La violenta lucha por el dominio de la barrabrava de Ñuls se tomó una tregua, decisión que asumieron implÃcitamente los grupos en pugna ante el paso en firme dado por la Justicia y los dirigentes del club para, al menos, evitar que sean las populares del Coloso del Parque el escenario donde los violentos chocan sus diferencias. La interna de los violentos vive un proceso de cambio que entregó en los últimos partidos la cara del nuevo lÃder: Javier "Cocucha" Gálvez, quien viene de la facción que se mantuvo fiel a Diego "El Panadero" Ochoa tras la rebelión desatada el 4 de setiembre en el partido con Independiente.
Luego de que a Ochoa le quitaron el rango de "lÃder" bajándolo a las trompadas del paraavalancha, el núcleo de los violentos atravesó un proceso de confusión, más aún para aquellos que nada sabÃan del golpe que ejecutaron MatÃas Pera y Maximiliano "El hijo del Quemado" RodrÃguez, entre otros, los primeros dÃas de setiembre, quienes estuvieron detenidos por la agresión dos semanas.
Una vez hecha pública la interna, el primer equipo rojinegro jugó de visitante ante Argentinos, en La Paternal, encuentro donde concurrió el propio Ochoa a la popular y sus infieles en la platea. Aquel fue el último encuentro donde los barras alimentaron su encono recÃproco dentro de un estadio. Porque el segundo enfrentamiento se darÃa sobre el verde del parque Independencia, horas antes de que los dirigidos por Roberto Sensini animen el partido de ida con Estudiantes por Copa Sudamericana. Para aquel juego ya regÃa la restricción judicial para 23 barras identificados por las cámaras del Coloso y el derecho de admisión requerido por los dirigentes.
Ante Estudiantes, en cancha de Quilmes, Ñuls jugó el primer partido de visitante con la prohibición vigente impuesta a los barras, tanto por la Justicia como por el club. La barra de Ochoa viajó a Buenos Aires, pero a la altura de Zárate la bonaerense requisó los tres micros, ante la advertencia de la policÃa rosarina de que arriba del rodado habÃa armas. Nada se encontró en los colectivos pero la policÃa de Buenos Aires ordenó trasladar a hinchas a la comisarÃa para constatar antecedentes, dado que no todos tenÃan DNI. En la dependencia policial quedaron demorados lo suficiente para que no lleguen a tiempo a presenciar el empate que ponÃa a los leprosos en los octavos de la Sudamericana.
Ante River, en el Parque, la policÃa detuvo a 66 hinchas que hacÃan cola para ingresar a la popular. La mayorÃa de los detenidos eran rostros conocidos para los efectivos, por lo cual quienes responden a Ochoa decidieron "custodiar" los accesos a la popular desde el interior de la tribuna para "evitar el ingreso de los traidores". Superados los 30 minutos del primer tiempo la policÃa ordenó subir los molinetes y cerrar los accesos, y fue allà cuando un centenar de barras dejaron su puesto de control e ingresaron a tropel a la hinchada. En el sector local de la popular que da a espaldas al Palomar se ubicaron los que se encolumnan detrás de MatÃas Pera. Más tarde los violentos acudieron a la comisarÃa 5ta. a "gestionar" la liberación de los detenidos.
"Como la barra no tiene lÃder no hay quien le pague a la policÃa para que deje entrar las banderas y no te haga bardo. Lo que hacen ahora para recaudar es detener a los que saben que están en algunos de los dos bandos, le `plantan' un arma o le inventan una gilada para complicar la situación de los detenidos, y atrás vamos nosotros y arreglamos", explicó a este diario uno de los violentos que se ocupó por conseguir la libertad de todos los hinchas detenidos en la previa del partido con los millonarios. "¿Sabés por qué en Central la barra cuelga todas las banderas que quiere en el Gigante? Porque le pagan a la policÃa. Eso los saben todos y nunca se hizo nada", añadió el barra rojinegro que estuvo a cargo de la organización de la movilización a cancha de Arsenal el 26 de setiembre.
Para burlar los controles de la bonaerense, el viaje a Sarandà se hizo en combis y autos particulares, quienes a su vez no tomaron el mismo camino. Los barras se ubicaron en la popular y ante la presencia de los propios dirigentes de Ñuls en la tribuna "se corrió rápida la orden de no hacer cagadas".
A los hermanos Vázquez, que suelen asistir a las plateas del Coloso, se los señala como los autores intelectuales de la agresión al Panadero. A "Chamala" Vázquez le balearon el frente de su casa el pasado viernes por la madrugada, lo que se presumÃa era una respuesta de la barra rojinegra. Aunque las pesquisas policiales se orientan al cruce de intereses en el prolÃfico negocio de la droga en la zona sur.
Ante Vélez y San José de Bolivia, partidos que Ñuls jugó de local, quienes pugnan por tomar el poder de la barra dejaron de asistir a la cancha y la policÃa cesó con las detenciones, quizá por asomar Gálvez como el nuevo capo de la tribuna.
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