Página/12 :: El mundo :: Para la familia fue suicidio

La diputada (PS) Isabel Allende desechó la versión del médico forense Luis Ravanal, quien afirmó que la autopsia no es sustentable técnicamente y que el ex presidente recibió dos impactos de bala ocasionados por armas diferentes. “Ese es un capítulo cerrado (...). Si el doctor Ravanal quiere tener esa opinión, está bien, que la tenga; pero la familia Allende desde hace muchos años que hemos sustentado fidedignamente lo que establecieron los médicos que lo acompañaron hasta el final”, aseveró la diputada. Según la parlamentaria, ella y su familia tienen absoluta “convicción y confianza” en lo que los nueve médicos que acompañaron a su padre establecieron –que la muerte del ex presidente fue producto de un disparo que él mismo se propinó–, descartando la participación de terceros.

“No hubo ningún militar que subiera hasta el segundo piso al momento de la muerte del presidente Allende, no hay por dónde sustentar aquello. Es más, sería tan grave como desconocer la palabra de todos los que estuvieron con él, lo que además los pondría como sospechosos porque no había ningún militar que subiera hasta ese momento”, reiteró la diputada.

Allende insistió en que este tipo de versiones le parecen una falta de respeto para los médicos que se quedaron con Allende y no entiende con qué ánimo ni interés surgieron. “Ya deberían tener respeto, si es que alguna vez lo sintieron, por los dolores de una familia y de un país. Ya está bueno que entendamos –por lo menos desde el punto de vista nacional– que para nosotros la única versión fidedigna es la que tienen los médicos”, recalcó Allende. La diputada aseguró que a su familia no le interesa seguir en este tipo de polémica y que no está dispuesta a abrirse a nuevas hipótesis que no se pueden sustentar.

Con todo, el recuerdo de Allende ronda por los pasillos de La Moneda, en especial en los socialistas como él. Hoy, la presidenta Bachelet inaugurará el salón donde se suicidó el ex mandatario chileno. Este despacho se utilizaba como oficina, hasta que la actual jefa de Estado decidió restaurarlo y dejarlo tal como estaba hasta antes del 11 de septiembre de 1973.