Mi nombre es Rufus
Juan Terranova
Interzona
136 p谩ginas
Como en una rara paradoja, el punk es quiz谩s uno de los movimientos m谩s breves de la ya concisa historia del rock, y al mismo tiempo es de los que han suscitado m谩s cantidad de escritos y revisiones de diversa 铆ndole. Breve en su propuesta musical (el imaginario de la canci贸n que dura dos minutos) y breve tambi茅n en su apogeo hist贸rico, pues fue muy corto el tiempo en el que el punk pareci贸 dominarlo todo. Su a帽o qued贸 como una insignia: el 鈥77. Sin embargo, en la Argentina la estridencia pol铆tica y musical del punk se dilat贸 un poco, y estall贸 reci茅n en la d茅cada del 鈥80, para mezclarse en los noventa con el grunge y otros sonidos. En Argentina, el punk se convirti贸 entonces en un monstruo raro, de destellos radicales que cristalizaban sin ret贸rica ni met谩foras el humor de la 茅poca. Con ese material trabaj贸 Juan Terranova para componer Mi nombre es Rufus, relato del ascenso y ca铆da de Birmania, una banda punk argentina.
Si pensamos al punk como una pr谩ctica de lo conciso, Terranova entendi贸 bien que la forma breve era un recurso adecuado, incluso natural, para narrar esa sensibilidad. El libro est谩 armado con un pu帽ado infinito de capitulitos, vi帽etas, esquirlas que de a poco pero implacablemente van edificando un relato, una cuerda narrativa que los anuda. Esa acumulaci贸n de frases cortas y directas produce una doble experiencia literaria: por un lado, le quita a la novela la obligaci贸n terca de la narraci贸n lineal, del causa y efecto. De esa manera, y como ha hecho con admirable conciencia formal Mario Bellatin, la proliferaci贸n de p谩rrafos aut贸nomos le confiere al relato la posibilidad de jugar con im谩genes, con golpes emocionales, escap谩ndole a la l贸gica m谩s esclavizante de la narrativa pura. Y por el otro lado, da la sensaci贸n de que en Mi nombre es Rufus no se narra nada. Es un efecto raro. La acci贸n est谩, los personajes est谩n. Pero lo que subsiste, cuando en la lectura se ensamblan todos esos pedacitos, es m谩s bien un imaginario, un estado de situaci贸n. Eso hace que la novela no se pueda contar sino en su faceta formal, o condens谩ndola en la siguiente frase: 鈥渆s la historia de una banda punk argentina鈥. Un resumen que es cierto, pero que poco dice.
Otra cuesti贸n importante en Mi nombre es Rufus es el uso casi patol贸gico de la informaci贸n. Estos son algunos ejemplos: 鈥淒esintegration es de 1989. Wish, de 1992鈥; 鈥淓n el 94 se mat贸 Cobain鈥; 鈥淓n 1991 apareci贸 El 谩lbum negro de Metallica. El tema de difusi贸n era 鈥楨nter Sadman鈥欌. Este despliegue informativo puede pensarse de varias maneras. Por un lado, es un anclaje temporal, y su fin 煤ltimo quiz谩 sea el de desplegar un abanico de referencias generacionales, de consumos culturales compartidos. Por el otro, ampar谩ndonos en aquella frase de Walter Benjamin que dice que 鈥渓a informaci贸n ha reemplazado al relato鈥, podr铆amos arriesgar que el dato es, en 煤ltima instancia, el relato. En la informaci贸n, en la fecha, en el disco que sali贸 en ese a帽o, hay una forma posible del relato, y esa forma es la que explora Mi nombre es Rufus. Desde luego, el gesto se puede interpretar de muchos modos, y no faltar谩 quien catapulte al libro como una 鈥渘ovela-wikipedia鈥. Pero la fuerza del texto no est谩 en los datos concretos, sino en el narrador silencioso y discreto que los enhebra, en esa forma elusiva pero palpable de hacer literatura con trocitos.
Mi nombre es Rufus se lee de un tir贸n. Se puede llegar a creer incluso que se trata en realidad de una especie de protonovela. Esos papelitos, esas l铆neas sueltas aqu铆 y all谩, ser铆an las anotaciones que arman el esqueleto de un libro futuro. En esa inminencia, que se mantiene con tenacidad de la primera a la 煤ltima p谩gina, Terranova hace literatura de ese choque entre violencia y sensibilidad que han tramado las bandas m谩s gloriosas del reinado punk.
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