Hay un chiste sobre Judas que anda dando vueltas por Internet en formato PowerPoint, y que merece ser reproducido. Dice asÃ:
“Estaba Jesús en el cielo reunido con todos sus discÃpulos, y se encontraban analizando la problemática de la droga en el mundo, y el modo en que ésta destruÃa la vida de muchas personas y familias. Pero como ellos nunca habÃan probado, no sabÃan realmente lo que producÃa. Fue asà como Jesús decidió mandar a todos sus discÃpulos a distintas partes del mundo para que trajeran distintas clases de drogas y analizarlas...
El hijo de Dios pasó cinco dÃas esperando. Finalmente, tocaron a su puerta.
Toc-toc-toc.
—¿Quién es? —preguntó Jesús.
—Soy Juan.
Jesús abre la puerta rápidamente y le dice:
—¿Qué trajiste, Juan?
—CocaÃna de Colombia, maestro.
—Muy bien, pasá, dejala ahÃ.
Al rato, vuelve a sonar la puerta.
Toc-toc-toc.
—¿Quién es? —pregunta Jesús.
—Soy Pedro.
Jesús abre la puerta y le dice:
—¿Qué trajiste, Pedro?
—Marihuana de Jamaica, maestro.
—Muy bien, Pedro, pasá y dejala ahÃ...
Al rato, toc-toc-toc.
—¿Quién es? —pregunta Jesús.
—Soy Mateo.
Jesús abre la puerta y le dice:
—¿Qué trajiste, Mateo?
—Crack del Bronx, maestro.
—Muy bien, pasá y dejalo ahÃ...
Y asà sucesivamente iban llegando los discÃpulos con heroÃna de Afganistán, anfetaminas de una farmacia, LSD de Holanda, éxtasis de Manchester, hachÃs de Marruecos, opio de China, ketamina de una veterinaria y cucumelo de Misiones. Sólo faltaba un discÃpulo. En eso se oyó la puerta:
Toc-toc-toc.
—¿Quién es? —pregunta Jesús.
—Soy yo, Judas.
—¿Qué trajiste, Judas?
—A la DEA, cabrones... ¡¡¡Todos contra la pared!!! Ese de barba es el jefe...
Otro chiste que anda circulando de boca en boca últimamente, y que tiene como protagonista a Dios, también merece ser reproducido. Dice asÃ:
“Un judÃo se muere y va al cielo. Mientras camina por ahÃ, se cruza con Dios. Absorto en sus pensamientos, en eso escucha que el Señor le chista:
—Che, Isaac, ¿qué te pasa? ¿Qué es esa cara de culo? Estás en el cielo...
Isaac, compungido, le responde:
—Tenés razón, disculpame. Pero no sabés lo que me pasó antes de salir para acá...
—No, ¿qué? —le dice Dios.
—Un bajón: allá en la Tierra, el boludo de mi hijo se me hizo católico.
—Ah, pero no te preocupes —le responde Dios—. A mà me pasó lo mismo.
—¿Y qué hiciste?
—Nada, un nuevo testamento.
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