Acaso crezca desde el suelo, escrita por Sergio Sabater y Ana RodrÃguez Arana y dirigida también por el primero, está inspirada en Descripción de un cuadro del dramaturgo y escritor alemán Heiner Müller y en retazos de la vida de la revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo. Interpretada por Pablo Bossi, Pablo Garrido, Héctor Raubert, Ana RodrÃguez Arana y Patricia Carbonari, la pieza –que por subtÃtulo se nombra “BiografÃa ilustrada en un cuadro anónimoâ€â€“ despliega la biografÃa de Rosa, “que vuelve de entre los muertos para morir de nuevo, como la mujer del cuadro, como los revolucionarios de todos los tiemposâ€.
En Acaso crezca desde el suelo, Rosa, muerta, se hace presente como una máscara: “La máscara de la muerte, la máscara de la revolución; una y la misma máscaraâ€. Sergio Sabater y Ana RodrÃguez Arana cuentan que hace años se habÃan acercado a la biografÃa de la revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo: “TenÃamos materiales escénicos y una amplia recopilación de los hechos de su vida y de sus cartas. Al poco tiempo de trabajar sobre la obra de Müller, comprendimos que esa mujer que vuelve de entre los muertos en su obra podÃa ser –para nosotros– una transparencia alegórica de Rosa, el emblema de la revolución. Es que la revolución para Rosa Luxemburgo no muere sino que vuelve una y otra vez: fue, es y será. Por eso, la mujer –representante de todas las vÃctimas– que sale de su sepulcro, que resucita creciendo desde el suelo, lleva colgado de su cuello un librillo individual en el que se narra una biografÃa; la vida de Luxemburgo entregada a la revolución y su trágica muerte a manos de un teniente del ejército alemán, transparencia del hombre del cuadro, quien encarna a su vez la figura del victimarioâ€.
Sabater cuenta que el interés por Luxemburgo tiene que ver con que es un personaje al que admiran por su coherencia y su convicción, por la profundidad de sus ideas y su fuerte espÃritu libertario, “pero democrático, refractario a todo dogmatismo –incluido el centralismo democrático y la concepción leninista del partido–. Una luchadora y teórica original a la que quisimos rescatar del olvido. De la persona de Rosa nos interesó rescatar fundamentalmente su compromiso y honestidad, y su trágica muerte. Siempre nos interesó su costado humano, alejado de todo automatismo. Su apertura al arte y a la vida en todas sus formas. Su posibilidad de disfrutar de la naturaleza –su amor por los pájaros y las plantas– y de las cosas bellas de la existencia. Por otra parte, el texto de Müller nos habla de la historia y de su rotación maquinal de muerte y violencia. La descripción del cuadro se trama con el relato cÃclico de un asesinato que retorna una y otra vez. Eso nos permitió relacionarlo con la lucha revolucionaria –que encarna Rosa de modo emblemático–, que de alguna manera siempre retorna como retorna el sojuzgamiento y la opresiónâ€.
El acercamiento a la vida de Rosa Luxemburgo por parte de Alejandra Aristegui, actriz y directora de la obra que lleva el nombre de la militante revolucionaria y se puede ver en el Teatro Artefacto, llegó de la mano de un pequeño libro titulado Cartas de amor de Rosa Luxemburgo que su padre le habÃa regalado diciéndole “esto es una joyitaâ€. “Era su correspondencia desde jovencita hasta sus últimos dÃas en la cárcel –cuenta Aristegui–. La dimensión poética y polÃtica de esos textos me llevó a pensar en la posibilidad de un espectáculo teatral inspirado en Rosa, en su grandeza de espÃritu, en su aporte a las teorÃas revolucionarias. Porque, además, ella quedó casi invisibilizada en la historia y, peor aun, se puso el acento en sus ‘errores’ más que en sus aportes, algo francamente injusto. A través de mi investigación, creció mi admiración por la tenaz originalidad de su pensamiento, por su coherencia de ideas y su vida personal. Ella fue capaz de poner por escrito sus reflexiones en el mismo momento en que se desarrollaban grandes acontecimientos históricos, como la Primera Guerra. Rosa fue una de las pocas personas en oponerse, comprendiendo el sentido criminal y de depuración que tenÃa esta ‘gran conflagración’; cuestionó y denunció el riesgo en que podÃa caer el Partido Socialdemócrata Alemán (‘reforma o revolución’). Por otro lado, nunca dejó de conectarse con la vida, el arte, la naturaleza en todas sus manifestaciones. Aplico a Rosa lo que ella dice de Goethe: ‘La universalidad de sus intereses me hicieron ver que estaba ante una personalidad que forjaba su singularidad y llevaba a la acción su pensamiento, ejerciendo su derecho de estar en el mundo’.â€
Los textos que funcionaron como disparadores para el trabajo de Aristegui fueron Poder y desaparición de Pilar Calveiro, sobre las experiencias militantes y sobre la cárcel y las torturas: “En ese texto, Calveiro describe los recursos que utilizaron las mujeres para resistir en situaciones atroces. En las cárceles cada vez más alejadas adonde la mandaban mientras se desarrollaba la guerra, Rosa se conectaba con los crepúsculos y las tormentas, cantaba para los pájaros, los conocÃa a cada uno, armaba herbarios con las pequeñas hojitas que podÃa encontrar, sostenÃa una ininterrumpida correspondencia con sus amigas... VivÃa el amor con absoluta libertad, pero sin alardear. No le fue fácil sostenerse, tenÃa una salud precaria, era renga, polaca, judÃa, mujer. Asà fue que tomé la decisión de crear un espectáculo que la acercara al público, que ayudara a conocerla, a estimarla en sus distintas facetas, a través de situaciones representativas de su vida, bajo la forma de recuerdos que la asaltan en el último trayecto, hacia su asesinato y desaparición en el rÃo. Descubrà que Rosa Luxemburgo era el nombre de guerra de Pirà Lugones y de Néstor Perlongher, y de directores de cine de festivales de Diversa. Relacioné su pasar por la vida con una frase de Foucault: ‘Desarrollen su legÃtima extrañeza’. Ella constantemente vuelve a la palabra ‘autenticidad’ y a la lucha permanente que ese concepto implica: forjar en palabras y en actos las propias convicciones humanistas e internacionalistasâ€.
Acaso crezca desde el suelo, sábados a las 21.30 en el Patio de Actores, Lerma 568. Tel.: 4772-9732. Entradas: $ 40 (desc. a est. y jub.: $ 25).
Rosa Luxemburgo, sábados a las 21 en el Teatro del Artefacto, Sarandà 760. Tel.: 4308-3353. Entradas: $ 30.
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