–Lo estoy esperando, está un poco retrasado porque lo tuve que hacer dos veces porque habÃan salido mal las huellas dactilares.
–Tengo dos nombres de pila. El segundo nombre es el que elegà de muy chiquita, que es Laura. Me gustaba cómo sonaba, también me gustaba Paula. Pero más Laura. Yo sentÃa que el nombre no era una elección sino que te lo daba alguien, que me querÃa nombrar. Entonces en un momento le pedà a mi novia, Melli, que me nombrara. Ella, que fue quien me ayudó a aceptarme y valorarme, me puso Andrea. La elección tenÃa mucho que ver con que Andrea es un nombre ambiguo. Ese nombre se relaciona con lo andrógino.
–Hace ya casi diez años que me llaman Andrea.
–Siempre sentà que era dibujante. A mà la pintura me costó un montón pero cuando entendà de qué venÃa, cuando dejé de pintar dibujos y me puse sólo a pintar, me di cuenta de que me fascinaba y terminó siendo lo que más hago. Un componente de la pintura es el sentir, cómo te plantás, y yo misma me empecé a sorprender porque veÃa que salÃan cosas muy distintas pero no forzadamente. Cuando me metà conmigo y con lo que me pasaba empezaron a salir otras cosas.
–La muestra tiene que ver un poco con eso. Habla de dos mundos, el mundo de la noche y el mundo del dÃa, que se ven distintos, pasan cosas distintas, se viven distintos, hay otra atmósfera y hay otra luz. La luz de la luna o la luz artificial no es la misma que la luz del sol, no muestra lo mismo, no pasa lo mismo, son dos planos distintos. Para mà el dibujo tiene que ver con la luz de la luna, no con la luz artificial, y yo me sentà siempre nocturna porque la noche me permitÃa o yo me permitÃa vivir en la noche mucho más. La luz del dÃa tiene que ver con el color.
–No. Ya venÃa exponiendo como Andrea y con el que era en ese momento, con un nombre y con el otro. Era una forma de mostrarme a mà misma mi propia ridiculez.
–En la muestra vamos a ver mi pintura del año. Vamos a ver tres retratos, tres momentos de mi autopercepción. Son tres retratos que se superponen formando un único retrato. El primero es de los ’90, que fue un dibujo que hice para exponer; el segundo es una foto que me sacó la persona que me dio el nombre, y el tercero es yo ahora mirándome al espejo.
–SÃ, son tres formas de mirarme y plasmarme. Tres imágenes divididas en pÃxeles, superpuestas, que se ven con luz blanca y luz negra, o sea, son seis imágenes distintas, seis retratos que se ven al mismo tiempo.
–SÃ, aunque ahora a la escuela no estoy asistiendo porque me pidieron que les dé tiempo para ir procesando los cambios que realice últimamente.
–Hace ya casi un mes.
–Yo creo que tienen problemas con las repercusiones de ese hecho. Son muy conservadores con la comunidad que representan.
–Ultracatólica.
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