El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define al desarrollo humano como 鈥渆l proceso de ampliar la gama de opciones de educaci贸n, atenci贸n m茅dica, ingreso y empleo e incluso tiene que ver con el total de opciones humanas, desde un entorno f铆sico en buenas condiciones hasta libertades pol铆ticas y econ贸micas鈥. El PNUD elabora un Indicador de Desarrollo Humano (IDH) que eval煤a tres dimensiones b谩sicas: salud (esperanza de vida), educaci贸n (tasa combinada de alfabetizaci贸n y matriculaci贸n en ense帽anza primaria, secundaria y terciaria) y crecimiento econ贸mico (Producto Interno Bruto per c谩pita expresado en paridad del poder adquisitivo en d贸lares). Los resultados del IDH de 187 pa铆ses son agrupados en cuatro categor铆as (muy alto, alto, medio y bajo). Los 煤nicos pa铆ses latinoamericanos considerados de 鈥渕uy alto鈥 desarrollo humano son Argentina, Chile y Cuba.
El caso cubano es muy especial por su contraste con la realidad social de los otros pa铆ses caribe帽os. Los niveles de cobertura educativa y sanitaria de la isla m谩s grande de las Antillas son envidiables incluso para pa铆ses desarrollados.
Sin perjuicio de eso, la matriz econ贸mica cubana mantiene serias deficiencias (reducida productividad, baja tasa de acumulaci贸n, vulnerabilidad externa, poca innovaci贸n, d茅ficit comercial cr贸nico). Eso determina la coexistencia de 鈥溍bitos productivos con bajos encadenamientos y niveles de innovaci贸n con un capital de conocimiento desaprovechado que ha adquirido una potencialidad para promover procesos de investigaci贸n y desarrollo no fehacientemente integrados o utilizados en el proceso de desarrollo de la isla鈥, se帽ala Edel J. Fresneda en Migrantes en el socialismo: el desarrollo cubano a debate.
Las consecuencias negativas de esa heterogeneidad productiva eran compensadas mediante el sistema preferencial de intercambio comercial del bloque socialista. La comercializaci贸n entre las diferentes naciones respetaba par谩metros de 鈥渏usticia鈥 definidos por el Consejo de Ayuda Mutua y Econ贸mica (CAME). En ese contexto, Cuba se constituy贸 鈥揺ntre 1959 y 1989鈥 como una de las sociedades m谩s equitativas del mundo. La diferencia de ingresos per c谩pita entre el 20 por ciento de poblaci贸n de ingresos m谩s altos y el 20 por ciento m谩s bajo era inferior a cuatro veces. El licenciado Albert Noguera se帽ala en Estructura social e igualdad en la Cuba actual: La reforma de los noventa y los cambios en la estructura de clases cubana que 鈥渄e modo comparativo, t茅ngase en cuenta que la proporci贸n correspondiente para Am茅rica latina era de m谩s de 19 veces. Igualaci贸n adem谩s, que por los programas econ贸mico-sociales de la Revoluci贸n, y por la ayuda prestada por el campo socialista, especialmente por la URSS, se desarrollar谩 en un marco de gran bienestar y calidad de vida de la poblaci贸n鈥.
El derrumbe del socialismo real implic贸 la desaparici贸n del 85 por ciento de los mercados externos del pa铆s caribe帽o. El gobierno cubano reaccion贸 con un programa de emergencia econ贸mica denominado Per铆odo Especial en Tiempos de Paz. El ajuste implic贸, entre otras cuestiones, una ampliaci贸n del sistema de racionamiento de bienes de consumo. Entre 1990 y 1993, el PIB, el consumo y la formaci贸n bruta de capital fijo cayeron un 35, 25 y 70 por ciento, respectivamente.
El gobierno tambi茅n impuls贸 una relevante reforma constitucional. La principal forma de propiedad, reconocida por la Constituci贸n de 1976, era la estatal socialista. La propiedad individual era permitida en algunos casos puntuales (tierras de peque帽os agricultores, ingresos y ahorros laborales, vivienda). La Ley de Reforma Constitucional de 1992 autoriz贸 nuevas formas de propiedad mixta y privada y flexibiliz贸 el control estatal del comercio exterior.
A su vez, las granjas agr铆colas estatales fueron fragmentadas en Unidades B谩sicas de Producci贸n Cooperativa (UBPC). La idea central era incrementar la productividad con est铆mulos econ贸micos. Sin embargo, el Estado continu贸 conservando la propiedad de la tierra y compraba la totalidad de la producci贸n agraria. 鈥淒urante el primer a帽o de su creaci贸n, 1993, el 59 por ciento de las UBCP no ca帽eras proyectaban p茅rdidas. Eso llev贸 para 1994 a la apertura de los Mercados Agropecuarios, donde pueden concurrir con sus excedentes todos los agentes vinculados con la producci贸n agropecuaria y los precios se determinan por la oferta y la demanda鈥, detalla Noguera.
Las reformas econ贸micas incluyeron la autorizaci贸n para trabajar por cuenta propia en 115 actividades. Por su parte, el Decreto-Ley 140, de 1993, despenaliz贸 la tenencia interna de divisas beneficiando a los cubanos que obten铆an d贸lares de fuentes diversas (empleados ligados al turismo que recib铆an propinas o regalos de extranjeros, remesas familiares, negocios ilegales). En 1995, la Ley de Inversiones Extranjeras autoriz贸 el arribo de capitales en todas las 谩reas excepto en materia de salud, educaci贸n e instituciones armadas. La mayor铆a de las inversiones se canalizaron hacia emprendimientos tur铆sticos y mineros.
Las transformaciones econ贸micas generaron un fuerte crecimiento de los trabajadores privados, que pasaron de representar el 4,2 por ciento del total de personal ocupado en 1988 al 21,8 por ciento en 1994. La coexistencia entre compa帽铆as p煤blicas y privadas conform贸 una econom铆a dual con reglas diferentes. Por un lado, las empresas estatales continuaron rigi茅ndose por mecanismos de planificaci贸n y operando en moneda nacional. Por el otro, el sector privado abastec铆a un mercado con precios en d贸lares determinados por oferta y demanda. As铆, el acceso a las divisas era imprescindible para comprar ciertos art铆culos que no pod铆an conseguirse en las tiendas estatales.
La econom铆a dual produjo un incremento de las desigualdades de ingresos. Esa 鈥減luralidad de ingresos monetarios se traduce en pluralidad de capacidades de acceso a lo que podemos denominar lujos y comodidades de la vida. Esto supone una diferencia no s贸lo con todos los otros pa铆ses no industrializados sino incluso con algunos pa铆ses del capitalismo avanzado, donde el poder satisfacer o no la subsistencia y eficiencia f铆sica, las necesidades b谩sicas, constituye una variable important铆sima asociada a las desigualdades econ贸micas de los ciudadanos. Esta se trata adem谩s de una desigualdad caracterizada por producirse en un modelo de pir谩mide social invertida, donde un taxista, un camarero o un participante de la econom铆a sumergida se coloca por encima de un investigador doctor en ciencias o de un cirujano鈥, sostiene Noguera.
Las autoridades pol铆ticas reconocen que ese consumo diferenciado es fuente de insatisfacci贸n ciudadana, a pesar del mantenimiento de la cobertura de derechos sociales esenciales (ingreso m铆nimo, sanidad, educaci贸n, alimentaci贸n, seguridad social, vivienda). La respuesta gubernamental fue comandar una apertura de mercado controlada (autorizaci贸n para la compraventa de autom贸viles y casas, traspaso de las peluquer铆as estatales a cuentapropistas, legalizaci贸n de la venta directa a consumidores de productos agr铆colas, creaci贸n de cooperativas en vastos sectores, reforma financiera) tal como se desprende de las l铆neas de acci贸n aprobadas en el VI Congreso del Partido Comunista Cubano, en 2011. La transici贸n econ贸mica que lidera Ra煤l Castro intenta asegurar la exitosa sucesi贸n de la generaci贸n de 鈥渃ombatientes de la Sierra Maestra鈥
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