Desde su formación en 1994, Carmina Burana fue consecuente con una búsqueda (tanto musical como lÃrica) abierta a múltiples influencias. Con el correr de los discos, la banda firmatense-rosarina encontró una sonoridad tan personal como contundente, logrando cruces genéricos impensados (bases que se ubican en los extremos más duros del rock, vientos que van del ska al swing pasando por aires centroamericanos, rapeos furiosos, cadencias reggae y melodÃas cautivantes), que sólo podrÃan funcionar dentro de un núcleo creativo que se fue enriqueciendo con el paso de sus distintos miembros. Con el flamante Tenebris Carmina In Domina Serpens --el disco que esta noche, a las 22.30, presentarán en Willie Dixon-- el cóctel musical se reafirma, sigue abriendo el juego a nuevas combinaciones estilÃsticas y, sobre todo, profundiza un imaginario lÃrico donde se sintetizan las exploraciones realizadas desde su formación en 1994, logrando asà un universo auténtico y personal. Ha llegado, entonces, el tiempo de la mitologÃa buranezca.
En sus primeras obras la poética del grupo (obra de Leandro Ramón "Kamono" Ibarra) giró en torno a la mitologÃa prehispánica, las creencias campestres-populares y lo vampiresco, para ampliar luego su politización de relatos y permitirse una mirada ácida al catolicismo, sus héroes y ritos. Después de tres discos de estudio (que pueden repasarse, letras incluidas, en www.carminaburana.com.ar), en Tenebris... las relecturas, citas y homenajes dieron lugar a un mundo mÃtico y fantástico que sostiene la impronta del grupo: cierto oscurantismo, sarcasmo e ironÃa, donde pueden convivir lo pútrido y lo festivo.
Para Kamono --cantante y emblema del conjunto que completan los históricos Hernán Manavella (guitarras y coros) y Ariel Poeylaut (teclados, voz, sintes, loops y secuencias), junto a Juan Manuel "Billie" Gómez (baterÃa, percusión y coros), Ramiro Giménez (acordeón, guitarra española y coros), Roberto Diz (bajos y coros), Adrián Fontana (trombón y coros) y Franco Santángelo (trompeta, voz, percusión y coros)--, en este nuevo disco de estudio lograron darle lugar a la voz siempre latente de la banda: "En este disco escucho cosas que ya estaban, aunque sin manifestarse, cuando arrancamos a tocar. A lo mejor ahora la técnica lleva a que suene de esa manera, o el tiempo que estamos juntos lleva a que pueda expresar lo que quiero con las letras. De alguna manera en este disco escuchamos lo que querÃamos hacer desde un primer momento pero no podÃamos por falta de recursos o porque nos faltaba tiempo juntos, o incluso pasar por los otros discos. Acá está bien expresado lo que se venÃa amagando en los otros".
Traducido como "versos oscuros desde el dominio de la serpiente", el tÃtulo de este nuevo disco orienta la mirada en torno a su eje poético. Es que la crÃtica, aquÃ, va directo al origen, según concluyó la cabeza creativa de esta nueva mitologÃa: "Lo que estuvimos diciendo siempre tiene que ver con el contenido Ãntimo de las personas. Hay un gran contenido de mierda que cada uno tiene, que se expresa en el mundo exterior. Si hay una crÃtica es más bien una autocrÃtica hacia el género humano. Dicho en algunos casos histriónicamente, en otros metafóricamente, pero siempre está orientado a mirarse para adentro, porque el mundo exterior es la reproducción de lo que está dentro tuyo. Por éso en este disco hay un tema que se llama 'Hay mal en mÃ'. Hay un poco de éso: las letras y las músicas expresan esa cuestión contestataria, pero hacia uno mismo".
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