlos, pero ellos se reconocen y diferencian entre sí por sus ropas, códigos de comunicación, comportamientos y distintos rituales: pueden ser góticos, punks, clubbers, navers, y hasta algunos sobrevivientes hippies.
Ellos se las arreglan para vivir su vida sin molestar y sin ser molestados. Como si sus cabellos verdes, plataformas de 15 centímetros, tatuajes y aros incrustados en los lugares más insólitos del cuerpo, no llamaran en absoluto la atención, esperan a los visitantes para distribuir entre ellos centenas de folletos promocionales: de clubes nocturnos exclusivos, de negocios especializados en cosas bizarras, clínicas de colocación de piercings o de peluquerías en las que es posible hacerse alguno de esos “raros peinados nuevos”.

STABLES MARKET, EL MAS NUEVO Todas las grandes metrópolis tienen sus espacios considerados alternativos, pero Camden es, además del mayor y el más variado, el único en el que los movimientos contraculturales se mantienen vivos y efervescentes. En Camden las personas creen y sostienen, con absoluta convicción, los valores de sus respectivas tribus, sean cuales fueren. Es fácil comprobarlo si uno, después de curiosear entre los mercados para comprar regalos diferentes, se da el tiempo para investigar con cierta actitud antropológica,
Así, por ejemplo, es posible descubrir que los vampiros existen. Al menos hay quienes lo aseguran, desde las páginas de la revista Bloodstone, especialmente escrita para vampiros, y que se consigue en La Maga City Comics, un local muy llamativo ubicado en la calle Inverness. Sus lectores son también fanáticos de Black Rose, uno de los locales góticos del Stables Market, el mercado más nuevo y extravagante del barrio. Trajes de estilo medieval, adornos escalofriantes para la casa, candelabros con forma de cráneo y todo tipo de instrumentos de magia negra se consiguen en ese gran bazar gótico. Cualquier duda, se puede siempre consultar a los vendedores, sin dejarse amedrentar por su aspecto vampiresco; se sabe que de día son inofensivos.
La otra raza de Stables es la de los futuristas. Todo lo que ellos necesitan lo encuentran en Cyberdog, un local de ropas tan disparatadas como inútiles, pero de diseños totalmente de avanzada y con materiales increíbles: corpiños de plástico que brillan en la oscuridad, remeras decoradas con luces que se encienden y se apagan, polleras que parecen la cola de un lagarto extraterrestre. Todo eso exhibido en un ambiente de rave: luz negra, música electrónica y decorados cibernéticos.
Los afectos al tatoo se congregan en Pepi’s y los cultores del piercing –los que se perforan el cuerpo con argollas y metales– aseguran que el mejor sitio para ponerse un nuevo accesorio es el London Piercing Studios.

LOS OTROS MERCADOS Si el tiempo alcanza, hay otros cuatro mercados para visitar. El Inverness Street Market vende frutas y verduras orgánicas para toda esa corriente de consumidores que defienden los cultivos totalmente naturales y combaten los alimentos genéticamente modificados. Enfrente queda el Camden Market, en donde se vende ropa, objetos antiguos y accesorios, generalmente usados, pero también objetos de diseño. Es el paraíso para los nostálgicos y amantes del revival. A lo largo de la calle Camden High y su continuación, Chalk Farm, se encuentran las zapaterías en las que es posible hallar todos los modelos de botas y zapatos con plataformas kilométricas que, contrariamente a lo que se puede suponer, son bastante cómodas. Al final de la calle, se llega al más viejo de los mercados, el Camden Lock Market.
En la década del ‘70, el mercado, situado a orillas del Regent’s Canal, comenzó a funcionar los fines de semana, con venta de artesanías, pero pronto se incluyó una amplia variedad de artículos como antigüedades, ropa y puestos de comida callejera. El lugar pronto empezó a atraer a grandes números de londinenses y turistas, por los precios bajos y por el atractivo del lugar. Los paseos en bote por el canal o simplemente la opción de mirar los barcos pasar a través de los diques se convirtió y todavía es una parte importante de una visita a Camden.
El comercio durante los días domingo se permitió en este lugar cuando todavía era una actividad prohibida en muchas otras partes de la ciudad y eso contribuyó al crecimiento de la zona. En 1985, el área ya era famosa y entonces se añadieron otros tres mercados, y muchos de los locales situados entre las estaciones de subterráneo de Camden Town y Chalk Farm se vendieron y se convirtieron en restaurantes turísticos. La construcción de nuevos estudios, con sus famosos huevos gigantes y tazas en el techo de la Breakfast TV Station (TV-am), y ahora hogar de la MTV, marcó la tendencia para la llegada de un gran número de compañías de medios de comunicación internacionales que cambiaron la cara de Camden Town en los últimos diez años.
En 1990, muchos de los viejos edificios del Lock fueron renovados y se instaló el nuevo Market Hall con tres pisos de pequeños negocios cerca de la calle principal. Pero el mayor cambio en los últimos años fue el hecho de que ahora la actividad se desarrolla a lo largo de toda la semana y no sólo los sábados y domingos. La mayoría de los comercios permanecen abiertos los siete días de la semana.
Lo interesante es que la mayor parte de las personas que trabaja, vive y circula por Camden Town no es de origen británico. Lo que menos se ve por las calles son ingleses. El contraste es la norma en todas partes: la arquitectura victoriana, combinada con los olores de los hot dogs alemanes, los shish ke babs árabes y los arroces al curry indios; las cabezas rapadas y las multicolores, los trajes hippies y los punks, la vanguardia y la nostalgia.
La diversidad es la esencia. Y quizás también lo sea cierta libertad para tentarse y animarse a cambiar un poco. Se sabe, allí nunca nadie lo va a mirar asombrado si decide llevar los cabellos totalmente pintados de colores fluorescentes; no le van a preguntar si va a una fiesta de disfraces cuando compre un vestido de vinílico transparente, y tampoco van a cruzar la vereda si lo ven ataviado con agresiva campera de cuero con tachas puntiagudas y cadenas en lugar de collares. Nada, absolutamente nada, parece raro en Camden Town, uno de los lugares más excéntricos del mundo.

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