“Si no hay más dolor, ya no hay más quĂ© hacer”. Tal vez como pocas, esta frase englobe, con sĂntesis de poeta, el espĂritu dulcemente triste de Las Pelotas. HabĂa pasado casi una hora y media del mejor recital –junto con el de Skay– en lo que va del CosquĂn Rock y ellos, que alguna vez devinieron de la estrellada existencia de Sumo, estaban tocando para las estrellas. Porque esos sonidos mágicos, que extreman estados internos, se convirtieron en alimento para el alma de una generaciĂłn desesperada. Imposible abstraerse de Muchos Mitos y su divina intensidad; mucho menos de ese momento de felicidad en medio de la angustia existencial que deriva de DĂa Feliz; o de esa simple y bella manera de cantarle al desencanto del amor Bombachitas Rosas–. O del estallido de placer al que se llega con Esperando el milagro. Fueron más de 25 mil las personas, que no quisieron desperdiciar el tiempo en otra cosa que no fuera sumergirse en esa oscuridad luminosa.
El contexto natural, enredado en montañas, agua y malezas, tambiĂ©n fue propicio para otros pequeños orgasmos del alma. Shine, shine, shine; Hoy me despertĂ©, Blancanieves en clave power, y la densidad imprevisible de Como se curan las heridas, que motivĂł la reacciĂłn exacta de una rubia hermosa, que andaba por ahĂ. “Estos pibes me hacen llorar con lágrimas de sangre.” De no haber sido por el manantial de sensaciones vividas durante dos horas y media con el grupo de Sokol y Daffunchio, se podrĂa estar hablando de otros competidores de Skay, Por caso, La Vela Puerca. No es novedad a esta altura, marcar el ascendente que lograron los uruguayos en el rocker argentino medio. Vientos melodiosos, temas arriba –pero con gusto– y el carisma del enano Teysera trasmitiendo su mundo propio al mundo de afuera. Haciendo cargo de su bronca –De atar, Caldo precoz, mediante– a todos los demás. Y dejando el piso calentito para “las pelo”, con Virna Lisi de Sumo.
O de El Tri. Antes que un Pity destemplado le pusiera su cuota de canciones voladas y lindas al festival –Fuego, La Guitarra y dueto antipolicial con la banda de reggae combativo, Resistencia Suburbana–, la banda mexicana empezĂł a sonar y, de repente, aparecieron Steppenwolf, Credence, Canned Heat y todos los astros juntos del rock rutero. Tan impecable suena que es imposible no preguntarse por quĂ© llegaron tarde a la Argentina –los trajo La Renga hace 7 años y ellos tienen 30–. AsĂ y todo, el grupo de Alex Lora mostrĂł su encuentro con las huestes rockeras criollas. Rock y blues, contundente. Del bueno. Y una recepciĂłn a la altura de la propuesta –el vip estaba vacĂo, lo cual implica un buen parámetro–.
Lora, un showman infatigable y arengador, ofreciĂł el set a CĂłrdoba –“la hermosa repĂşblica del cuarteto y el Fernet”–, blanqueĂł la situaciĂłn de fumo “hola, chamacos, banda de marihuanos”. LlegĂł con delay a Cromañón y le dedicĂł Cuando tĂş no estás –tema versionado por La Covacha– a sus vĂctimas. Este pionero mexicano del rock callejero, tambiĂ©n rindiĂł culto a La Renga “autĂ©nticos rocanroleros de la Argentina”, ejecutado la canciĂłn que Tete, Chizzo y Tanque –muy presentes en el imaginario de CosquĂn– ayudaron a entrar en la Argentina: Triste canciĂłn de amor.
Fue noche de covers también. Carajo, que precedió a los chicanos y tomó el escenario después de Las Manos de Filippi, no sólo volvió a su contundencia habitual –luego de la etapa acústica de Electroroto–, sino también tributó a Nirvana con Smells like teen spirit y a The Clash con Should I stay or should I go. Juan Terrenal, buena banda cordobesa, hizo lo propio cerrando el tercer escenario con los ochentosos Boys don’t cry de The Cure y So Lonely, de The Police. El reggae, en su noche especial, corporizó la magia de Bob Marley y Steel Pulse a través de Riddim y Nonpalidece, en un escenario que clausuraron Los Cafres.
La tercera contraluna coscoĂna, en suma, retornĂł a su paz habitual. No hubo provocaciones rockers, ni respuestas violentas. SĂ goce, almas en llamas, mucho rock y una sensaciĂłn de angustia movilizante materializada en Las Pelotas. Si no hay más dolor, Âżya no hay más quĂ© hacer?
EpĂlogo motoquero
Pappo siempre está. Esta noche, la Ăşltima de la sexta ediciĂłn del CosquĂn Rock, está destinada a mantenerlo vivo en el imaginario rocker. Encuentro motoquero mediante, Vitico, su hijo Luciano, Alambre González, Juanse, el inoxidable Alejandro Medina y elenco recrearán los clásicos más entrañables del Carpo en el escenario principal. Antes Botafogo, Mississippi, Viticus, Cielo Razzo y Gardelitos. DespuĂ©s, Ratones Paranoicos, Attaque 77 y JĂłvenes Pordioseros le agregarán colores –a su manera– a la paleta el que el Carpo dejĂł inconclusa. En el escenario temático, será hora de heavy con BrujerĂa, Almafuerte, Horcas, Logos, O’Connor y Tren Loco, entre otros.
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