Dentelladas es el segundo libro de Soledad G贸mez Novaro, el primero sali贸 a la luz en 2014 y se llam贸 Piezas crudas, era un texto potente que exudaba cierta desesperaci贸n y su t贸pico central era un animal que de golpe sal铆a a morder, a morir o a matar (a escribir). En Dentelladas 鈥搎ue como el anterior sigue la l铆nea de la prosa po茅tica breve鈥 aquel animal vuelve al ruedo, pero ahora tanteando la tierra firme, prob谩ndose en un mundo que lo desorienta, donde cada cosa (cada palabra) puede ser otra. Pero a diferencia de Piezas crudas, este animal es identificable: se trata de las leonas, en plural y en femenino. Son las hembras, las reinas de una selva donde todas portan la corona. Y ya sabemos lo que simbolizan: son las que muestran sus garras y defienden a las cr铆as, a la tierra. Sin embargo, como si las mujeres tuvi茅semos la obligaci贸n de esconder a las leonas que llevamos dentro y no dar a conocer nuestra bravura, no sin iron铆a, G贸mez Novaro hace que en Dentelladas las leonas a veces se oculten o aparezcan camufladas: 鈥-No le digas a nadie que sos una leona. / Entonces yo era una casa鈥, dice. Como si lo opuesto a la lucha fuera la seguridad del hogar, ese lugar donde el lenguaje permanecer铆a entre rejas, a salvo de toda irrupci贸n desestabilizadora (la forma hipot茅tica, 鈥減ermanecer铆a鈥, alude a lo que del hogar se espera y no a ese sitio real que es la casa donde, tantas veces, la propia lengua desobedece a la natal). El comienzo es un juego con bastante de iron铆a, otro de los recursos que esta autora mejor maneja; en 茅l un mandato limitante cae sobre el yo l铆rico y dice: 鈥淣o seas./ No pronuncies las p煤as, los vidrios rotos, los bald铆os, la empalizada, los pies descalzos. / No seas. / No cuentes la sarna y la lluvia, las costras, el pan duro./ No seas./ No digas en la fiesta el alambre crudo, o el borde, o el afuera y la ropa descosida./ No seas. /No grites los perros flacos, el agua sucia, los d铆as helados鈥. El ser es en este poema una bolsa llena de met谩foras que el yo le ordena no sacar de s铆 (no vaya a ser que se torne ingobernable). Cuando escribe 鈥渘o pronuncies las p煤as鈥, Soledad est谩 diciendo no digas lo inconveniente, lo punzante, lo inc贸modo. Claro que hay una trampa, porque con esta orden de silenciamiento, lo que logra precisamente es hacerlo hablar. Y a lo largo de todo el libro lo hace, habla con un lenguaje delicado y contundente (vidrios rotos, bald铆os, empalizada, pies descalzos, sarna, lluvia, costras, pan duro, etc) y va configur谩ndose una abundancia de elementos muy 煤tiles a los fines de un yo que busca esconderse tras ellos.
Otra estrategia de Soledad G贸mez Novaro para desdibujarse es la contraria, darle al yo un lugar demasiado presente y protag贸nico. La repetici贸n del pronombre 鈥淵o鈥 termina finalmente desaloj谩ndolo del discurso, como en este poema: 鈥淵o fui casa sin jard铆n, por las espinas. Adentro dorm铆an las leonas, siempre detr谩s de la reja. Y yo me deshabitaba. 鈥揧 no ilumines los rincones 鈥搈e dec铆an鈥. Mejor dorm铆. Y cerraban la puerta. Y me deshabitaba, sola. Y andaba por ah铆 con los vidrios rotos. 鈥撀縔 qu茅 hacen las leonas sueltas? 鈥搈e gritaban鈥. 隆A la jaula! 隆A la jaula! Y yo era un cuarto triste, lujoso y triste, sin jard铆n, por las espinas鈥. Y en este otro poema - ninguno tiene t铆tulo 鈥揹ice: 鈥淵o dibujaba arabescos. Los dibujaba bien. Eran n铆tidos, casi de carne y hueso. Yo los aplacaba, pero poco. Ten铆an la voz fuerte y a veces se hac铆an jaur铆a鈥. Los arabescos, aparentes antagonistas de las leonas en Dentelladas, son personajes hechos de lenguaje, pura l铆nea decorativa cuya insustancialidad les permite asumir personalidades m煤ltiples. A veces, tienen muy mal car谩cter e inhiben a las leonas y otras veces transvasan su identidad y se convierten en el yo que escribe: 鈥溾撀縌u茅 son esos dibujos? / 鈥揘ada 鈥揷ontestaba yo y los escond铆a. / Hoy miro fotos de ese tiempo y yo era un arabesco. Nunca estuve鈥. El deleite, el goce, el erotismo que se deslizan en Dentelladas van de la mano de su gran belleza y musicalidad. Para ejemplificar una vez m谩s c贸mo estas condiciones est谩n reunidas en la poes铆a de Soledad G贸mez Novaro, la cito en el poema final de este libro recientemente publicado por La mariposa y la iguana: 鈥淓l campo me abraz贸 leona y sal铆 en noche mordida de grillos. /Y fui en espiral, en caracol, abajo adentro hasta el estanque. / En el fondo el agua oscura brillaba dormida y despacio como brillan las ciruelas en la luz susurrada. /Dorm铆a el agua repitiendo la noche en su canto de grillos redondo y lejos. / Beb铆 leona y despert茅 en mi nido profundo. Beb铆 el agua y la noche y fui la noche con ella./ Fui el campo y el vientre del r铆o. Fui los bosques sin puertas, los p谩jaros breves. Fui el viento, el viento y su lomo mojado鈥.
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