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El kirchnerismo recogió el guante arrojado por el sector de la población que el jueves pasado salió a protestar bajo un amplio abanico de consignas opositoras y buscará realizar, en las próximas semanas, al menos una convocatoria popular masiva en respaldo del gobierno nacional. “No podemos regalarles la calle. Ellos salieron a manifestarse en total libertad, lo mismo haremos nosotros. Aunque fue una protesta fuerte sigue tratándose de un grupo minoritario”, explican en la Casa Rosada, confiados de que una convocatoria oficialista superará en número a la de la semana pasada.
Con los ecos del cacerolazo todavía resonando, la misma noche del jueves comenzó a circular por las redes sociales una convocatoria para marchar a Plaza de Mayo el 27 de octubre, segundo aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. No llevaba la firma de ninguna agrupación y en el Gobierno aseguran que no están detrás de la iniciativa. Una opción que se baraja a nivel militancia es realizar otra, lo antes posible, incluso esta misma semana. Les preocupa esperar más de un mes antes de dar una muestra de fuerza. Sin embargo, la decisión final está en manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que, según pudo averiguar Página/12, aún no ha dado ninguna instrucción al respecto.
“No estamos preocupados. Era lo que esperábamos. Como no pudieron evitar la reelección, los sectores concentrados de poder esperan la oportunidad de condicionar y debilitar a la Presidenta –analizan en el Gobierno–. Y se montan sobre una protesta parcial de un sector minoritario para intentar transmitir una sensación de fragilidad que no existe.” De todas formas, advierten, hay que estar alerta. “No cabe duda de que entre los manifestantes había algunos, no todos, pero algunos, que no quieren que Cristina termine su mandato, al igual que quienes operan estas maniobras”, explican. Hay en el Gobierno una seguridad: que estas protestas deben leerse a la luz del acortamiento de plazos hasta que caiga la cautelar que protege al Grupo Clarín de la aplicación de la ley de medios.
Por eso “es necesario mantener la iniciativa y no dejar que la oposición se agrande”, diagnostican en Balcarce 50, motivo por el cual comenzó a pensarse en una manifestación esta misma semana. La convocatoria para conmemorar el segundo aniversario de la muerte de Kirchner empezó circular por Facebook el jueves mismo. “Seguramente haremos una movilización fuerte, pero todavía falta mucho, ya veremos”, es la respuesta por ahora. Hay una tercera convocatoria multitudinaria en los planes del kirchnerismo antes de fin de año: un acto en un estadio que replique el Vélez de abril, bajo la bandera de Unidos y Organizados.
De todas formas, la respuesta no pasa solamente por ganar la calle. “Hay que reaccionar con política”, es la consigna. Todavía está fresco el recuerdo de que tras la disputa con las patronales agropecuarias el gobierno de CFK redobló la apuesta. La Asignación Universal por Hijo, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el matrimonio igualitario fueron en aquella ocasión tres jugadas que ayudaron al kirchnerismo a dar vuelta el partido. “No hay que descartar –concluyen en la Rosada– que Cristina salga por la tangente con una iniciativa que patee el tablero.”
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