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Domingo, 27 de marzo de 2005

MINIGUíA PARA ORIENTARSE EN OTRA CIUDAD QUE NUNCA DUERME

Montreal es otra fiesta

Por R. F.

La musa de la música es una trabajadora constante, pero se muda mucho. De ahí que el nombre de la ciudad musical del planeta vaya cambiando, y lo que alguna vez fue Viena o Salzburgo o Milán o París, con el correr de los siglos salte a Nueva Orleans, Chicago, Nashville, Nueva York, Liverpool, Londres, Los Angeles, Minneapolis, Glasgow, la Athens de Texas, Manchester, Seattle y –quizá, entre el 82-84– Buenos Aires.

Y parece que por estos días –al menos así lo aseguran las páginas de The New York Times, de la revista Spin y de las agendas de los ejecutivos de las discográficas, siempre a la caza de la next big thing–. la cosa pasa por la hedonista Montreal. Una ciudad cada vez más lejos del conservadurismo rampante de Bush (pero a sólo cinco horas en auto de Nueva York) y que canta en inglés –más allá de que el 60 por ciento de la población sea francoparlante– en los bares del Boulevard St. Laurent, en el barrio chic y cool de Mile End o en el vecindario The Plateau, donde también expone lo más radical de la escena plástica. Ya saben, ya se lo imaginan: vecindarios con pubs y lofts y noches largas y blancas en las que el mal clima ayuda a buscar santuario y escuchar algo nuevo. Y The Arcade Fire –y su reciente desembarco invasivo en EE.UU. y muy pronto en Europa– son las estrellas indiscutidas. Pero hay más. Tomar nota: el songwriter Sam Roberts, el pop-loco de The Unicorns, el gótico de The Dears, el post-new romantic de The Stars, los comerciales pero nobles Simple Plan, los alternativos The Stills, la banda de chicas mal habladas Pony Up!, la psicotronia sónica de Les Georges Leningrad o cualquiera de las encarnaciones del mutante colectivo rockero God Speed You, Black Emperor!... Todos estos y muchos más –buena parte de ellos, The Arcade Fire incluidos, grabaron lo suyo en el prestigioso estudio Hotel 2 Tango, el equivalente local de Abbey Road– se pueden ver y oír en sitios como Le Divan Orange, Laika, Casa del Popolo, Barfly, Café Chaos, L’Hemisphère Gauche o el muy experimental y electrónico O Patro Vys. El más luminoso under se encuentra en fábricas abandonadas y oficinas desiertas –Fort Moshington, The Electric Tractor, Cryochamber, Le Local– con capacidades que van de las 50 personas a las mil y conciertos que a menudo son interrumpidos por quejas de vecinos y visitas de la ley. Muchos de los conciertos no son anunciados por canales oficiales sino por el boca a boca y el oído a oído. En cualquier caso, se recomienda consultar el site especializado www.montrealshows.com

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