Decir que en Rosario se hace cine es cada vez más cierto. La tarea audiovisual implica complejidad, los desafÃos a sobrellevar requieren de profesionalismo, y el compromiso con la tarea deviene necesariamente en más oportunidades. El beneficio para el medio y quienes lo conforman asà se retroalimenta. PodrÃan mencionarse a realizadores varios como buenos ejemplos, pero lo también cierto es que hacer cine ocupa a muchas personas a la vez, desde rubros técnicos fundamentales, pilares de posibilidad para que una pelÃcula, finalmente, sea. La tarea de producción es, en este sentido, rótulo consabido asà como adherido a toda realización. La pregunta es: ¿hay una tarea de producción identificable en Rosario? Si de pensar un nombre se trata, el de Fernando Gondard ha pasado a ser referente. Inmerso como está en labores de producción recientes y en puerta, Gondard se ha vuelto eslabón fiable para toda propuesta que le cuente entre sus miembros.
"He sentido canas saliéndome por el medio de la cabeza, como si fuera un plumero -dice a Rosario/12 como ejemplo de la presión que cotidianamente sobrelleva-, pero cuando uno está adentro con la pelota rodando, nunca me paro demasiado a pensarlo". ArtÃfice de producción en tÃtulos como A cada lado (2007, Hugo Grosso), ¿De quién es el portaligas? (2007, Fito Páez) y la pendiente de estreno Las mariposas de Sadournà (DarÃo Nardi), Gondard destaca que "la particularidad radica en que si bien uno necesita entusiasmarse desde dentro, mucho más lo necesita hacia fuera".
"La motivación es importante porque es la producción la que se encarga de asegurar el núcleo de trabajo. Cuando esto está resuelto, resta mirar el partido. Uno de los primeros tips que se aprenden es el de no mirar la cámara y casi no mirar el set, porque nuestro trabajo es hacia fuera. Es tarea nuestra el conversar con la persona que nos prestó, por ejemplo, su vehÃculo, sin mentirle nunca la situación ni lo que se quiere filmar. Cuando llegamos a una casa, la gente que la prestó tiene que saber que, aún cuando esté todo impecable, van a entrar quince técnicos, se van a colgar luces, la habitación se va a desmantelar, etc. Lo que importa es que esta gente quede más amiga de uno que lo que lo era al comienzo, para que de esta manera se vayan gestando también nuevos lugares para otras producciones".
-Apelás a una profesionalización que, creo, debiera tenerse en cuenta desde un primer momento, asà como desde los planes educativos de cualquier ámbito audiovisual.
-Ciertamente. La producción ha sido tarea a conocer básicamente desde la práctica. Creo que el punto de inflexión se provocó durante 2004, 2005. Desde lo particular, gracias a A cada lado, la pelÃcula para la que Hugo Grosso me convocó a trabajar y que tuvo un impacto muy importante en Estados Unidos, con muchas proyecciones. Variety le hizo una crÃtica excelente. Terminada esa pelÃcula llega la de Fito Páez, ¿De quién es el portaligas?. Ahà fue donde fogoneamos este espÃritu, donde nos pusimos a prueba. Fue la pelÃcula que formateó el esquema, la que nos equilibró. Fito trajo la mitad del equipo de Buenos Aires, súper profesionales: los directores de arte habÃan trabajado con Caetano, Aristarain, Piñeiro; la fotografÃa y la producción fueron rosarinas. Fue casi como un seminario, una práctica profesional. De hecho, allà comenzaron chicos como meritorios que ahora son jefes de área. Tuvimos que preparar todo. La jefatura de producción es la base logÃstica, el enjambre de un rodaje. Hubo que ocuparse del catering, locaciones, cortes de calle, los vehÃculos de ocasión, más lo que significa el respeto desde dentro y fuera del rodaje. A partir de ahà la cosa se fue encadenando, también porque el paÃs cambió, porque el Instituto de cine abrió más el panorama y se empezaron a gestar más producciones.
-Noto una conformación autodidacta del área. ¿Pensaste ser productor o la profesión te fue encontrando?
-No fue algo previsto, si bien habÃa disfrutado con trabajos hechos en la Escuela de Cine. Pero sà sentÃa que era un lugar que importaba mucho, que cualquier situación de producción bien resuelta no tenÃa que ver con lo más fácil, con conseguir la casa desocupada de la tÃa, por ejemplo. Hay todo un esquema de trabajo que también se ve en pantalla. Si todo está en horario, si los actores están bien, hay entonces una situación de dirección. Ahora, si hay que cambiar un encuadre porque yo no consigo un balcón desde donde el director de fotografÃa necesita su contraluz, no puede haber contraluz. Barajar esas situaciones ha hecho que aprendamos a trabajar mucho desde la preproducción. Nos reunimos con todos los jefes de área, lo discutimos, volvemos a repasar, para saber qué es lo que se tiene que ver en pantalla. Y eso es algo que se nota.
-¿Cuáles son las expectativas para Las mariposas de Sadourn�
-La verdad es que fue la pelÃcula más importante que hicimos, con un mecanismo gigantesco. Hay cosas increÃbles, como la toma del puente colgante de Santa Fe: cortamos el puente, desviamos a la gente, para ver a Cristian (Medrano) en la lejanÃa, con un cielo tormentoso detrás. En Buenos Aires no querÃan creer que todo era parte de la misma toma, que no tenÃa nada compuesto. De hecho, Sadournà no tiene intervención digital. Para mà es una pelÃcula que va a quedar como pelÃcula de culto, ojalá sea popular. Otra cosa para dar cuenta del nivel de inteligencia y de pasión, es el trabajo sobre las locaciones. DarÃo (Nardi) la tenÃa diseñada para filmarse en el anexo del Banco Nación, donde transcurrÃa el 70 por ciento de la pelÃcula. No se pudo filmar allà por cuestiones de seguridad. Estábamos a quince dÃas de rodaje y no tenÃamos locación. No me acuerdo quién dijo: "¿Vieron el hipódromo?". Cuando lo vimos, era SadournÃ: una ciudad espléndida, estacionada en el tiempo, cuánto tiempo pasó no se sabe, todo tenÃa que tener cierto orgullo, si habÃa una reja tenÃa que ser divina, los escalones perfectos, los mármoles cortados divinamente, las soldaduras, las molduras... Eso es SadournÃ. Hay un trabajo de arte y fotográfico preciosos, Rosario está extrañadÃsimo, los espacios trastocados. El 35 milÃmetros es impresionante. Los contrastes son increÃbles. El montaje se hizo en 2K, y va a DCP, que es un disco rÃgido encriptado, donde se habilitan la cantidad de copias. Es lo que se viene, tiene absoluta garantÃa. Sadournà ya está lista.
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