“En la Argentina estamos lejos de los países del sudeste asiático, donde probablemente empiece la pandemia de gripe, pero vecinos como Chile y Brasil tienen vínculos más estrechos con ellos”, advirtió Horacio López, profesor de infectología y director de la carrera de esa especialidad en la UBA. El especialista destacó que la respuesta a la pandemia “no será resorte exclusivo del Ministerio de Salud, sino que incluirá a los responsables de Migraciones, de Agricultura y en general de las comunicaciones con el exterior”.
“Este virus apareció primero en el sudeste asiático, hace poco más de dos años, en aves. Primero afectó a los pollos, pero, como mucha gente en esa región vive de la comercialización del pollo, no se hizo mucho para sacrificar la cantidad necesaria de animales y así controlar la epidemia –contó el especialista–. Después, se infectaron los patos, y sucede que este virus no produce síntomas en estos animales, lo cual hace más fácil que la enfermedad se trasmita; existen miles de millones de patos en el sudeste asiático. El tercer paso consistió en que la infección llegó a especies de aves migratorias. Estas aves ya llegaron a Europa del Este y es previsible que, en el próximo invierno boreal, sigan migrando hacia el Oeste y el Sur, en busca de calor; probablemente lleguen al norte de Africa y quizás India y Bangladesh.”
“Esta gran diseminación hace que el reservorio actual del virus ya sea enorme –continuó López–; cuando más se replica el virus, más posibilidades hay de que llegue a mutar y adaptarse a la trasmisión entre seres humanos: por eso la OMS anticipa que la pandemia será inevitable. No se sabe cuándo comenzará, si en los próximos meses o más adelante, pero sí se sabe cómo comenzará: cuando, en un mismo paciente, cohabiten el virus de la gripe aviaria y el de la gripe humana, lo que permitirá la transferencia genética necesaria para que se constituya un nuevo virus con suficiente eficacia para trasmitirse entre humanos.”
En cuanto a la prevención y tratamiento, “todavía no existe una vacuna; el promedio de los investigadores supone que en unos seis meses podría haber datos esperanzadores al respecto, pero no hay seguridad”.
En cuanto a la Argentina, “no tenemos mucha vinculación aérea con el sudeste asiático, pero sí la tienen Brasil y Chile”, observó López, y destacó que “el tema no podrá ser resorte específico del Ministerio de Salud, ya que involucrará a la regulación de las migraciones, los viajes e incluso el control de aves”.
Llegado el caso, “las autoridades sanitarias comunicarán a la población la situación de riesgo. Los casos comunes podrán ser aislados en sus casas, los más graves requerirán aislamiento respiratorio en el hospital; eventualmente habrá que limitar los viajes en avión, internacionales y de cabotaje. Lo más probable es que internacionalmente se procure poner en cuarentena al o los países donde se desate la pandemia”, anticipó el especialista.
En cuanto a la cantidad probable de infectados, “hace unos meses la revista Nature anticipó que podría enfermar, incluyendo casos de leves a graves, una proporción probable del 20 por ciento de las poblaciones. Esto implicaría que cerca de 30 millones de personas deberían ser inernadas en el mundo, y que tal vez la cuarta parte de ellos morirían. Esto viene a aproximarse a la estimación de siete millones y medio de muertos que en las últimas horas dio a conocer la OMS”, recordó López.