Un artista pl谩stico esloveno, Janez, tiene una obsesi贸n: pinta infinitas versiones de una figura sin rostro. Su hija, la fot贸grafa Laura Polanc, se pregunta si su padre ser谩 prisionero de esa imagen. 鈥溌sta es una casa fantasma, no un hogar! 隆Una casa embrujada!鈥, se queja la joven, que tal vez empieza a comprender por qu茅 su madre dej贸 al pintor y se fue a vivir a Nueva York. La relaci贸n con el padre es tensa; Laura pierde los estribos con facilidad. Su padre no quiere hablar de su juventud en la Argentina, convencido de que puede borrar para siempre ese pasado. Pero a Laura le diagnostican una leucemia. No tiene hermanos que le puedan donar la m茅dula 贸sea para un transplante. El pintor, desolado, llora. La figura sin rostro es el hermano o hermana que su hija cree que no tiene. No sabe mucho m谩s. Deber铆a tener 28 a帽os y probablemente viva en la Argentina. Janez se fue de Buenos Aires en 1976. Su novia, militante de Montoneros, viajar铆a tambi茅n hacia Eslovenia un tiempo despu茅s, cuando consiguiera todos los documentos. Pero no pudo: la secuestraron embarazada. Aunque s贸lo conoce a un joven argentino, Laura decide buscar a su 鈥渕edio鈥 hermano argentino. Una caja sin piel, flotando (Ediciones B), de Eva Petric, que se presenta hoy en la Feria del Libro, es una novela, ficci贸n pura, aunque su autora, la escritora y fot贸grafa tambi茅n eslovena, explore el entramado de la compleja historia de amor que vivir谩 la protagonista mientras intenta encontrar a su hermano.
鈥淟a obra de Eva, en mi opini贸n, es muy femenina y muy propia de ni帽os (no pueril; 隆hay una gran diferencia!)鈥, plantea Joshua Sinclair, el guionista, director de cine y autor del film Jump en el pr贸logo de Una caja sin piel, flotando. 鈥淎l leer su novela, uno a veces tiene la sensaci贸n de que ella est谩 acurrucada junto al lector como para susurrarle una voz de aliento al o铆do, como un hada Campanita que se posa en el hombro del lector y le roc铆a un polvo de estrellas que lo lleva volando hasta la siguiente oraci贸n. Y el lector se parece mucho a Peter Pan, en el sentido de que no quiere crecer para no perder la capacidad de volar.鈥 Petric naci贸 en Kranj (Eslovenia) en 1983. Por su padre diplom谩tico vivi贸 en Etiop铆a, India, Nueva York, Washington y Viena, el lugar en el mundo que eligi贸 para vivir. Al menos por ahora. En 2004 estuvo unos meses en Buenos Aires y se enamor贸 de un argentino justo cuando estaba empezando a escribir la novela. 鈥淧areciera que los personajes principales no tienen nada en com煤n, pero quer铆a imaginar los posibles v铆nculos o conexiones entre lo que pas贸 durante la dictadura argentina con una joven fot贸grafa eslovena. Quise que fuera una met谩fora de lo peque帽o que puede ser el mundo鈥, subraya Petric a P谩gina/12.
La escritora aclara que intent贸 trazar desde la ficci贸n una genealog铆a de las emociones y las probables vivencias de algunos hijos cuando descubren que no son quienes cre铆an que eran. 鈥淢e interesaba comprender si quieren enfrentar esos sentimientos o m谩s bien dejarlos en una caja cerrada. Quiz谩s opt茅 por narrar como si lo estuviera haciendo desde la perspectiva de un p谩jaro, porque soy extranjera y no tengo derecho a juzgar.鈥 En 2007, Petric regres贸 al pa铆s. Necesitaba emprender 鈥渦n viaje por las huellas del libro鈥. Quer铆a comprobar si hab铆a dado o no en la tecla de la cuesti贸n. Se entrevist贸 con la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, y la nieta restituida Victoria Montenegro, entre otros. 鈥淯no de los personajes de la novela, un joven apropiado que se entrevista con Laura, lamenta mucho haber averiguado su verdadera identidad. Ten铆a ciertos temores 鈥揷onfiesa鈥. No sab铆a si era una decisi贸n acertada mostrar a alguien que reaccionara de esa manera. Cuando me entrevist茅 con Montenegro, me di cuenta de que era una opci贸n muy veros铆mil, por m谩s dolorosa que sea para las Abuelas y los familiares biol贸gicos.鈥
Sobre la apropiaci贸n de menores durante la dictadura, Petric admite que fue 鈥渕uy fuerte鈥 para ella descubrir que muchos intentaron encerrarla en una caja para taparla y silenciarla. 鈥淪i no se habla del tema, como se sugiere en mi novela, las consecuencias pueden ser fatales. La crisis de los hijos que averiguan su verdadera identidad es muy compleja; tienen que reconstruir sus mundos y toda su historia cuando se enteran de que los padres que amaron, que supuestamente eran sus verdaderos padres, no fueron sus padres. Y hasta quiz谩 tengan que mudar la piel de sus sentimientos y odiar a esos padres, porque pudieron estar involucrados en la muerte de sus padres biol贸gicos.鈥 Insiste Petric en apuntalar la 鈥減erspectiva del p谩jaro鈥, la mirada 鈥渄esde afuera鈥. 鈥淪i viviera aqu铆, probablemente estar铆a mucho m谩s sumergida en el d铆a a d铆a y tal vez no tendr铆a el 鈥榩ermiso鈥 o me costar铆a hacer ficci贸n con la apropiaci贸n de menores.鈥
* Una caja sin piel, flotando se presenta a las 14.30 en la sala Roberto Arlt con su traductora, Raquel Albornoz.
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