Cuando a principios de los ochenta el guionista e ilustrador canadiense John Byrne decidi贸 incluir en el plantel titular de los X-Men a un personaje de su misma nacionalidad, un oscuro mutante con garras, y darle una historia para salvarlo de la muerte segura a la que su condici贸n de personaje de tercera l铆nea lo condenaba, no imaginaba que Wolverine iba a terminar siendo uno de los personajes m谩s populares y una de las propiedades m谩s redituables de la Marvel. Del mismo modo, en 2004, el tambi茅n canadiense Bryan Lee O鈥 Malley tampoco pudo anticipar que el comic de tintes autobiogr谩ficos que hab铆a escrito e ilustrado bajo el desaf铆o de hacer una historia que supere la veintena de p谩ginas iba a llegar a convertirse en otro de los grandes h茅roes canadienses de la ficci贸n y en uno de los iconos de una generaci贸n que aprendi贸 a jugar al Super Mario Bros. al mismo tiempo que a leer: Scott Pilgrim, torontoniano de 23 a帽os. A diferencia de Wolverine, Scott Pilgrim no busca un mundo en el que convivan en armon铆a los mutantes y los humanos ni tampoco venganza por la muerte de sus seres queridos. De hecho, en las primeras p谩ginas del primero de los seis tomos de sus aventuras, Scott Pilgrim: su vida y otras cosas, nada parece interesarle demasiado: es un bueno para nada que toca el bajo en una banda de garage, Sex-Bob-Omb, y que hace poco empez贸 a frecuentar a Knives, una estudiante china mucho menor que 茅l. Pero todo cambiar谩 cuando se cruce con Ramona Flowers, la chica de sus sue帽os. A partir de entonces, la misi贸n de Scott ser谩 conquistarla, pero esto no ser谩 tan f谩cil porque ella arrastra un pasado complicado: siete de sus ex novios se aliaron para hacerle la vida imposible a quien ose invitarla a salir. Entonces, para ganarse a Ramona, Scott tendr谩 que luchar por su amor. Literalmente.
O鈥 Malley despliega en el comic influencias del manga, de la tradici贸n de la historieta de superh茅roes y llena las p谩ginas de referencias a los videojuegos y el cine para narrar esta historia de chico conoce chica en tono zumb贸n, pero cuyo relato lograr mantener el equilibro entre el cari帽o a sus personajes y los gui帽os autoconscientes. 鈥溌iren! 隆Saqu茅 la l铆nea de bajo del Final Fantasy II!, es una de las muchas l铆neas de di谩logo que definen a la perfecci贸n la sensibilidad de la historieta y el canon que inspir贸 a Scott Pilgrim y al cual honra en todo momento, as铆 como tambi茅n su voluntad por establecer una brecha generacional (el Final Fantasy II es un videojuego cl谩sico del Super Nintendo).
Por supuesto, en cuanto las ventas del comic 鈥揺ditado por Oni Press, un sello independiente de Portland鈥 empezaron a aumentar, aparecieron los interesados en llevar al mundo de Pilgrim al cine. O鈥 Malley no ten铆a listo el final del comic cuando le compraron los derechos para filmarlo.

En la Argentina, la obra del ingl茅s Edgar Wright es una de las grandes deudas de las distribuidoras: ninguna de sus pel铆culas se estren贸 en la pantalla grande. Wright (1974), cin茅fago fascinado por los g茅neros cl谩sicos y la comedia, salt贸 la fama gracias al 茅xito de su sitcom Spaced, en la cual participaban sus colaboradores habituales: Simon Pegg y Nick Frost. Su debut en cine, Shaun of the Dead (Muertos de risa fue el t铆tulo con el que fue editada en DVD; no confundir con la comedia de Alex de la Iglesia ni con las 隆dos! pel铆culas de Peter Jackson que llevan ese nombre) prestaba homenaje a las pel铆culas de George Romero. 鈥淯na comedia rom谩ntica. Con zombies鈥, dec铆an los trailers; era al mismo tiempo una conmovedora reflexi贸n sobre la amistad. Su siguiente pel铆cula Hot Fuzz (Arma fatal) reivindicaba la parafernalia visual de los filmes Michael Bay para narrar una buddy movie y un whodunnit en una aldea inglesa, siempre manteniendo un timing para la comedia notable. Pero tal vez su obra m谩s vista haya sido Don鈥檛, uno de los trailers ap贸crifos de Grindhouse, ese experimento fallido de Robert Rodriguez y Quentin Tarantino. En poco m谩s de dos minutos Wright parodiaba todos los lugares comunes de las pel铆culas de casas embrujadas de la d茅cada del 70 (con The Legend of Hell House, de John Hough a la cabeza) y los llevaba al extremo para terminar en un montaje a m谩xima velocidad de planos truculentos, logrando un efecto c贸mico insospechado.
Wright era la elecci贸n obvia para llevar al cine a Scott Pilgrim y as铆 lo entendieron en Universal. Michael Cera, de la serie Arrested Development y protagonista de Juno, fue el elegido para encabezar un elenco en el que figuran Mary Elizabeth Winstead (A prueba de muerte), Jason Schwartzman (Rushmore) Kieran Culkin (Igby Goes Down), Chris Evans (el nuevo Capit谩n Am茅rica) y Brandon Routh (Superman en la pel铆cula de 2006).
Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sue帽os estuvo a punto de estrenarse en los cines argentinos, pero al no tener el rendimiento esperado en la taquilla estadounidense fue relegada a un par de proyecciones en la 煤ltima edici贸n del Festival de Cine de Mar del Plata. Hubo campa帽as en las redes sociales juntando firmas para que la estrenen, pero de nada sirvieron: termin贸 teniendo la misma suerte que las dos pel铆culas anteriores de su director: sali贸 el mes pasado en DVD.

Hace unas semanas, el comediante y actor Patton Oswalt public贸 un art铆culo en la revista Wired en el que redactaba el acta de defunci贸n de la cultura geek. La culpa, argumentaba, la ten铆an Internet y la mirada antena del establishment sobre lo que sol铆an ser circuitos de culto. 鈥淭odo lo cool que tenemos hoy es consecuencia de alguien queriendo m谩s de algo que amaban en el pasado. (...) El hecho de que todo sea accesible no produce una nueva generaci贸n de artistas, sino s贸lo un ej茅rcito de consumidores saciados. 驴Para qu茅 crear algo nuevo cuando hay una monta帽a de cultura pop recientemente excavada para recortar, resignificar y manipular con un editor de video?鈥
Es curioso que en el art铆culo no se mencione ni a Edgar Wright ni a Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sue帽os. Podr铆a haber sido otro caso m谩s de Hollywood intentando capitalizar el 茅xito de un comic, como pas贸, por ejemplo, con la reciente Terror en la Ant谩rtida, bodrio que adapta otra historieta de Oni Press, pero en esta pel铆cula el director se apropia de la obra sin borrar de la ecuaci贸n a O鈥橫alley, sino que combina fuerzas con 茅l. A diferencia de Watchmen, de Zack Snyder, o Sin City, dirigida por Robert Rodriguez y el autor del comic, Frank Miller, Scott Pilgrim est谩 lejos de ser una ilustraci贸n audiovisual de las vi帽etas: aprovecha al m谩ximo el lenguaje cinematogr谩fico para reafirmar el texto original y reelaborarlo para acercarlo a煤n m谩s a una sensibilidad de 茅poca. Es la maestr铆a de Wright lo que hace que no sea s贸lo una bater铆a caprichosa de gui帽os y citas, que la pel铆cula funcione m谩s all谩 de las referencias. En la banda de sonido, por ejemplo, conviven melod铆as de videojuegos como The Legend of Zelda y el bajo de la apertura de Seinfeld con m煤sica original del productor de Radiohead y Paul McCartney, Nigel Godrich y, doblando a los Sex-Bob-Omb, Beck. En Hot Fuzz se destacaba el uso del montaje, que era usado como un gag a lo largo de todo el metraje: era fren茅tico en situaciones que no ameritaban tal velocidad; en Scott Pilgrim Wright demuestra que es una de las herramientas que mejor utiliza al introducir las elipsis de las maneras m谩s originales y en los momentos menos esperados, un recurso que recuerda al Hollywood cl谩sico, especialmente a los musicales. Es que, estructuralmente, la pel铆cula est谩 armada como si fuera un musical, s贸lo que en lugar de ponerse a cantar y a bailar los personajes se enfrentan en batallas hiperb贸licas que remiten a las del Street Fighter (con el locutor gritando 鈥淜O!鈥 cuando el vencedor asesta el golpe de gracia y la c谩mara congelando el movimiento) y al delirio de las pel铆culas de Stephen Chow. Cada una de las peleas con los siete ex novios est谩 dise帽ada como una set piece 煤nica, y a medida que Scott va progresando en su tarea herc煤lea, el despliegue visual va en aumento hasta detonar en una espectacular batalla final en la que el h茅roe se enfrenta al villano en un duelo con espadas de fuego.
Es interesante comparar esta pel铆cula con la reciente Sucker Punch: mundo surreal, que tambi茅n bebe del imaginario geek y tiene un esmerado trabajo de efectos visuales pero que a pesar de la cantidad astron贸mica de horas que deben haber pasado los dise帽adores ocup谩ndose de ello, no logra en ning煤n momento esquivar el tedio. 驴Cu谩l es la diferencia entre las dos? Snyder, el director de aquella pel铆cula, conf铆a demasiado en la tecnolog铆a y en la capacidad intr铆nseca del dise帽o de arte de sus secuencias para sorprender. Wright no cae en el efectismo, el n煤cleo de Scott Pilgrim es firme, un t贸pico cl谩sico que permite la identificaci贸n: est谩 enamorado, y la pel铆cula retrata a la perfecci贸n la cantidad de locuras que uno puede llegar a imaginar o cometer con tal de resolver una situaci贸n adversa en la cual peligra el v铆nculo con la persona deseada. Las muchas batallas que pelea Scott Pilgrim por la chica de sus sue帽os prestan testimonio del anhelo de una generaci贸n que alg煤n d铆a va a tener que dejar de imaginar soluciones a problemas reales que involucren superpoderes. Y al igual que le pasa al protagonista, van a tener que aprender esto a los tortazos.
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