Osvaldo Bayer cont贸 ayer las indicaciones que le dio el Che Guevara en persona para hacer una revoluci贸n en la Argentina. No era una an茅cdota nueva, pero los que fueron a su encuentro en la Feria del Libro vibraron con aquella historia, una entre muchas que cont贸. El observador incansable de conflictos sociales recorri贸 200 a帽os de historia: entrevistado por Gustavo Marangoni, presidente del Banco Provincia 鈥揳uspiciante de la charla鈥, habl贸 del genocidio de los pueblos originarios, la censura de La Patagonia rebelde, su exilio durante la dictadura y el rol actual de la prensa. La mayor铆a de las preguntas las hizo el p煤blico. Adem谩s, Bayer anunci贸 que debutar谩 como actor en Las putas de San Juli谩n, obra teatral que muestra el verdadero final de La Patagonia rebelde. El estreno es el 26 de junio en el Cervantes. 鈥淟a 茅tica triunfa. Un final prohibido se dar谩 en un teatro oficial鈥, celebr贸 el escritor.
En la sala Jorge Luis Borges del predio ferial de La Rural, Bayer respondi贸 a cada pregunta con lujo de detalles. El hombre, que ha participado en otras charlas en lo que va de la Feria, es magn茅tico: todos mueven la cabeza como si escucharan m煤sica cuando habla. Esta entrevista abierta fue como una biograf铆a, combin贸 an茅cdotas y opiniones. Bayer cont贸 que el 1潞 de enero de 1960 viaj贸 a La Habana, en car谩cter de secretario general del Sindicato de Prensa, con cuatro personas m谩s. 鈥淣o me van a creer. Llegamos a la Plaza de la Revoluci贸n y Fidel habl贸 por cuatro horas. A la hora est谩bamos insolados. Al d铆a siguiente, en una hora y media, el Che nos dijo c贸mo hab铆a que hacer la revoluci贸n鈥, cont贸.
鈥淗ablaba muy bien y era muy atractivo. Las dos mujeres de nuestra delegaci贸n se enamoraron completamente. Nos dijo: 鈥楯unten a cincuenta j贸venes revolucionarios y vayan a las sierras de C贸rdoba, busquen un lugar escondido y hagan pr谩cticas militares. Bajen, tomen un pueblito y ll茅vense las armas de la comisar铆a. Un compa帽ero va a la plaza. Al d铆a siguiente, los diarios burgueses hablar谩n de guerrilleros en C贸rdoba. Otros j贸venes revolucionarios los encontrar谩n. Cuando sean 200, tomen una ciudad donde haya un cuartel militar. Cuando sean mil, conquisten una ciudad grande con dos cuarteles, como Villa Mar铆a. Cuando sean dos mil, paren en las rutas a camiones y 贸mnibus, y lleguen a Buenos Aires. Lleguen a Plaza de Mayo, tomen la Casa de Gobierno y proclamen la revoluci贸n en la Argentina鈥, relat贸 Bayer, que le pregunt贸 al Che qu茅 hacer en caso de una represi贸n. El revolucionario lo mir贸 con tristeza.
Otra de las historias fascinantes que cont贸 fue sobre los vaivenes que soport贸 La Patagonia rebelde. El verdadero final, 鈥渞ealmente incre铆ble鈥, en el que cinco prostitutas se niegan a tener trato con los militares, es el que se ver谩 en Las putas de San Juli谩n. 鈥淓l que permiti贸 la pel铆cula fue Per贸n. Olivera (el director), Ayala (guionista) y yo ten铆amos contacto con el secretario de Prensa. Al principio, Per贸n hab铆a dicho que el verdadero fusilador no era Varela sino su segundo, el capit谩n Anaya, justamente el padre del jefe del Ej茅rcito en ese momento. El general siempre estuvo en todos lados, parec铆a el Esp铆ritu Santo鈥, relat贸 Bayer. Cuando Per贸n se disgust贸 con Leandro Anaya, el jefe del Ej茅rcito, por unas declaraciones que ley贸 en La Naci贸n, finalmente Bayer pudo estrenar el film. 鈥淧ero Per贸n muri贸 y en el gobierno de Isabel se prohibi贸. Un comunicado de la Triple A me daba 24 horas para dejar el pa铆s.鈥
No pod铆a faltar el tema que m谩s lo ocupa y preocupa: el genocidio de los pueblos originarios. Tras un repaso minucioso por comunicados y documentos de distintas campa帽as de exterminio, cont贸 que en 1963 dio una conferencia en una biblioteca colmada en Rauch, en la que sugiri贸 a los vecinos organizar una asamblea para cambiar el nombre del municipio. 鈥淭odos los presentes rajaron, salvo dos viejitos que en primera fila me aplaudieron sin sonido. Antes de sostener una cosa hay que estar informado... El ministro del Interior de Guido era el general de brigada Rauch, bisnieto del coronel Rauch. Hay que tener mala suerte鈥, remarc贸. Por ese episodio termin贸 detenido. Un oficial lo traslad贸 a una c谩rcel de mujeres porque la de hombres estaba colmada, seg煤n le explic贸. 鈥淣o les voy a dar detalles. Pero no la pas茅 mal鈥, sostuvo Bayer, y el p煤blico aplaudi贸.
鈥溌緾ambiar铆a algo de lo que hizo en su carrera?鈥, pregunt贸 un oyente, en uno de los papeles que Marangoni recib铆a con inquietudes. 鈥淪oy feliz con lo que he hecho, pese a los sufrimientos de mi familia. Tengo una compa帽era que se banc贸 todas, hace 61 a帽os que estamos casados. Ten铆a 50 a帽os, viv铆amos en una casa de Mart铆nez y de pronto tuvimos que irnos a Alemania y empezar de nuevo. Pero acepto todo por los amigos que perdieron la vida: Rodolfo Walsh, Haroldo Conti y Paco Urondo. Yo tuve la suerte de salvar la m铆a鈥, desliz贸. En una pregunta sobre su ideolog铆a pol铆tica, se defini贸 como anarquista, 鈥渁unque es de un idealismo dif铆cil de llevar鈥. Habl贸, tambi茅n, sobre la crisis que afronta Europa, que palpa de cerca cada vez que viaja a Alemania y, como lo hizo en la presentaci贸n de Prensa en conflicto en la Feria 鈥搇ibro que prolog贸鈥, insisti贸 con que los medios deben ser de car谩cter p煤blico y no empresas. Hacia el final recomend贸 a los presentes que vayan a visitar la Villa 31: 鈥淎s铆 termino mis charlas: mientras haya villas, no habr谩 una verdadera democracia鈥.
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