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Viernes, 10 de mayo de 2002
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CINE

La pantalla China

Peggy Chiao es taiwanesa, se educ贸 en Estados Unidos y regres贸 a Taipei como cr铆tica de cine. Ha sido jurado en el reciente Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Es una de las mayores expertas mundiales en cine asi谩tico.

Por Soledad Vallejos
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Una m谩quina de traducci贸n cultural.鈥 As铆 se define la se帽ora taiwanesa de ingl茅s perfecto y sonrisa amable que supo ser jurado del 煤ltimo Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. En esos d铆as, entre la sorpresa inicial por descubrir algo tan inesperado (鈥淒ebo disculparme por mi ignorancia sobre el pa铆s, la 煤nica impresi贸n que uno tiene es a trav茅s de la cultura masiva: Maradona, Gardel...鈥) y el deleite renovado de los encuentros (culturales, personales) que significa cada festival, Peggy Chiao fue descubriendo que algo ocurr铆a, que algo estaba 鈥減asando en la lectura de lo que est谩 ocurriendo en la Argentina鈥. Eso, dec铆a, se ir铆a con ella, tal vez sirviera para un art铆culo a publicar en Taipei. Pero otra parte, otro aspecto de esos encuentros que ella se帽alaba, probablemente haya quedado tras su visita. Por algo fue convocada para juzgar las pel铆culas de la competencia oficial: de infancia taiwanesa y educaci贸n superior norteamericana, Peggy no s贸lo es una de las grandes art铆fices de la apertura occidental hacia la cinematograf铆a asi谩tica. 鈥淭rabaj茅 como cr铆tica de cine, tengo experiencia con marketing y publicidad para films, conozco a varios organizadores de festivales y he organizado otros yo misma, gradualmente fui construyendo relaciones con compa帽铆as de producci贸n y distribuci贸n鈥. Todo eso en 49 a帽os. Esos casi 30 a帽os de carrera en la industria muestran una versatilidad asombrosa y poca gente en el mundo tiene experiencia en 谩reas tan diversas y cr铆ticas de un mismo campo. Digamos que cuando habla de cine, del papel del cine como producto cultural y de su relaci贸n con los cambios sociales, Peggy tiene idea de lo que dice. Y que, afortunadamente, dice bastante.

Hagan olas
Con poco m谩s de 20 a帽os, Peggy decidi贸 cambiar la Universidad Nacional de Chengchi por una en Estados Unidos para continuar sus estudios de periodismo, pero, tras un semestre, se aburri贸. Se aboc贸 al cine, comenz贸 el doctorado, pero antes de graduarse recibi贸 un llamado que cambiar铆a su vida: la requer铆an para un trabajo en Taiwan. Regres贸 para internarse en el mundo de los medios en 1983; casualmente, el cine local comenzaba a sufrir cambios importantes y ella volv铆a en el momento preciso. A falta de una, las cr铆ticas de Peggy eran publicadas en dos diarios, lo que se tradujo en dos llamados imposibles de escuchar: lo que pretend铆a en Cinema Plaza y Todos somos cr铆ticos no era exponer sus ideas y nada m谩s, sino abrir el campo a los cr铆ticos de la 鈥渘ueva ola鈥. Los debates no tardaron en llegar; las opiniones de Peggy pod铆an ser incendiarias, provocadoras, al punto de despertar algunas antipat铆as severas: 鈥淓s demasiado subjetiva y emocional, demasiado 谩spera y desinteresada sobre el destino de los dem谩s, demasiado desubicada y extranjerizante en sus preferencias, y demasiado te贸rica y alejada de la realidad de la gente鈥, contraatac贸 otro cr铆tico... sin poder discutir, evidentemente, en el mismo campo que ella. Tan te贸rica y alejada de la realidad se demostr贸 Peggy que, mientras ungrupo de analistas y realizadores s贸lo pod铆an preocuparse por cuidar una est茅tica cl谩sica y algo ex贸tica, ella percibi贸 algo m谩s: que en esa manifestaci贸n se discut铆a el poder, que estaba surgiendo una nueva corriente. Y estaba en sus planes quedarse cerca.
鈥撀縋odr铆a explicar las diferencias entre las generaciones de directores chinos, y c贸mo surgen?
鈥揧o comenzar铆a por hablar de la 5陋 generaci贸n, formada por directores revolucionarios en t茅rminos de forma y tem谩ticas. Ellos se rebelan contra los directores de la 4陋 generaci贸n, que eran socialistas, comunistas, estaban muy influenciados por el cine ruso y hac铆an un cine did谩ctico, muy de propaganda. Los directores de la 5陋 generaci贸n, entonces, tratan de dar un nuevo enfoque: quieren retornar al sentido cinematogr谩fico, no tanto propagand铆stico del cine. Por otra parte, los directores de la 6陋 generaci贸n, que se encuentra produciendo ahora, se graduaron alrededor de 1989, cuando sucedi贸 el episodio de la Plaza de Tiananmen, y ellos no vieron que los realizadores ya establecidos tocaran estos temas, los cambios que esto implic贸; denunciaron que su tem谩tica estaba alienada de la sociedad. Es que se trataba de un cine con temas muy poco naturales, muy artificiales, como gangsters y prostitutas de los a帽os 30. No eran cosas 铆ntimamente relacionadas con el momento. Entonces sobrevino un cambio generacional muy fuerte. Por supuesto que la gente estaba confundida, no sabe c贸mo convivir con estos dos focos. Porque hay dos tipos diferentes de mentalidad: por un lado, una generaci贸n que intenta estar en sinton铆a con la industria y el gobierno, la 5陋, y, por el otro, una que se ancla en lo under, en el suburbio, porque el gobierno mantiene una estricta censura y no va a tolerar nada que tenga estricta relaci贸n con la realidad. Por eso todav铆a hoy hay pel铆culas que no pueden ser proyectadas en China. Personalmente, yo tengo simpat铆a por ambas partes, no creo que se pueda dividir entre correcto e incorrecto, pero sostengo que la 6陋 generaci贸n va a tratar de realizarse, llegar a la superficie y entrar en el sistema.
鈥換uiz谩s eso se relacione con su idea de que la cultura y sus manifestaciones anteceden a la pol铆tica.
鈥揈s que los cambios sociales, de hecho, realmente preceden a los pol铆ticos. Los cineastas capturan estos cambios en un estadio adelantado, como sucedi贸 con Platform 鈥搎ue pudo verse en Buenos Aires el a帽o pasado-, que nos permiti贸 aprender mucho sobre China. En algunas zonas de Asia, volver despu茅s de seis meses es encontrarse con ciudades completamente diferentes, tanto en Beijing como en Shanghai. No creo que haya ninguna ciudad que cambie tan r谩pidamente como Beijing. De repente, se convierte en una ciudad muy comunista, sin ning煤n tipo de posesiones materiales, y de la noche a la ma帽ana es la metr贸poli de liderazgo en toda Asia. Debe ser bastante confuso para la gente que vive all铆; cuando abren la ventana cada ma帽ana hay un mundo completamente diferente. Por otro lado, creo que los realizadores la pasan mal tratando de llevarse bien con todos esos cambios cotidianos. Pero es importante para cualquier cultura que la gente, los realizadores, documenten lo que est谩 pasando en ese proceso: los ataques ideol贸gicos, la manera en que a la gente le resulta dif铆cil decidir cu谩les son sus valores. En el caso particular de China, por eso es tan valioso lo que est谩 haciendo la 6陋 generaci贸n, porque ellos son los que tratan esta tem谩tica.
鈥撀縃ay mujeres cineastas?
鈥揅hina tiene muchas. En China hay m谩s directoras que en cualquier otro lugar del mundo, porque, si te fij谩s en la historia reciente, descubr铆s que desde hace poco hay much铆sima cantidad de mujeres estudiantes. Muchas de ellas estaban enroladas como soldados y despu茅s de la Contrarrevoluci贸n entraron en las escuelas de cine. Y un grupo de ellas se convirti贸 en el grupo de directoras m谩s populares, trabajando en pel铆culas de g茅nero y telenovelas, en soap operas de televisi贸n. En el mundo asi谩tico, esta discusi贸n del poder llevada al terreno de las formas y las tem谩ticas, entonces, lleva a una suerte de divisi贸n de p煤blicos y espacios de circulaci贸n cinematogr谩ficos, algo que todav铆a hoy se encuentra en pleno desarrollo. Pero, de unos a帽os a esta parte, el cine asi谩tico y sus realizadores han empezado a gozar de un prestigio y una publicidad que hubiera resultado impensable a principios de los 80. Podr铆a decirse que esta suerte de coming out comenz贸, por poner una fecha, en 1987, cuando un festival italiano premi贸 a uno de los directores de la 鈥渘ueva ola鈥, sigui贸 dos a帽os despu茅s, con un Le贸n de Oro del Festival de Venecia a otro y al a帽o uno de Cannes, y se confirm贸 cuando las programaciones festivaleras ratificaban la presencia de t铆tulos orientales. La demostraci贸n de fuerza m谩s evidente, en t茅rminos de p煤blico, tal vez haya sido el impactante 茅xito que cosech贸 El Tigre y el Drag贸n entre 2000 y 2001. En el circuito de galardones, esa demostraci贸n tuvo un correlato igualmente irrebatible: en 2001, el Festival de Berl铆n premi贸 en distintos rubros con el Oso de Plata a dos films taiwaneses, Betelnut beauty y Beijing bicycle... ambas de Island of Light, la productora fundada por Peggy. Y la segunda pel铆cula, adem谩s, contaba con un gui贸n escrito por ella. La llegada de este cine, su recibimiento y comprensi贸n por parte de un p煤blico educado en una tradici贸n radicalmente diferente no es casual ni gratuito. En la base de esta ola, se encuentra una perspectiva capaz de detectar cu谩l es el momento, c贸mo deben ser los modos, por qu茅. Y Peggy parece de vista aguda: cre贸 festivales para conectar f谩cilmente a realizadores de China, Taiwan y Hong Kong, zonas especialmente atractivas por los procesos que est谩n sufriendo. En su transformaci贸n de sociedad rotundamente capitalista a una m谩s atenta a los fen贸menos sociales, algo ha de emerger de Taiwan; lo mismo de China, que est谩 viendo los resultados de la introducci贸n del capitalismo; y lo mismo para Hong Kong, en plena adaptaci贸n a China continental, tras largos a帽os de ser colonia brit谩nica. La regi贸n parece hervir.
鈥揈s interesante que el cine asi谩tico se proyecte internacionalmente sin necesidad de ser ex贸tico, de mostrar im谩genes exotizantes.
鈥揈ste es precisamente un dilema para la escena cultural: 驴c贸mo encontrar un balance?, 驴c贸mo conservar una identidad propia sin dejar que esa identidad tan fuerte limite la comprensi贸n por el peso de lo local? Porque 茅sa es la forma en que cruz谩s las barreras culturales. Sin embargo, hay una forma, como qued贸 claro con El Tigre y el Drag贸n. Ahora mucha gente comienza a entender qu茅 es el g茅nero de las obras de espada, que es tan popular en la regi贸n asi谩tica desde hace 50 a帽os. En Cannes, cuando fue la primera proyecci贸n, durante los primeros cinco minutos la gente se re铆a, no estaba acostumbrada a ver volar a la gente por los techos. Yo estaba muy nerviosa por Ang Lee, su director, que es amigo m铆o. Pero despu茅s de diez minutos, cuando aparece esta pelea magn铆fica entre mujeres, el p煤blico se sent铆a muy atra铆do al g茅nero, ya nadie se re铆a. No depende de una cuesti贸n de verosimilitud porque, si lo pens谩s, los norteamericanos son expertos en esto. 驴C贸mo un solo cowboy pod铆a matar a diez mil indios? El asunto es que los americanos lograron enviar esos films a trav茅s de barreras culturales, m谩s all谩 de su 谩rea. En este momento de globalizaci贸n, muchas producciones transculturales van a aprovechar, es la oportunidad de ampliar los mercados. Esta es la oportunidad para Latinoam茅rica y para nosotros. Es un momento cr铆tico para que el imperio americano redistribuya sus ganancias a otras partes del mundo. Creo que, en diferentes estados, tenemos que hacer uso de ese poder, o por lo menos generar un cambio de discurso.

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