Los estudiantes de izquierda que conducen la federación de la UBA reivindican sus reclamos y explican por qué rechazan el acuerdo de los decanos. Denuncian la posible intervención del Gobierno.
› Por Javier Lorca
Demonizada e idealizada, la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) se ha instalado, a fuerza de tomas y protestas, como un actor protagónico de la crisis institucional que desangra a la Universidad de Buenos Aires. En esta entrevista con Página/12, los copresidentes del órgano que representa a los centros estudiantiles reiteran su rechazo al acuerdo de gobernabilidad consensuado por los decanos y anticipan que se movilizarán al Congreso si el Gobierno lo habilita como sede para realizar la asamblea y elegir rector.
–Hace ocho meses, ¿imaginaban que para esta época la UBA iba a estar sin rector y envuelta en una profunda crisis?
Martín Bustamante (23 años, estudiante de Comunicación, militante de la CEPA-PCR): –Desde el principio confiamos en la lucha y entendimos que el reclamo era justo: una persona fuertemente cuestionada iba a ser elegida rector, eso demostraba la esencia de un sistema que garantiza a las castas profesorales minoritarias el control de la UBA, y que era necesario democratizar la universidad. La lucha ya tuvo logros parciales, como haber bajado la candidatura de Alterini y haber instalado la necesidad de reformar los estatutos.
María Damasseno (21, Sociología, MST): –La universidad está en situación de crisis casi permanente, una crisis presupuestaria que afecta a docentes y trabajadores, deterioro de las condiciones académicas producto del vaciamiento de las carreras, un régimen de gobierno totalmente antidemocrático. Era por lo menos previsible que este año la UBA entraba en un cruce de caminos. No se puede continuar profundizando el derrumbe de la universidad pública. Que estemos hace ocho meses en esta situación habla de que la crisis es muy profunda.
Juan Pablo Rodríguez (26, Psicología, PO): –Lo que no podíamos prever, bajo ningún punto de vista, eran las variantes que se fueron sucediendo, que sectores de lo que se llamó el progresismo universitario pactaran con el shuberoffismo para dar una salida a favor de la privatización y las camarillas. Pero la crisis de la UBA no empezó en abril ni va a terminar cuando logren, si es que logran, elegir rector. Empieza mucho antes y va a terminar mucho después.
–La FUBA consiguió sostener sus reclamos con la movilización y la acción directa, características del movimiento estudiantil al menos desde la Reforma del ’18. ¿No es una debilidad de la federación que, meses después, se siga apoyando en esa metodología sin haber traducido esa fuerza a otras iniciativas o canales de participación?
J.P.R.: –Invierto la pregunta: ¿no comete un error la camarilla de profesores insistiendo en elegir rector con el mismo método de antes de la crisis? Lo que se ve como repetitivo de la FUBA no es más que la respuesta al autismo de la camarilla. Venimos proponiendo que se haga un plebiscito para que sea el conjunto de la comunidad universitaria la que decida qué hacer. Tenemos propuestas de salida que exceden a la camarilla y que exceden a la FUBA. Pero la camarilla no quiere dar ninguna respuesta que la exceda a ella misma, por eso aparece la federación impidiendo esa salida.
M.B.: –Hay que recordar que el rumbo y las decisiones que viene tomando la federación fueron ratificados por los estudiantes en las elecciones que acaban de terminar.
M.D.: –La FUBA es el único actor de esta crisis que ha sido coherente y consecuente con su política. Repetidamente hemos hecho propuestas de salida, entendiendo que no hay posibilidad de solución de la mano de estas camarillas que sólo se acuerdan de los reclamos de la comunidad cuando no pueden entrar a la asamblea universitaria. El resto del tiempo hacen caso omiso, intentan seguir como si nada pasara.
–Si bien proponen elegir primero al rector, los decanos sí incluyen en su propuesta de consenso abrir la reforma de los estatutos. ¿Por qué la rechazan?
J.P.R.: –Hace cinco años nos dijeron lo mismo y acá estamos. La impostura reside en que todos estarían de acuerdo con la reforma, pero nadie la quiere hacer. Dicen acordar con que el estatuto es antidemocrático, pero igual quieren elegir rector con ese estatuto. Nosotros decimos no: democraticemos primero y después elijamos rector. Podrían haber cumplido ese programa hace cinco años y no lo hicieron, podrían hacerlo ahora y no lo hacen, ¿por qué vamos a creer que después de elegir rector van a democratizar?
M.B.: –Acabamos de presentar ante el Consejo Superior cuatro proyectos para ir resolviendo la crisis y no los quieren tratar. Eso quiere decir que están vendiendo espejitos de colores...
J.P.R.: –Lo más grave del pacto es que le da la caja al shuberoffismo, ni más ni menos a gente de Económicas que opera para el macrismo. La caja de la UBA la va a tener Macri.
M.D.: –Los lugares esenciales del gobierno de la UBA los ocuparían no sólo los mismos nombres del shuberoffismo sino también los mismos que los iban a ocupar con Alterini. La supuesta propuesta de consenso busca chantajear a la comunidad universitaria y a toda la sociedad, quieren elegir rector para perpetuarse y hacer una reforma a su conveniencia.
–¿Qué va a hacer la FUBA si se convoca la asamblea en el Congreso?
J.P.R.: –La intervención del Gobierno en la universidad autónoma para darles garantías a las camarillas privatizadoras va a ser catastrófica. Es obvio que si llaman a la asamblea en el Congreso los estudiantes vamos a discutir y a movilizarnos para derrotar al Gobierno y a las camarillas.
M.D.: –El Gobierno actúa de esta manera porque busca frenar el proceso de democratización no sólo en la UBA sino también en otras universidades que están por elegir rector, como Rosario, La Plata, Comahue, Córdoba.
J.P.R.: –El estatuto que la camarilla profesoral tanto defiende dice que la asamblea debe hacerse en sede de la UBA. Los defensores de la legalidad antidemocrática de la UBA entrarían en la completa ilegalidad para elegir rector. Peor, el gobierno de Kirchner estaría pactando la ilegalidad con la camarilla universitaria. Aparte tienen otro problema. Por más que el estatuto deja en minoría a las mayorías, nosotros también existimos y tenemos 50 consejeros que son parte de la asamblea. No nos pueden meter debajo de la alfombra.
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