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El país|Domingo, 5 de junio de 2016
ENTREVISTA A EDUARDO DE LA SERNA

“En los barrios pobres se huele tristeza”

El referente de los Curas en Opción por los Pobres critica al Gobierno por el impacto de sus políticas. También habla del Papa y su reunión con Bonafini, de CFK y de Milagro Sala.

Por Nora Veiras
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“Dudo de que Casaretto conozca la realidad”, dijo De la Serna.

Eduardo de la Serna se ordenó sacerdote en 1981, integra el Grupo de Curas en Opción por los Pobres. Antes de ser seminarista ya había colaborado como estudiante secundario en el trabajo barrial de Carlos Mugica en la Villa 31 de Retiro. Charlaba con el referente más popular de los curas del Tercer Mundo hasta que una patota de la Triple A lo asesinó. Con el retorno de la democracia aquellos curas que sobrevivieron al terror se reencontraron y formaron el Grupo que muestra una Iglesia distinta a la jerarquía. Desde la asunción de Mauricio Macri decidieron hacer escuchar su voz con una carta quincenal de alerta sobre la situación social. De la Serna conversó con esta cronista en el programa Notas Verdaderas que se emite por el canal QM Noticias en la provincia de Buenos Aires. Con ironía y frontalidad, el cura de la parroquia Jesús El Buen Pastor de Francisco Solano habla sobre Cambiemos, el Papa, Hebe de Bonafini, Jorge Casaretto, Cristina Kirchner y Milagro Sala.

–El obispo emérito de San Isidro Jorge Casaretto dijo que Francisco tendría en los obispos mejores ‘informantes’ que Hebe de Bonafini para saber lo que pasa en la Argentina. ¿Cómo analizás esa declaración?

–No sé si Casaretto habló alguna vez con Hebe de Bonafini, sospecho que no, como para saber qué piensa y qué puede decir Hebe. Hebe no es la reina de la diplomacia. Ahora, eso no le quita absolutamente nada. Creo que la actitud de Casaretto lo que rebeló es su prejuicio. Dudo que Casaretto, que se ha hecho asesorar por Eduardo Serantes, por Gabriel Castelli –gente ligada a la oligarquía sojera, a los bancos, CEOs de empresas–, conozca la realidad argentina.

–También es llamativo que haya apelado a la palabra “informante”, un término poco feliz, siendo muy benévola.

–Es casi tan poco feliz como cuando Macri usó dos veces la palabra proceso en el Día del Ejército. Si hay víctimas y victimarios, cosas que muchas veces los obispos niegan, Hebe lleva la voz de las víctimas. Tengo la sensación de que Casaretto lleva la voz de los victimarios.

–Algunos pusieron el acento en que Hebe le pidió disculpas al Papa por lo que había dicho sobre él, ¿no le tendría que haber pedido disculpas el Papa a Hebe como representante de las víctimas en la Argentina?

–Creo que la mayoría de los obispos –salvo excepciones como Novak, Devoto, Hesayne, Angelelli, antes– han quedado pegados del lado de los victimarios. Que hablen de reconciliación es una ironía o es un sarcasmo o es una burla. Creo que Jorge Mario Bergoglio tuvo algunas cosas que no fueron lo suficientemente felices en su paso durante la dictadura. No te voy a decir que fue un cómplice o un entregador, no tengo tanto dato como para afirmarlo, creo que siendo provincial de los Jesuitas, en el caso de Jalics y Yorio, los dos sacerdotes que estuvieron secuestrados en la Esma, no fue feliz. He escuchado a Yorio, le he creído, y se lo dije a Bergoglio hace muchos años. Creo que Bergoglio en muchas cosas ha dado pasos de reconciliarse con ese pasado. Generalmente dicen que las autoridades no piden perdón pero hacen gestos que lo están pidiendo. A lo mejor invitar a Hebe suena a que también él quiere pedir perdón.

–¿Qué pensás cuando Macri declama el objetivo de Pobreza Cero?

–Marcos Peña dijo: “No hay crisis del empleo en la Argentina”. Esteban Bullrich dijo: “No hay problemas en las universidades”. Jorge Triaca dijo: “No hay problemas de trabajo”. Patricia Bullrich dijo: “No hay problemas de seguridad”. Van a decir “No hay pobreza”.

–Y los medios lo van a reproducir...

–Van a decir “Se acabó la pobreza en la Argentina”. Es la política de la negación de la realidad. Una de las cosas que funcionan en el discurso oficial es que dicen cosas que no se condicen con la realidad pero repiten, repiten. Está claro que en los barrios pobres se huele tristeza. Al vecino le venían 80 pesos de luz y le vinieron 700, que la luz, que el gas…, todos tienen parientes, amigos, conocidos o ellos mismos que se quedaron sin trabajo, hijos que tienen que volver rendidos a la casa de los viejos. Todo ese tipo de cosas se empieza a oler. Le podrán hacer la cabeza a la gente con duranbarbismos pero no le van a poder engañar el estómago. Me resultó muy interesante, excelente, la frase de La Garganta Poderosa a partir de la presentación que hizo ShowMatch: “Si puede entrar Pampita, también puede entrar el SAME”, en alusión a las denuncias por la resistencia del servicio médico de la Ciudad de Buenos Aires a entrar a las villas, lo cual ha costado más de una vida. Eso lo puede pensar y decir alguien que está ahí.

–La vicepresidenta Gabriela Michetti dijo que la evidente tensión entre el Gobierno y el Papa se debe a que Macri no le ha podido explicar en “un cara a cara”cuál es su política…

–Está claro que tienen que jugar el rol de hacerse los tontos sino uno no puede escuchar semejante tontería de parte de una vicepresidenta que pareciera leer y escribir con dificultad. Es lo que dicen para no admitir que están desconcertados con las actitudes del papa respecto al gobierno. Mirás las fotos del papa con Hebe y las fotos con Macri y vas a ver una sonrisa en una y en otra no; vas a ver dos horas de reunión frente a 22 minutos. El Papa sabe lo que es el capitalismo neoliberal.

–Los obispos argentinos han dicho, siguiendo lo que postula el Papa, que no creen en la teoría del derrame. ¿Esto es un indicio de una mayor crítica a la política económica en práctica?

–Los obispos son un combo difícil de unificar. De cien obispos que hay en la Argentina, sesenta lo eran cuando Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y Bergoglio tuvo internas con obispos que lo odiaban, más bien por el lado de la derecha. Bergoglio podía ser el conservador popular y los otros podían ser medio nazis o algo por el estilo. Todo ese sector del Episcopado no quiere saber nada con Bergoglio pero no pueden hablar mal del Papa porque quedan ellos descolocados después de que hablaron durante siglos de la obediencia al Papa porque los papas anteriores eran a su gusto y placer. Es interesante porque uno escucha periodistas como Jorge Fernández Díaz o Joaquín Morales Solá o editoriales de La Nación que hablan en contra del Papa y ningún obispo salió a decir, por lo menos, no lo han entendido al Papa, para usar palabras de Michetti.

–Ahora esto de marcar su desacuerdo con la teoría del derrame…

–El Papa explícitamente habla de ese tema en la Exhortación Apostólica sobre la Alegría del Evangelio.

–Dijiste que si Macri hubiese tenido dignidad tendría que haber renunciado y algunos se escandalizaron.

–Fue una ficción porque me preguntaron qué le diría si estuviera cinco minutos con el Presidente. Como voy a pretender que muchos medios salgan a hablar críticamente de los Panama Papers si La Nación y Clarín están en los PanamaPapers. Se trata de cuidarse las espaldas.

–Ahora prácticamente hay que agradecerle a Macri porque va a traer al país los 18 millones de pesos que no había declarado.

–Casualmente le dio también 18 millones a las Scholas Occurrentes que promueve el papa. Todo para el bien de los pobres jubilados que dicen que van a financiar con el blanqueo y lo califican como la mayor política social en los últimos 20 años. Yo hubiera jurado que generar trabajo era una política social.

–El encuentro de ustedes con Cristina Kirchner reactivó las críticas contra los curas que hacen política, ¿cómo lo viven?

–La idea nuestra era saber cómo pensaba ella el Frente Ciudadano, no nos presentamos como candidatos a nada. No sabía que juntarse con un político es política. Por ejemplo, un cura muy amigo trabaja en Tigre y por motivos institucionales tiene varias fotos con Massa, nunca nadie le dijo nada, ahora apareció en la foto con Cristina y le dijeron de todo. Está lleno de curas que se juntan con intendentes, con gobernadores, los obispos se pueden juntar con un Presidente y yo no puedo.

–Por ahí, en la teoría Casaretto no califican.

–Nosotros simplemente quisimos hablar con Cristina sobre el Frente Ciudadano y si pensaba que como curas había algo que se podía pensar en esa línea. Sobre todo porque hacía eje en la igualdad y en la libertad, lo cual me parece que ni siquiera ningún obispo muy cerrado se negaría a pensar que desde nuestro lugar de curas podamos acompañar a la gente para la libertad y para la igualdad. Los que tienen una postura anti, que es una postura política, han tenido críticas y varios curas de nuestro grupo han sufrido actitudes bastante poco cristianas de parte de otros curas. Allá ellos si quieren seguir profundizando la grieta.

–En el caso de Milagro Sala ustedes también se pronunciaron de inmediato por la liberación de una presa política y el Papa generó estupor al enviarle un Rosario. ¿Cómo analiza la indiferencia de gran parte de la dirigencia política?

–El gobernador Gerardo Morales, un hombre elocuente, dijo que el Papa interfiere en la política de la provincia, yo creía que era el Poder Judicial independiente…Lo que tenemos claro es que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Acá decían que Cristina quería ser diputada del Parlasur para tener fueros y acá tenés una diputada del Parlasur que está presa ilegalmente. Mientras no se le compruebe un delito, Milagro Sala tiene que estar libre, lo dice la Constitución Nacional a partir de la incorporación de los pactos por los Derechos Humanos. Me parece que acá hay una intolerancia absoluta hacia una mujer que hizo obras absolutamente maravillosas para la gente pobre de la provincia, más de las que hizo el gobierno anterior y por supuesto este desgobierno-gobierno de Morales. Está claro que ahí no hay ni igualdad ni justicia.

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