Directivos, docentes y alumnos de barrios perif茅ricos de la ciudad de Santa Fe se encuentran haciendo frente a innumerables enemigos, luchando desarmados y en la mayor de las soledades. Pobreza, violencia familiar, abandono, negligencia; explotaci贸n infantil, malnutrici贸n, familias disgregadas, analfabetismo, drogas, prostitucion, delincuencia. La lista parece no acabar. Los ni帽os ingresan al sistema educativo acompa帽ados de diverso problemas: f铆sicos (caries, pediculosis, parasitosis intestinal, dificultades en la visi贸n y en el lenguaje, bajo peso por desnutrici贸n); emocionales, de conducta, y hasta neurol贸gicos sin contar con diagnostico ni tratamiento especifico. La mayor铆a de las veces es el docente quien detecta los s铆ntomas y solicita a los padres que inicien "tratamiento". Es all铆 donde comienza un arduo camino, que queda, casi siempre, a mitad de recorrido. El problema con los tratamientos hospitalarios puede resumirse en tres situaciones puntuales y su relaci贸n entre ellas: Lentitud en el otorgamiento de los turnos: debido al reducido n煤mero de profesionales especialistas una madre que se acerca solicitando turno anticipado para fonoaudi贸logo, o psicopedagogo lo consigue para 30 o 40 d铆as despu茅s. Horarios inadecuados para la atenci贸n de los ni帽os: en el caso de algunos especialistas (oftalm贸logos, neur贸logos, psiquiatras) no se otorgan los turnos con anticipaci贸n, por lo que los padres deben asistir muy temprano con sus hijos (en ocasiones a las 3 de la madrugada) o pernoctar en el hospital para evitar la inseguridad de cruzar la ciudad por la noche. Distancia del domicilio al hospital: muchas veces la falta de recursos para el transporte incide negativamente en el inicio y continuidad de los tratamientos. Estas situaciones se combinan dando lugar a interrupciones en los tratamientos, sumado a una falta de comunicaci贸n entre docentes y profesionales de la salud. Es imperiosa la necesidad de articular Ministerios de Salud y Educaci贸n a los fines de optimizar resultados y lograr elevar la tan ansiada "calidad educativa". Los ni帽os que presentan problemas y carecen de atenci贸n, se encuentran en completa desventaja respecto a sus compa帽eros. Se reconocen impotentes frente al grupo, y generan sentimientos de fracaso y frustraci贸n que, una vez instalados, son dif铆ciles de modificar. Sin ayuda apropiada, la escuela reproduce constantemente esta clase de sentimientos. El rol docente, estrictamente pedag贸gico se ve desdibujado ante el peso de la demanda social. Tal vez suene ut贸pico que cada escuela cuente con gabinete psicopedag贸gico y de salud propio. Sin embargo, es factible realizar equipos interdisciplinarios m贸viles. Asimismo es necesario dotar a cada escuela de: asistentes sociales que realicen el seguimiento de los tratamientos y control de inasistencias reiteradas a clase, arbitrando los medios en casos de negligencia familiar. Psic贸logos y psicopedagogos que pongan en marcha dispositivos terap茅uticos como talleres y charlas con padres y ni帽os, y brinden apoyo y orientaci贸n a los docentes. Es hora de cambiar la historia. Los ni帽os, los maestros, la escuela santafesina toda pide ayuda urgente. Necesitamos a alguien que entienda y est茅 dispuesto a trabajar para transformar esta realidad.
Gisela Martinelli
Docente de EGB
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