El caballero y su sombra
Carlos Mar铆a Car贸n
Metafrasta
156 p谩ginas
Musa de una tradici贸n literaria y filos贸fica impresionante, la sombra carga una doble proyecci贸n: su oscuridad impide el paso de la luz debido a un obst谩culo interpuesto, pero tambi茅n por alg煤n rasgo de opacidad interna, algo siniestro que creemos ajeno pero est谩 en nosotros, como suced铆a en 鈥淲illiam Wilson鈥 de Poe. Esa doble funci贸n se evidencia en El caballero y su sombra, la 煤ltima novela de Carlos Mar铆a Car贸n, un escritor de la generaci贸n del 鈥60 que tuvo un intenso desempe帽o como cr铆tico de arte en publicaciones de la talla de El p茅ndulo, y aun as铆 resulta un nombre poco conocido.
Fernando Juan Ignacio de Elizalde y Ocampo, un ex estudiante del Instituto Di Tella y amigo de Alejandra Pizarnik, oscila a lo largo de todo el libro entre el rid铆culo y lo heroico. Vestido de gala pero al mismo tiempo zaparrastroso, con una enorme capa negra y un bast贸n con estoque de Toledo, 茅l es quien trata de escribir la novela total que le da t铆tulo al libro. Y la sombra que le va obstaculizando el camino es por un lado externa, encarnada en un odiado El铆as Castelnuovo que ni siquiera se digna a recibirlo (podemos suponer los motivos) y, por el otro lado, interna: como puede sucederle a cualquier escritor que se precie de vivir, Elizalde pretende tener una vida demasiado activa como para perder tiempo escribiendo.
Es que, pese a que la sombra que le dificulta la escritura tiene una clara ra铆z inconsciente que explica la poco convencional conducta del caballero, a quien no le funciona la barrera de represi贸n al momento, por ejemplo, de proferir un dilatado insulto (鈥溌縫or qu茅 mierda son tan asquerosos, imb茅ciles, inmorales, putos y autoritarios al pedo?鈥), robarle toda la plata a un ingenuo salte帽o que hab铆a confiado en 茅l, interrumpir en medio de una conferencia a Juli谩n Mar铆as para decirle que 鈥渆n su puta vida ley贸 a Kant鈥 o arreglarle una cita a su propia madre para que enga帽e a su padre; Elizalde se empe帽a en verla como algo externo, a punto tal que la sombra va tomando distintas dimensiones a medida que el crep煤sculo del mismo libro va cayendo. Por momentos es Castelnuovo, a veces se disfraza de su esposa, la gallega, y otras veces es su propio padre. Pero si la venta del alma siempre se mostr贸 con la ausencia de sombra, en todos los casos la inconmensurable sombra de Elizalde significa rebeld铆a.
Pero la prolongaci贸n de la sombra crece y se extiende hasta el grupo de seudointelectuales y artistas de medio pelo que conforma el n煤cleo de la novela, entre los cuales figura el mismo caballero Elizalde, Celis P茅rez (precoz pintor que decide invertir su nombre porque considera insulso su apellido), el sabio Juanjo y Oscar Fern谩ndez Corrales, escritor de novelas de piratas: una contracara del canon literario argentino, la sombra de aquellos 鈥渃amaradas martinfierristas鈥 de los que el mismo Marechal se encarg贸 de burlarse en Ad谩n Buenosayres.
A medida que avanza la lectura de este otro libro de tapa azul, la sombra desmesurada de Elizalde lo ir谩 desplazando hasta concluir en un final bastante previsible que, no obstante, reinaugura el viejo debate entre literatura y realidad o escritura y vida: 鈥淒onde se agotan las palabras empieza la realidad, el hambre. Y yo tengo un hambre feroz鈥. Son palabras del caballero... y su sombra.
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