El año pasado, mientras buscaba una imagen que condensara la última etapa de sus ilustraciones, de la que la música fue “un motor muy grande”, Costhanzo dio con el pencilpod: el iPod con una caja de lápices. Un logo donde se fusionan sonido y dibujo, y que expresa “la idea de escuchar el color”, explica el dibujante, que desde el viernes que viene expondrá trabajos inéditos y temáticos (centrados en la música, en esos colores que se escuchan y en los lápices que dibujan canciones) en el Centro Cultural Recoleta: la muestra lleva por título AC/DC: Augusto Costhanzo / Dibujos & Caricaturas. Junto con sus impresiones estarán expuestos también algunos “lápices” –los bosquejos a mano sobre cuyos escaneos luego trabaja–, para “que se vea el origen, que la gente pueda acercarse a la mugre, a los errores, a ese grupo que a veces se puede ir de tiempo”.
Conocido por su dibujo de trazo sintético, geométrico, Costhanzo se ha especializado en hacer retratos de músicos y de cineastas. Es quizá la parte más personal de su trabajo, con la que alterna encargos para publicaciones de acá y del exterior que han dado lugar a obras tales como ese David Lynch sumergido hasta las rodillas en el Red Room de sus pesadillas, rodeado de discos de vinilo (hecho para la edición mexicana de Playboy); y ese Berlusconi con un televisor en la cabeza (para una revista española). El universo de Costhanzo tiene claves propias que le permiten expandirse a pedido, tal como le cuenta a Radar ahora que ya lleva –acaba de cumplirlos– veinte años haciendo lo suyo.
–No sé si fue un dibujo en especial; lo que recuerdo muy vívidamente es comprar la revista Mad en su versión argentina a fines de los ‘70 y dejarme absorber por la magia de su ética y estética, y sentir plena empatía con su mensaje... Lo más lindo era que si uno se sentía un idiota –es decir: nunca fui de los más pintones, ni uno de los “ganadores”–, la Mad hacía que no te sintieras tan solo. Cuando encontrabas a alguien de tu edad que también la leía, era un alivio muy grande. Te dabas cuenta de que había mucha gente que también estaba en ese lugar y era alucinante poder refugiarse ahí; te hacía cobrar fuerzas, y ayudaba a darle forma a tu personalidad riéndote de vos mismo.
–Mi primera publicación fue en la revista 13/20 en septiembre del año ’89, el año de la hiperinflación. Era para una nota de psicología para adolescentes, y estaba hecho en un estilo muy distinto al del presente: era muy feo, en blanco y negro, con mucha pluma y más mugre, sin cultura digital. 13/20 fue genial para mí: el director de arte me tenía sentado y por cada ilustración me hacía pensar dos o tres ideas; lo que es un muy buen aprendizaje. Yo acababa de salir de la escuela de Garaycochea, que tuvo dos méritos: te hacía querer el oficio, y te presentaba gente increíble que te ayudaba a ver para dónde querías correr, en un momento en que la ilustración no era importante sino que se la consideraba la hermana boba de la historieta y el humor gráfico. Para mí, el humor gráfico siempre fue una herramienta y no un fin; el fin es la ilustración, pero hace tan sólo veinte años, si yo decía que era ilustrador, me preguntaban: “¿Lustrador? ¿Qué lustrás?”.
–Me hubiera gustado trabajar en radio, y de hecho estudié un par de años, pero el dibujo siempre ganó. O ser parte de una banda (un clásico), o quiosquero de revistas: el quiosco me parece un lugar increíble, me vuelve loco, hasta dormiría ahí adentro.
–Sí, hace muchos años, Eduardo Constantini (h) le hizo llegar un dibujo a Jim Jarmusch, que fue muy amable y me envió un e-mail que atesoro impreso.
–Jamás, aunque mi cara da para que se hagan un festín. Tengo caricaturas hechas por amigos, pero qué le voy a hacer: tengo una cara cómica.
–Pienso en Frank Miller, porque me encantan sus movimientos; en Al Hirschfeld, cuya síntesis es mi norte; en Charles Schultz, que con dos líneas te marcaba un universo tan amable y tan agrio a la vez. Moebius es tan perfecto que hace que el mundo parezca dibujado por él. Y eso es lo que me gustaría conseguir: que la gente al ver mis dibujos se sintiera transportada a otro lugar, como a mí me pasa con estos tipos.
La muestra AC/DC: Augusto Costhanzo / Dibujos & Caricaturas se realizará del 16 de octubre al 15 de noviembre de 2009, en el Centro Cultural Recoleta Junín 1930, Buenos Aires, Argentina, Sala Prometeus. Espacio Epson. De lunes a viernes de 14 a 21 y los sábados, domingos y feriados, de 10 a 21.
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