Fue la pesadilla de toda empresa, en particular una de aeronavegación. British Airways sufrió el sábado una falla total de su sistema informático, por lo que decenas de vuelos en todo el mundo debieron ser cancelados. El trastorno se mantuvo ayer: tanto aeronaves como tripulación no se encontraban en los aeropuertos que debían. El fantasma de un nuevo ciberataque encendió todas las alarmas, pero la compañía aclaró que todo se debió a un problema en el suministro energético.