Un nuevo disco de Aca Seca es noticia suficiente para arrojarse en su escucha y quedarse a habitar en las canciones. El trío conformado por Juan Quintero (guitarra y voz), Andrés Beeuwsaert (piano y voz) y Mariano Cantero (percusión y voz) presentará Trino (UNTREF) el próximo sábado a las 21, en el Galpón de la Música (Estévez Boero 980). “Estuvimos más de un año trabajando en el disco, con el tiempo que cada uno tiene; si bien siempre tocando, más allá de los nueve años que nos separan del disco anterior”, le dice Mariano “Tiki” Cantero a Rosario/12.

Efectivamente, el trabajo previo de Aca Seca fue Ventanas (2009) –precedido por Aca Seca (2003) y Avenido (2006)-, aun cuando el grupo registró también una presentación en vivo, junto al Diego Schissi Quinteto, con el título Hermanos (2013). Cada integrante está también enfrascado en otras experiencias, pero Aca Seca continúa como el lugar seminal, de reunión y permanencia.

Sobre Trino –título feliz, que comulga con la unión vocal e instrumental que los tres provocan-, el músico santafesino cuenta que “uno toca y muestra sin querer lo que es y lo que va viviendo”. Trino ofrece una ocasión de reposo en forma de música, pero también “un río turbulento, porque hay músicas con mucha energía, un recorrido por diferentes instancias. El disco es la fotografía del momento que estamos viviendo, como personas y como banda, porque uno se transforma con las personas que va tocando y se expresa. Eso es transformador. El disco es ese pequeño fragmento en el tiempo, detenido. Después todo eso empieza a cambiar porque seguimos tocando y cambiando y probando nuevas cosas”.

Trino ofrece diez composiciones propias (Juan Quintero y Andrés Beeuwsaert) y de autores como Sebastián Macchi, Jorge Fandermole, Edgardo Cardozo, Hugo Fattoruso, Federico Parra. A su vez, significa un momento singular que dice sobre el porvenir de Aca Seca. “Después de veinte años estamos en un punto especial, hemos logrado una sonoridad muy definida y estamos con la intención de corrernos de eso, de probar nuevas cosas. Estamos disfrutando de todo esto, porque es muy bello y cada vez más gente se conecta con nosotros, pero también es un lugar de confort, como se dice, y de alguna forma es incómodo. Bueno, ya tenemos un sonido, que es muy bello y trabajado durante mucho tiempo, pero eso mismo también nos genera la inquietud de querer ir hacia otro lado”.

- ¿De qué manera trabajan esto?

- En principio, hay disparadores que después van llevando a otros; el repertorio podría ser uno de ellos, el sonido también. A grandes rasgos, Aca Seca es un trío que trabaja acústicamente, con instrumentos, ahí hay una veta a explorar que es la parte eléctrica. Una de las cosas podría llevar a otras, como incorporar repertorio que se nos ha pedido para alguna ocasión en particular, como pudo ser un repertorio de Luis Alberto Spinetta, otro de Charly García, eso mismo nos va a llevar a otro lugar, más allá del mero hecho de hacer ese proyecto. En ese sentido, Aca Seca es un laboratorio, todo el tiempo estamos probando cosas. Me parece que este disco es de alguna forma el cierre de un ciclo: acá hay algo que se hizo, acá llegamos a unificar una idea de lo que es el trío.

- El disco posee una solidez, una contundencia, a destacar.

- Es la consecuencia de un montón de años de caminar, de probar cosas, sin premeditación, sin estar esperando el resultado. Nunca existió el decir “bueno, vamos a trabajar ahora el folklore; ahora la canción rioplatense”, nunca existió eso. Es un dibujo que se fue trazando en el mismo andar, eso nunca ha cambiado y es algo que se dio naturalmente desde el primer día que tocamos. Puede pasar tiempo; de hecho, en el transcurso de este camino hubo momentos donde no tocamos porque yo estaba trabajando afuera, pero el grupo tiene de alguna forma una cosa muy fuerte desde el vínculo humano, es decisiva esa parte, porque además compartimos un montón de cosas, en las buenas y malas, es una familia te diría.

Esta familia tiene una procedencia musical diversa, si bien el folklore surge como una matriz posible, en todo caso evidenciada por el lugar de Juan Quintero. “Juan viene de una familia con mayor tradición folklórica se podría decir, con sus padres en un coro y él de chiquitito en las guitarreadas. De mi parte no fue tan así, transcurrí por otros lugares, más tocando rock, jazz y música clásica. Y Andrés (Beeuwsaert) viene de otra veta, más del rock, después del jazz. Así que el abordaje del folklore fue con un cierto desparpajo, nunca tuvimos una mirada crítica porque somos también de alguna forma –hablo por mí, tal vez por Andrés- un poco ignorantes de lo que es la historia del folklore. Yo escuchaba mucho pero no te podría decir que soy una persona que pueda hablar de folklore con autoridad, pero de alguna forma eso generó y genera una visión más liberada. No es juicio de valor, sino que así se da naturalmente en el trío, en el cual aprendemos también de nosotros mismos; en este caso de Juan, pero a su vez él se deja modificar por todo lo que pasa entre nosotros, por eso te digo que es circular y orgánico el laburo. Cuando entramos en la parte de los ensayos intensivos durante los inicios, lo hicimos desde el lugar del juego, cantando vidalas. La parte del coro fue muy importante para los tres, cuando integramos un coro masculino en La Plata. Ahí fue la primera experiencia en donde los tres hicimos algo en conjunto, una experiencia muy importante, porque la parte vocal en el trío es fundamental. Hay una parte en donde cantamos solos, a capela, y es como estar en conexión directa, yo siento que hay una única voz ahí, transitando, y eso fue siempre así, un tesoro que tenemos. Son esas experiencias las que siguen dando vueltas y no se quedan en el tiempo, sino que vuelven todo el tiempo a la música”.

En cuanto al diálogo musical que Aca Seca expone, como juego aludido, Cantero explica que “todas las músicas que nos atraviesan están en el trío todo el tiempo, conversando, friccionando, pero no de una manera amable, no buscamos la fusión. Son cosas que fui aprendiendo cuando toqué con Liliana Herrero, al conversar con la música antigua y preguntarnos qué pasa con nosotros hoy, para interpelarla. Uno podría hacer covers o hacer versiones y reinventarlas, ahí nos subimos nosotros, a meter la mano y ver qué podemos sacar de nuevo. En este transcurrir de tantos años, ha pasado mucha música que no nos ha resonado, porque no es que todo lo que tocamos y ensayamos sale a la luz, sino que es un proceso de búsqueda”.