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Viernes, 7 de marzo de 2014
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DIFUNDEN FRAGMENTOS INEDITOS DE MADAME BOVARY

La educaci贸n sentimental

Censurados en su momento por la publicaci贸n que editaba por entregas la obra maestra de Gustave Flaubert, los tres extensos textos recuperados por Gallimard circulan ahora en castellano por la red, gracias a la revista cultural espa帽ola Turia.

Por Silvina Friera
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Flaubert (1821-1880) acept贸 los cortes a rega帽adientes.

Los eslabones recobrados de una obra maestra tienen el tenso y delicioso encanto de volver a interrogar sobre la situaci贸n de la literatura en la sociedad y en el mercado. Una pregunta que la literatura contempor谩nea no deja de formularse. Tres extensos fragmentos in茅ditos de Madame Bovary han sido recuperados en la nueva edici贸n de las Obras completas de Gustave Flaubert que la editorial Gallimard ha publicado en noviembre del a帽o pasado, en su colecci贸n La Pl茅iade, bajo la direcci贸n de una gran especialista flaubertiana como es Claudine Gothot-Mersch. El material est谩 circulando en la revista cultural espa帽ola Turia, gracias a la ayuda de Mauro Armi帽o, Premio Nacional de Traducci贸n 2010, responsable de la traducci贸n de la emblem谩tica novela de Flaubert para una nueva versi贸n que lanzar谩 la editorial Siruela. Cada texto recuperado, presentado con una anotaci贸n acerca del lugar que ocup贸 en el manuscrito original, se corresponde con tres momentos de la trama: el primer evento social al que asiste Emma Bovary, donde el autor despliega descripciones minuciosas de los nobles, militares y de la alta burgues铆a, que centraba su sentido de la vida en el valor monetario de las cosas. El segundo se concentra en la pasi贸n por la lectura de esta especie de 鈥淨uijote femenino鈥 a la francesa. El 煤ltimo retrata la interacci贸n de Emma con sus vecinos tras el desastre de su primera aventura amorosa. Los t铆tulos de cada fragmento, por cuenta y cargo de Gallimard, son: 鈥淐onversaci贸n durante el baile鈥, 鈥淯na discusi贸n sobre libros鈥 y 鈥淓l juguete de los ni帽os Homais鈥.

鈥淯na discusi贸n sobre libros鈥 confirma algo que ya se sab铆a: Flaubert fue un gran lector del Quijote. Emma reproduce, a su manera, el origen de la locura del hidalgo cervantino. Pasar las noches en vela, leyendo novelas rom谩nticas, no resulta conveniente para la vida misma. Armi帽o plantea que en este fragmento 鈥渆l presuntuoso representante del progreso, Homais, hombre de ciencia y boticario, arremete contra los males que provoca la lectura, no s贸lo morales, sino f铆sicos y fisiol贸gicos; le secunda la madre de Charles Bovary, que en un p谩rrafo condensa la idea tradicional de la mujer, tacha a Emma de intelectual y exige a su hijo que la vigile, d谩ndole por 煤nico horizonte vital el de gobernar su casa, cumplir con sus deberes y sufrir, misiones seg煤n ella de la condici贸n femenina鈥. Madame Bovary apareci贸 como follet铆n en La Revue de Paris entre octubre y diciembre de 1856. La novela fue objeto de intensos debates. Para evitar ser censurada y clausurada, la revista decidi贸 eliminar algunos pasajes. Flaubert (1821-1880) acept贸 a rega帽adientes, pero incorpor贸 una nota donde expresaba que los textos publicados hab铆an sido amputados. Ni la autocensura alcanza cuando una obra pone en cuesti贸n el orden establecido. El Estado franc茅s llev贸 la novela a juicio el viernes 30 de enero de 1857, acusada de 鈥渙fensas a la moral p煤blica y a la religi贸n鈥. Las actas completas de los juicios a Flaubert y a Baudelaire 鈥損or Las flores del mal鈥 se pueden leer en El origen del narrador, publicada con pr贸logo de Dami谩n Tabarovsky por Mardulce.

鈥淪e puede permanecer en el buen camino sin seguir para nada el de la Iglesia 鈥揹ice Homais en uno de los fragmentos recuperados鈥. Mejor admitir todo. Seamos tolerantes y fil贸sofos, examinemos las cosas; 鈥搚 no es para atacar la religi贸n. Yo la respeto, s茅 que se necesita una; pero, en fin, el dogma no implica en absoluto moral, como tampoco la virtud depende de la creencia. Y as铆 los espa帽oles, los italianos, esos andaluces de que hablan los autores, esas mujeres voluptuosas que asisten a corridas de toros y llevan pu帽ales en la liga, pues bien, esas mujeres tienen religi贸n, y ello no impide que...鈥 Ahora irrumpe la voz de la madre de Charles: 鈥溌sted es un hombre de ciencia!... Usted tiene sus ideas... yo tengo las m铆as. Sin embargo, deber谩 admitir que una mujer no puede razonar como un hombre. 隆Ellas no saben lat铆n! Les resulta imposible sopesar los pros y los contras; y yo sostengo que, a fuerza de atormentarse siempre, porque quieren aprender m谩s, terminan cayendo enfermas. Imag铆nese c贸mo pasan las noches鈥. El boticario ampl铆a el t贸pico en cuesti贸n. 鈥淧ienso como usted, se帽ora, que la blandura de la cama, cuando se le une el h谩bito de la lectura, puede volverse extremadamente funesta. La inercia muscular que es demasiado completa, no contrarresta la acci贸n cef谩lica, que es demasiado violenta; sin tener en cuenta que la noche act煤a poderosamente por s铆 misma sobre el sistema nervioso, pues entonces la imaginaci贸n es m谩s sobreexcitable, y la sensibilidad m谩s impresionable. El nervio 贸ptico, continuamente obligado a llevar al cerebro las sensaciones, lo agita. Lo conmociona (...) Y, de ah铆, palpitaciones, desganas, p茅rdida del apetito, las digestiones se hacen mal, la inervaci贸n se altera, es la vigilia la que se convierte en sue帽o, el sue帽o en vigilia, el dormir, si se presenta, resulta perpetuamente agitado por epistomaquias, dicho en otros t茅rminos pesadillas, y pronto ocurren los diferentes fen贸menos de magnetismo y de sonambulismo, con los m谩s tristes resultados, con las m谩s deplorables consecuencias.鈥

Esta instancia de di谩logo entre Homais y la anciana madre de Charles Bovary 鈥搒u hijo interviene colateralmente鈥 es crucial, porque llevar谩 a la conclusi贸n de que es fundamental que Emma deje de leer novelas. 鈥淐avernas 鈥揷ontinuaba el se帽or Homais鈥, espectros, ruinas, cementerios, monederos falsos, claros de luna, 驴qu茅 s茅 yo?, toda suerte de cuadros l煤gubres que predisponen singularmente a la melancol铆a. A帽ade luego que esos productos febriles de imaginaciones delirantes est谩n mancillados por neologismos, expresiones b谩rbaras, palabras barrocas, hasta el punto de que se ve uno obligado a devanarse los sesos para comprenderlas. Porque les confieso que yo, a menudo... 隆no comprendo a sus autores de moda! 鈥搚 no me refiero a los peque帽os, no, sino a los m谩s c茅lebres, a los que tienen reputaci贸n, 隆a los que est谩n en la cumbre!鈥, y lo repito una vez m谩s, quiz谩 sea por falta de inteligencia, lo declaro con toda humildad, en fin, no los comprendo, y no me sorprender铆a en absoluto que esas invenciones en que el buen gusto, como la lengua y las costumbres, son tan audazmente ultrajadas, terminen por revolucionar incluso el propio organismo.鈥 Se podr谩 polemizar con el cr铆tico literario Harold Bloom en numerosos frentes. Pero da en la tecla cuando postula que 鈥淓mma es una verdadera alternativa de Hamlet o de Don Quijote: es un genio de la sensualidad鈥.

* Los fragmentos in茅ditos se pueden leer en la p谩gina de la revista Turia en Facebook o en http://www.ieturolenses.org

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