Con el consumo de la información agropecuaria sucede algo similar a lo que pasa con el Indec: el lector debe esforzarse para saber qué parte es verdad y cuál no. A partir de la sequÃa que afecta los rindes de la presente campaña, quizás una suerte de castigo divino por el desabastecimiento y los aumentos de precios que las corporaciones agropecuarias provocaron en 2008 afectando a la población más vulnerable, toda la información generada en el sector es cuasi apocalÃptica. Según la interesada mirada de la Federación Agraria, la caÃda de las exportaciones correspondientes a la campaña de granos 2008-2009 superarÃa los 18.000 millones de dólares. Probablemente no sea tanto, pero la caÃda será importante. Para CREA (Consorcios Regionales de Experimentación AgrÃcola), la producción de maÃz, trigo y girasol se reducirá a la mitad. En el último Informe de Inflación del Banco Central se habla de una caÃda un poco menor, alrededor del 37 por ciento sólo para los cereales (el aporte del girasol es marginal en el contexto). Parece complicado culpar a las retenciones por la sequÃa, pero que el Estado se lleve una parte cuando la torta se achica parece ser más doloroso que cuando se agranda. De esto se lamentan los empresarios agrÃcolas.
Por supuesto la sequÃa afecta indirectamente, vÃa menores pasturas, a la ganaderÃa y a la lecherÃa. En un comunicado difundido esta semana, CREA realizó un diagnóstico de la situación de la lecherÃa con componentes que no se escuchan para otros sectores. Sostuvo que los tamberos sólo reciben por el litro de leche un tercio del valor del sachet en los supermercados.
El precio primario rondarÃa, según los productores, los 75 centavos por litro. La SecretarÃa de Agricultura dejó de publicarlo el pasado septiembre, cuando estaba en 90 centavos. En teorÃa, según lo acordado entre usinas, Gobierno y tamberos en octubre de 2008, el precio deberÃa ser de un peso el litro, pero los tamberos insisten en que este valor no se cumple.
El problema es que el valor recibido se encontrarÃa en el borde de los costos de producción. En el último Informe Lechero de CREA se destaca que luego de alcanzar un pico de más de 80 centavos por litro en septiembre pasado, los costos de producción (para un tambo que produce 3500 litros) bajaron a 75 centavos.
Más allá de la situación interna, los datos del exterior no son halagüeños. Decididamente, los precios internos no siguieron el sendero de los internacionales. Tomando como referencia los valores pagados en Europa, y luego de alcanzar un techo de 5600 dólares la tonelada en octubre de 2007, en los primeros tres trimestres del año pasado las cotizaciones se estabilizaron en torno de los 4500 dólares, pero desde entonces cayeron fuertemente hasta los 2200 dólares en febrero pasado. En los últimos dos meses se registró una leve recuperación, hasta pasar los 2300 dólares. Los pisos de precios parecen quedar atrás, pero el camino de la recuperación es largo. El año pasado, además, el consumo mundial habrÃa caÃdo el 0,5 por ciento, baja que por sà sola no justifica el derrumbe de las cotizaciones.
Un dato llamativo es lo que ocurre en Brasil, donde la leche importada desde la Argentina se vende a 17 centavos de dólar el litro, cuando el precio pagado a los productores locales es de 25 centavos de dólar. Por eso la Confederación de Agricultura y GanaderÃa de Brasil demandó al gobierno que restrinjan las importaciones y dijo que acusarÃa a la Argentina por dumping. En 2008 las ventas argentinas a Brasil crecieron el 40 por ciento.
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