La observación reiterada y detenida de las fotografÃas de Sebastián Szyd deja un inquietante sentimiento de perplejidad, porque algunas de esas fotografÃas que aparentan ser más simples, obligan a una relectura o doble lectura, ya que su apariencia de imágenes simples o menos complejas provoca el desamparo de nuestra inteligencia. Y esto es asà porque estas fotografÃas, como el desierto, esconden lo que revelan, serÃan o son como un mensaje dentro del mensaje y al simple observador o admirador le es difÃcil resolver este enigma.
Algunas de estas fotografÃas nos recuerdan lo obvio: la posibilidad de descubrir lo arcaico debajo de lo que parece ser una sÃntesis de lo nuevo, o convertir lo aparente en enigma.
Los mitos, los cuentos de hadas pueden ser interpretados como sueños; las fotografÃas, por supuesto que también.
Los hombres, los árboles, los animales, las cosas serán para siempre como estén fotografiados. Las fotografÃas son siempre inquietantes, omniscientes, vivas. A poco que las observamos con una lupa detenidamente y nos metamos en ellas, sabremos que el instante está vivo, atrapado, encantado. Que nada de lo que está allà fotografiado envejecerá, y esto es temible y terrible.
No hay nada más efÃmero que la fotografÃa, porque tiene como fin captar el instante que es la única realidad del tiempo, aunque esto fuera refutable para Bergson cuando presentÃa que era necesario dar salida a las fuerzas del pasado y que un solo y único impulso vital solidarizará la duración del presente con el pasado como fragmento de la vida. A esto aludirá Bergson cuando presentÃa que un solo y único impulso vital solidariza la duración del instante que es nuestra vida.
Sin embargo, estas fotografÃas de Sebastián Szyd nos indican que el instante es la única realidad del tiempo. Porque las obras de arte sólo serÃan sombras proyectadas por la luz del fuego de la hoguera en la caverna. Y que la fugacidad es el sÃmbolo irremediable de la vida.
América, de Sebastián Szyd inaugura el martes 5 de abril en la FotoGalerÃa del Teatro San MartÃn y permanecerá abierto hasta el sábado 30 de abril. Horario: de lunes a viernes desde las 12; sábados y domingos desde las 14, siempre hasta la finalización de las actividades del dÃa en el teatro (avenida Corrientes 1530). La entrada es libre.
El texto de Tizón es el prólogo del libro que La Azotea Editorial publicó con las fotos de Szyd.
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