La musa de la música es una trabajadora constante, pero se muda mucho. De ahí que el nombre de la ciudad musical del planeta vaya cambiando, y lo que alguna vez fue Viena o Salzburgo o Milán o París, con el correr de los siglos salte a Nueva Orleans, Chicago, Nashville, Nueva York, Liverpool, Londres, Los Angeles, Minneapolis, Glasgow, la Athens de Texas, Manchester, Seattle y –quizá, entre el 82-84– Buenos Aires.
Y parece que por estos días –al menos así lo aseguran las páginas de The New York Times, de la revista Spin y de las agendas de los ejecutivos de las discográficas, siempre a la caza de la next big thing–. la cosa pasa por la hedonista Montreal. Una ciudad cada vez más lejos del conservadurismo rampante de Bush (pero a sólo cinco horas en auto de Nueva York) y que canta en inglés –más allá de que el 60 por ciento de la población sea francoparlante– en los bares del Boulevard St. Laurent, en el barrio chic y cool de Mile End o en el vecindario The Plateau, donde también expone lo más radical de la escena plástica. Ya saben, ya se lo imaginan: vecindarios con pubs y lofts y noches largas y blancas en las que el mal clima ayuda a buscar santuario y escuchar algo nuevo. Y The Arcade Fire –y su reciente desembarco invasivo en EE.UU. y muy pronto en Europa– son las estrellas indiscutidas. Pero hay más. Tomar nota: el songwriter Sam Roberts, el pop-loco de The Unicorns, el gótico de The Dears, el post-new romantic de The Stars, los comerciales pero nobles Simple Plan, los alternativos The Stills, la banda de chicas mal habladas Pony Up!, la psicotronia sónica de Les Georges Leningrad o cualquiera de las encarnaciones del mutante colectivo rockero God Speed You, Black Emperor!... Todos estos y muchos más –buena parte de ellos, The Arcade Fire incluidos, grabaron lo suyo en el prestigioso estudio Hotel 2 Tango, el equivalente local de Abbey Road– se pueden ver y oír en sitios como Le Divan Orange, Laika, Casa del Popolo, Barfly, Café Chaos, L’Hemisphère Gauche o el muy experimental y electrónico O Patro Vys. El más luminoso under se encuentra en fábricas abandonadas y oficinas desiertas –Fort Moshington, The Electric Tractor, Cryochamber, Le Local– con capacidades que van de las 50 personas a las mil y conciertos que a menudo son interrumpidos por quejas de vecinos y visitas de la ley. Muchos de los conciertos no son anunciados por canales oficiales sino por el boca a boca y el oído a oído. En cualquier caso, se recomienda consultar el site especializado www.montrealshows.com
© 2000-2023 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.