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Los resultados del relevamiento de expectativas de mercado que realiza el Banco Central evidenciaron una desmejora en ciertos indicadores clave de la economía argentina para este año. Sin el pesimismo de las proyecciones del Fondo Monetario, el pronóstico de crecimiento volvió a ser revisado a la baja en el Informe de Inflación para el segundo trimestre. Un tímido 1,2 por ciento de aumento en la actividad es explicado por la crisis mundial. Esa caída se explica por una contracción del comercio internacional que impactará en las exportaciones, mientras que el estancamiento del crédito contribuirá con un menor nivel del consumo doméstico. El deterioro en las condiciones laborales también se hará sentir en 2009, más en la industria que en la construcción, donde la obra pública intentará amortiguar la tendencia sobre este último sector.
La publicación del Central se vio opacada esta semana por las proyecciones del FMI para la región y el país. Ese desvío en la atención condujo a que no se prestara atención a otro ajuste de las variables analizadas por la autoridad monetaria que conduce Martín Redrado. “Las expectativas de crecimiento para el año en curso disminuyeron nuevamente, 0,8 puntos porcentuales, en esta oportunidad a 1,2 por ciento. Esta merma se explica por las caídas en el aporte tanto del consumo como de la inversión, que fueron parcialmente contrarrestadas por una mayor contribución negativa de las exportaciones netas”, se señala en el documento del BC.
La caída en la actividad comenzó a verificarse a partir del último trimestre del año pasado. El principal componente de la demanda que se vio alterado en ese entonces fue el gasto en bienes de capital, que para fines de 2008 ya presentaba una contracción. Por su parte, la inversión en construcción, junto con la industria automotriz los motores de la economía, se redujo pero con un nivel de volatilidad menor. En este sentido se espera que se encuentre un “soporte” en el plan de infraestructura del Gobierno y en la finalización de las obras privadas todavía en ejecución. Ese menor crecimiento está en línea también con la publicación oficial de un trimestre completo de caída en el sector fabril.
La contracción del comercio a nivel mundial afecta además el intercambio externo. La mayor caída se observa en las importaciones, debido a que la demanda de bienes intermedios para la industria o de bienes de consumo durable es más elástica en comparación con las exportaciones argentinas. “Las previsiones de exportaciones e importaciones para 2009 fueron corregidas a la baja, al igual que un trimestre atrás, con las compras externas disminuyendo nuevamente más que las ventas externas”, señala el Informe de Inflación. El saldo para la balanza comercial se ubicó en 9000 millones de dólares, equivalente a 3 por ciento del PIB.
Por su parte, las proyecciones del índice de precios implícito de la economía para todo 2009 fueron corregidas a la baja en 3,2 puntos para ubicarse en 8,6 por ciento, mientras que las estimaciones de variación salarial se ajustaron a un 15 por ciento.
Luego de haber exhibido un descenso en la desocupación hasta el año pasado, los indicadores del mercado laboral “han comenzado a dar muestras de un incipiente deterioro”. Se prevé además que la participación de la población en el mercado de trabajo logre incrementarse para compensar el menor aumento en los ingresos esperados para el transcurso del año. La conclusión coincide con estudios privados que dan cuenta de un traspaso de trabajadores registrados al sector informal.
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