Hacia el final, las pantallas que adornaban el escenario se dividieron en cuadros, y en cada mosaico se pod铆a ver a un perfecto desconocido (en plan 鈥渕e filmo solo en mi cuarto y subo el video a YouTube鈥) cantando la misma canci贸n: 鈥淟ivin鈥 on a prayer鈥. El domingo por la noche, Bon Jovi supo trasladar su viejo cl谩sico de 1986 a la era digital, en la que el 茅xito no se mide por la cantidad de discos vendidos, sino por el n煤mero de clicks. Pero para los viejos rockers 鈥揺sos para los cuales las bandas demuestran en vivo si son o no son buenas鈥 tambi茅n hubo: un sonido impecable, una banda ajustada, un show efectivo y tres horas con hits de todas las 茅pocas. A juzgar por lo visto en el estadio y en sus inmediaciones, eran muchos m谩s aquellos que acostumbraban comprar los discos 鈥搊 grabarlos en un TDK鈥 que los que tocaron esa misma canci贸n en el Guitar Hero. El mensaje 鈥搒ea cual fuere el p煤blico鈥 estaba claro: somos cl谩sicos, sabemos lo que hacemos y lo hacemos bien.
鈥淏lood on blood鈥, 鈥淲e weren鈥檛 born to follow鈥 y 鈥淵ou give love a bad name鈥 dieron comienzo al show y marcaron el paso de c贸mo ser铆a de ah铆 en m谩s, con canciones de New Jersey y Slippery When Wet 鈥搒us cl谩sicos 谩lbumes con los que se consagraron de manera definitiva鈥 intercaladas con las m谩s actuales de The Circle, Crossroads, Have a Nice Day y Keep the Faith. 鈥淗ace muchos a帽os que no venimos, y vamos a tocar por lo menos tres horas鈥, prometi贸 el cantante despu茅s de 鈥淏orn to be my Baby鈥 y 鈥淟ost Highway鈥. El guitarrista Richie Sambora gan贸 su primera ovaci贸n de la noche luego de uno de sus solos 茅picos y veloces y demostr贸 ser el socio perfecto para un Bon Jovi que luci贸 una garganta impecable, la misma que tantos problemas le trajo a帽os atr谩s. Apoyados por el bajista Hugh McDonald y el guitarrista Bobby Bandiera, el baterista Tico Torres contribuy贸 con fuerza y buen golpe y el tecladista David Bryan aport贸 sus rulos ochentosos y coros, que todav铆a hoy conforman esa armon铆a tan reconocible y que es marca registrada de la banda de Nueva Jersey.
Las 45 mil personas que estuvieron en River debieron poner a prueba su propio fervor en cada canci贸n. Dividido en sectores VIP鈥檚 de distintas categor铆as y ordenado con sillas, el campo ya no serv铆a para saltar ni bailar y s铆, como mucho, para adelantarse unos metros hacia las vallas, muy a pesar de los acomodadores, que intentaron en vano que la gente permaneciera en su lugar. El propio cantante pidi贸 en varias ocasiones que el p煤blico retrocediera unos pasos. 鈥淣o queremos que nadie salga herido de un show de Bon Jovi鈥, suplic贸. Sea cual haya sido la intenci贸n 鈥搗ender entradas m谩s caras o mitigar las vibraciones en los alrededores del estadio鈥, la veda rockera del estadio de River termin贸 de una manera distinta para el p煤blico, acostumbrado a vivir los conciertos de otra forma.
La apariencia de Bon Jovi (no la banda, sino el cantante) merece un p谩rrafo aparte. C贸mo hace para verse como se ve es un misterio que s贸lo Dios 鈥搚 quiz谩 la ciencia鈥 puedan develar. Las pantallas de alta definici贸n no hac铆an otra cosa que dar cuenta de ello: un superman rubio, un hombre que no envejece. Pero m谩s all谩 de sus privilegiadas cuerdas vocales, el cantante demostr贸 ser un showman con oficio en cada paso que da, cada coreograf铆a que hace y cada sonrisa que muestra, que no por estar ensayadas y calculadas al m谩s m铆nimo detalle pierden efectividad. Aunque nada parezca estar librado al azar, una carita, una ca铆da de ojos o una sonrisa bastar谩n para que el p煤blico femenino delire.
Pasaron canciones m谩s o menos pop (鈥淪uperman Tonight鈥, 鈥淐aptain Crash鈥 y 鈥淲ho says you can鈥檛 go home鈥), m谩s o menos country (鈥淏laze of glory鈥 鈥揹e su etapa solista鈥 y 鈥淲anted dead or alive鈥) y m谩s o menos rockeras (鈥淚t鈥檚 my life鈥, 鈥淜eep the Faith鈥 y 鈥淪leep when I鈥檓 dead鈥). Entre tanto mix de estilos, Sambora tuvo su momento solista con 鈥淟ay your hands on me鈥, de aires casi religiosos. Tambi茅n exhibi贸 su arsenal de diferentes t茅cnicas de guitarra (slide, tapping, talkbox, palanca de tr茅molo) aprendidas en las escuelas de Jeff Beck y Eddie Van Halen y los riffs y melod铆as que pusieron a Bon Jovi en la escena del glam metal de los ochenta, junto a bandas como M枚tley Crue, Twisted Sister y Poison, entre otras. 鈥淏ad Medicine鈥 (con un medley de 鈥淧retty Woman鈥, de Roy Orbison), 鈥淩aise your hands鈥,鈥漅unaway鈥 y la mencionada 鈥淟ivin鈥 on a prayer鈥 se llevaron grandes ovaciones y fueron coreadas por todo el estadio. Tambi茅n las cl谩sicas baladas, como 鈥淎lways鈥 y 鈥淚鈥檒l be there for you鈥, las culpables de que aquel p煤blico rockero comenzara a mirarlos de reojo.
Cuando la lista de temas oficiales ya hab铆a llegado a su fin, la banda amag贸 con irse, pero el p煤blico presion贸 para que volviera al escenario. Con el cantante con la camiseta de la Selecci贸n Argentina puesta y con su nombre grabado en la espalda, arremetieron con 鈥淭hese Days鈥 y 鈥淗ave a nice day鈥. Otro amague y m谩s presi贸n se tradujeron en 鈥淪aturday Night鈥 y 鈥淏ed of Roses鈥. Despu茅s, al final, Bon Jovi implor贸 鈥淕o home!鈥 (鈥淰谩yanse a casa!鈥). Durante tres horas demostraron ser un cl谩sico, hacer lo que quieren y hacerlo bien. Y esa vez, la gente les hizo caso.
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