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Lunes, 24 de junio de 2002
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EN LA CITY EVALUAN TRES ALTERNATIVAS PARA LA CRISIS

Un valle de lágrimas

Los financistas plantean tres escenarios según cómo se defina la negociación con el Fondo Monetario. La crisis regional sumó más incertidumbre a una situación ya complicada. Presión sobre el dólar.

Por Claudio Zlotnik
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Las protestas en la city siguen poniendo presión sobre las entidades financieras.
La crisis va cerrando los caminos a una salida. Y el contagio a los países vecinos le agrega una cuota adicional de incertidumbre. De hecho, ninguno de los escenarios que vislumbran los financistas acerca a la Argentina a una mejora respecto de la actual situación. El tránsito de la economía se ha convertido en un valle de lágrimas, sin propuestas ni ideas para escaparle a la caída libre.
Enfocar toda la estrategia a lograr un acuerdo con el Fondo Monetario aparece como muy pobre para dejar atrás semejante terremoto. Y ninguna medida tibia alcanzará para cambiar el rumbo. Pero, un poco por propia decisión y otro tanto por falta de poder político para desempeñarse, el Gobierno no ha desplegado otro juego. Y el abanico de escenarios que se abre de aquí en más aparece como complicado. En la city evalúan que el menú de opciones no saldrá de las siguientes alternativas:
n Escenario 1. El súper optimista. Descuenta un acuerdo con el FMI para reprogramar los vencimientos de la deuda. De esta manera, las reservas del Banco Central terminarían el año en unos 10 mil millones de dólares, ya que los organismos internacionales reintegrarían los 2 mil millones que la Argentina les abonó en lo que va del año. En este escenario, el dólar cerraría el 2002 en una banda de 3,70 a 3,90 pesos y la inflación rozaría el 80 por ciento anual. Esta es la pauta que el Gobierno le presentó a la misión del Fondo que pasó por Buenos Aires.
n Escenario 2. Moderadamente optimista. También da por hecho un acuerdo con Washington. Y da cuenta de un nuevo plan para desarmar el corralito, que canjearía los depósitos reprogramados por bonos de manera compulsiva. Para los principales economistas de los bancos y consultores de la city, ésta sería la clave para moderar la suba del dólar y contener la inflación, ya que el drenaje permanente de depósitos presiona sobre el tipo de cambio y éste sobre los precios. En ese contexto, el dólar termina el año cerca de los 4,50 pesos y la inflación minorista alcanza al ciento por ciento anual. Esta hipótesis tiene en cuenta dos hechos: que la desconfianza en el sistema financiero no logra revertirse y que, dada esta circunstancia, el Gobierno no logra imponer nuevas opciones de ahorro.
n Escenario 3. El peor de todos. En medio de la acelerada caída del PBI y el contagio a los vecinos, el Fondo corta las conversaciones con el Gobierno, el default se extiende a los organismos internacionales, y se acrecienta la pérdida de las reservas. La disparada del dólar sería inevitable y, con ella, se desembocaría en la hiperinflación. El contexto social también empeoraría, con una tasa de desempleo superior al 30 por ciento a fines de año.
El Gobierno sabe que el escenario 2 o el 3 son los más probables. Para evitar más catástrofe habría que acompañar el destino con al menos una idea audaz para domar la crisis.

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