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nEl jueves, un rayo se abri贸 paso entre las nubes y acab贸 con la vida de cuatro turistas que se refugiaban de la lluvia debajo de una carpa en Villa Gesell. Pasaron dos d铆as, pero a juzgar por lo que se ve, parecen dos siglos: en Mar del Plata, a s贸lo una hora de distancia, el sol celebra el verano y los turistas se echan despreocupadamente sobre la arena a la espera de que algo los despabile de su siesta playera. Es el comienzo del Personal Fest Verano, que en temporada alta adopta un formato itinerante y lleva de gira a bandas como Babas贸nicos, Los Cafres, Miranda!, Tan Bi贸nica y Eruca Sativa por Potrero de los Funes, Salta y Las Grutas (el cierre es en Corrientes, con Illya Kuryaki and The Valderramas). Todo arranca en un escenario por la zona de Punta Mogotes, donde a la hora del t茅 ingl茅s se asoma Utopians, cuarteto que parece salido de un bar yanqui de los 鈥70, de un garage lleno de Marshalls valvulares o de una exposici贸n de peinados rockabilly, pero jam谩s de un festival al lado del mar.
Un flaco hamaca la patita con un licuado de maracuy谩 en mano y, m谩s adelante, una parejita sincroniza sus movimientos con los mismos brazos que los abrazan, haciendo uno de los dos. A su modo, todos son felices, aunque es evidente que est谩n descubriendo a la banda y no tienen ni remota idea de c贸mo se llaman canciones tales como Nunca es hoy, Trastornados, Muertos vivos o Nada bueno. T铆tulos, digamos, poco veraniegos.
Las composiciones picantes como calz贸n con arena se entreveran con la prepotencia de Barbi Recanati, cantante, que si tiene un micr贸fono abierto y una guitarra colgando le hace frente al viento (que empieza a rezongar con fastidio sobre el atardecer) y a quien se le plante, con esas piernas largas que la hacen lucir de dos metros de rock y rigor. Hay temas nuevos y un cierre con una versi贸n incendiaria de Estallando desde el oc茅ano, de Sumo. La elecci贸n parece obvia y redundante a juzgar por el momento y el lugar, pero fue una decisi贸n de 煤ltimo momento y, a decir verdad, es un cover que ya hab铆an grabado para Freak, su disco de 2010: 鈥淗ab铆amos preparado un set perfectito de 40 minutos, pero antes de subir nos dicen que ten铆amos que tocar una hora por contrato. 隆Al final ya nos quer铆amos bajar!鈥, bromea Barbi, con un l铆quido barnizado en el vaso. 鈥淓s t茅 con miel, 驴quer茅s?鈥, ofrece, amable, euf贸rica: sucede que en pocos d铆as viajan a Estados Unidos para grabar su cuarto disco en Texas, donde tambi茅n aprovechar谩n la estad铆a para tocar en el SXSW. Y todo es luz y alegr铆a.
Mientras tanto, Dread Mar I se prepara para cerrar la jornada y acicala su gorro boboashanti naranja, que le qued贸 ladeado despu茅s de ver a los Utopians. 鈥淣os dijo que le encantaba nuestra m煤sica. A veces uno se ahoga en prejuicios, pero despu茅s pasan estas cosas y qued谩s regulando鈥, sincera Barbi. Es cierto: el cantante apuraba las entrevistas para no perderse el show. Tanto que, para evitar retardos y distracciones, el rastafari que le canta al amor y la hermandad fue escoltado por cuatro custodios los 10 metros que lo separaban del escenario desde la carpa de prensa en el VIP.
鈥溌rriba, people!鈥, repite una y otra vez, encendiendo a los casi 20 mil espectadores con sus canciones ATP, amables y universales como la m煤sica funcional que suena en un consultorio. El viento chifla con insistencia pero nadie se mueve: cuando se vuelve turista, el humano puede alterarse sin remedio porque le demoran 10 minutos su pedido en una confiter铆a, pero ni bien pisa la arena asume el tes贸n de la cucaracha y tolera cualquier hostilidad con tal de permanecer all铆.
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