Desde el INTA sostienen que la ganaderÃa volvió a ser rentable, a pesar de que en los últimos años se perdieron 10 millones de cabezas de ganado.
–Es verdad que ha habido una pérdida del stock, que no estuvo relacionada exclusivamente con el diseño de polÃticas públicas. Sobre este sector particular, debemos hacer una lectura que generalmente se evade. Argentina disminuyó el stock a nivel nacional pero si miramos regionalmente, o por provincias, notaremos un incremento del stock ganadero. Esto ocurre puntualmente en el NOA y NEA. Se produjo el traslado de la ganaderÃa hacia zonas marginales.
¿Y por qué ocurrió este proceso?
–Los que trabajan en ganaderÃa nunca se irán de este sector. Seguirán invirtiendo. Nosotros sabemos que cambió el posicionamiento geográfico, la tecnologÃa creó nuevos tipos de pasturas y hubo un reacomodamiento de los precios. Esto ocurrió durante los últimos tres años. Fue un proceso largo que comenzó a gestarse en el peor momento de la relación entre el sector y el Gobierno. Pero la ganaderÃa en el NOA y NEA llegó para quedarse.
Durante el conflicto agropecuario, dirigentes del sector criticaban el alto consumo de carne vacuna, superior a los 70 kilos per cápita por año. Ahora el consumo bajó a 50 kilos per cápita. ¿Cómo interpreta este movimiento?
–En Argentina, el tema de la carne tiene una dimensión cultural. Si hablamos de bovinos, es verdad que bajó su consumo pero también hay que decir que hubo un incremento en carne de pollos y cerdos. Por lo tanto, comenzó a darse un cambio en la dieta. Es mucho más razonable bajar el consumo de bovinos y equilibrar con otros consumos. Por otra parte, al diversificarse la producción, también se expanden las cadenas de valor, como ocurre con los chanchos y el maÃz. Otro aspecto que tiene que ver con lo cultural indica que el paÃs exporta la misma cantidad de frutas y hortalizas que carne; sin embargo, el conflicto de las exportaciones de carne vacuna suele ocupar las tapa de todos los medios cuando la sociedad no sabe que exportamos 1200 millones de dólares de frutas y hortalizas. Si sacás la Cuota Hilton, que es un privilegio, vendemos carne por 1200 millones de dólares. Los exportadores de carne tienen una capacidad de reacción polÃtica mayor que los productores frutihortÃcolas.
Esto se explica porque los dirigentes de la Sociedad Rural fueron integrantes del poder real durante buena parte del siglo XX.
–Sin dudas. El poder polÃtico económico estuvo concentrado allÃ. Detrás de su poder polÃtico está su poderÃo económico, hoy representado en distintos niveles organizacionales.
¿Se reducirá la importación de porcinos, tal como reclama la Federación Agraria?
–En realidad, la importación no es tan fuerte como señaló esa entidad. Las cifras de la FAA ni siquiera significaron un alerta. El sector porcino posee una gran oportunidad de crecer, a partir de la disminución en el consumo de carne bovina. Hay sectores empresariales que están aumentando la producción de chanchos. Pero todavÃa existen cuestiones de mercado que hacen que la cosa sea más compleja.
¿Por ejemplo?
–Argentina es un paÃs que no tiene la cultura de comer carne de cerdo. Por lo tanto, se podrÃa aplicar una polÃtica de precios para que este producto sea más accesible, y compatibilizar asà una estrategia de producción con los distintos mecanismos de penetración de mercado. El cerdo está tan caro como la carne. Por eso digo que habrÃa que revisar la estrategia hacia el sector
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