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Los tres artistas argentinos incluidos en la muestra Todos los futuros del mundo y convocados por el curador general de la bienal son Ana Gallardo (Rosario, 1958), Ernesto Ballesteros (Buenos Aires, 1963) y Eduardo Basualdo (1977).
La obra de Ana Gallardo est谩 en un entorno muy bello, al final del recorrido de los Arsenales y continuando hasta los Giardini delle Virgini, dentro de un recinto que luce como una sala de dep贸sito, que est谩 en relaci贸n metaf贸rica directa con el entorno carcelario en que fueron realizados los objetos que presenta.
La explicaci贸n de la artista es elocuente: 鈥淓stas cien esculturas han sido hechas por las presas de la Casa Reclusione Donne, en Giudecca (Venecia).
鈥滿e inspir茅 en un ritual de origen mexicano que ofrece peque帽os objetos realizados con barro del lugar a la Virgen, con el prop贸sito de que el pedido sea concedido.
鈥滾es propuse a estas mujeres hacer un objeto en el mismo sentido. Ellas tuvieron que imaginarse a s铆 mismas como mujeres mayores y tratar de pensar en aquello que necesitar谩n durante la vejez.
鈥漈omamos el barro utilizando el compost de la huerta de la c谩rcel, el mismo compost en el que crece su alimento.
鈥滱 su vez, las piezas hechas por las presas est谩n presentadas sobre exhibidores realizados por presos.
鈥漀os hemos encontrado varias veces por semana durante algunos meses. En esta prisi贸n hay mujeres mayores que estar谩n hacia el final de sus d铆as cuando sean liberadas. Otras, las m谩s j贸venes, no son capaces de visualizar su futuro鈥.
Se trata de una exposici贸n peque帽a y conmovedora, realizada por una artista que sabe como pocas ponerles el cuerpo y las ideas a situaciones y temas dif铆ciles.
En el caso de Ernesto Ballesteros, el artista tiene asignado un sector dentro los Arsenales, para hacer volar, casi al modo de un performer, sus bell铆simos y muy delicados avioncitos de interiores (que pesan desde menos de un gramo hasta un gramo y medio). En ese espacio, en uno de los laterales, hay una larga mesa junto a la pared, que es una suerte de 鈥渓aboratorio/taller鈥 donde Ballesteros fabrica los aviones con madera balsa y film. Como los avioncitos son de una gran delicadeza y livian铆simos, el vuelo es casi una suspensi贸n en el aire, donde se mantiene un tiempo mucho mayor al de las expectativas de los visitantes. Dentro de la relativa indiferencia con que los visitantes pasan otros sectores cercanos de la bienal, la zona de Ballesteros resulta una parada obligada, porque se transforma en un momento po茅tico, donde el tiempo se ralenta.
Finalmente, la obra de Basualdo, tambi茅n en el sector de los Arsenales, se ofrece con gran potencia. Se trata de una breve serie de piezas en metal, madera y papel, realizadas entre 2014 y 2015, que evocan un fuerte impacto dram谩tico y juegan con la ficci贸n a lo que ayudan la iluminaci贸n y el espacio despojado.
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