Mis venenos
Sainte-Beuve
Selecciones de Amadeo Mandarino
124 páginas.
DÃcese del señor Charles-Augustin Sainte-Beuve que era un gordito de mejillas coloradas con cara de picarón, dÃcese también que era petiso, de cuello grueso, que tenÃa un cráneo grande y reluciente y que se dedicó con fruición a la crÃtica cultural en la Francia decimonónica. Sainte-Beuve era una especie de abogado del diablo que hoy seguramente tendrÃa un blog como atalaya de fuegos y venenos. EscribÃa una columna en un diario llamada Causeries du lundi (Charlas del lunes) donde redactaba extensos ensayos y no dejaba tÃtere con cabeza. Esgrimista verbal a ultranza, no reprimÃa ninguna de sus polémicas opiniones por más laureles que portaran las plumas analizadas. Cayeron bajo su látigo VÃctor Hugo, Balzac y George Sand, entre muchos otros. La importancia de Sainte-Beuve en su tiempo quedó demostrada por aquel seminal libro de Marcel Proust: Contre Sainte-Beuve. Por nuestras tierras tuvo un émulo: Lucio V. Mansilla, que desgranó desde sus Causeries de los jueves dimes y diretes de las letras y la polÃtica nacionales en las postrimerÃas del siglo XIX. Originalmente publicadas en el diario porteño Sud-América entre los años 1884 y 1891, luego fueron recogidas en el libro Entre-nos; Causeries de los jueves. En la lÃnea de la miscelánea expresada a través de una escritura de alto impacto estilÃstico, hay dos ejemplos recientes (aunque bien diferentes): Museo del chisme, jugoso anecdotario de Edgardo Cozarinsky, y La marroquinerÃa polÃtica de Jorge AsÃs. El arte del libelo exige un pecho a prueba de balas y una lengua afilada, siempre lista para el retruque florido e implica, además, quedarse con la última palabra: hay que dejar al circunstancial rival sin respuesta, mudo como una roca. Si bien Sainte-Beuve practicaba la crÃtica literaria, lo hacÃa utilizando peculiares herramientas metodológicas y abrevaba de diferentes campos epistemológicos como la filosofÃa y la fisiologÃa. "Quisiera que todos estos estudios literarios pudiesen servir un dÃa para establecer una clasificación de los tipos humanos. No soy un historiador, pero tengo rasgos de historiador", supo decir alguna vez de sà mismo.
Mis venenos es algo más que un conjunto de observaciones y pensamientos filosos sobre el estado de una literatura. Con mano de cirujano Sainte-Beuve supo adentrarse en el espÃritu de los autores hasta encontrar las razones Ãntimas de producción de las obras. El libro se publicó recién en el año 1926 (a más de cincuenta años de su muerte). La edición incluye una detallada biografÃa de Sainte-Beuve a cargo de Jorge Salvetti, que también se encargó de la traducción del texto.
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